martes, 9 de abril de 2024

Los paraguas se derriten...

Palabras dichas espontáneamente una mañana de lluvia por Juan José Almánzar Báez, mientras, rumbo al colegio, protegido con su pequeño capote azul y antes de cumplir cinco años, observaba con atención el cielo nuboso. 2006. IMÁGENES: 1) René MagritteLas vacaciones de Hegel, 1958. 2) Juan José Almánzar Báez a los ocho meses. 2002

 

Por Juan José Almánzar Báez 


Los paraguas se 

derriten 

y...

aún las nubes siguen 

esponjosas...


jjab

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Noviembre de 2006

© Fredesvinda Báez Santana. Armando Almánzar-Botello. © Juan José Almánzar Báez. Santo Domingo, República Dominicana.

domingo, 3 de marzo de 2024

ESPUMA DE POEMA POSTMODERNO (Otra versión turbulenta de burbujas retocadas)

 «Todo auténtico poema de lo inmóvil / es una peligrosa contravención metafísico-astronáutica, / por voluntario exceso paradójico / de velocidad cósmico-semántica.» Armando. Almánzar-Botello

       Por Armando Almánzar-Botello 

A Don Erudito Plagiario, el Renegado Metafísico

A Bertolt Brecht; al pintor Francis Bacon, in memoriam 

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Existen “personas” que no son Personas, digo, 

sino meros constructos hipotéticos timando:

                                         

                                       Sórdidos partos de partidos políticos, 

excrecencias de algunas diabólicas organizaciones 

no gubernamentales. 

                                        Vómitos glocales de bulímicos banqueros, 

aviesas componendas de Organismos destinados al saqueo. Sombras 

en los templos comerciales de rapiña 

y en las tétricas corporaciones desalmadas... 

                                       Periodistas del vacío escupiendo cada día 

su teatro de tinta transitoria...


Esas viles entelequias cogitan tras la máscara

—solo en términos de negocios turbios—, 

            meros intereses egotistas.


Mientras devoran el torso de los pobres del mundo: 

—«...tu ne vestisti / queste misere carni, e tu le spoglia!»— 

emplean frases manidas y falsamente solidarias

tales como:

                        «¡Exigimos respeto a los Derechos Humanos!» 

         «¡Hay múltiples epifanías válidas de la tra(d)ición poética!»             

«¡No hay que morder jamás la mano que te alimenta!»...


Mas “Don Erudito Plagiario”, el Metafísico, poeta oportunista y soberano,

con búdica dulzura sonriendo

                                                        me diría:

«No le sacaste a tu texto, 

                                               supuestamente transgresivo, 

la densa y a-cósmica leche cabalística...»


Deinótaton          Deinóteron          Siniestro,    

                      pavoroso Universo 


¿Dónde está, William Jefferson Clinton, el gran dinero por ti recaudado 

para la supuesta ayuda humanitaria y el levantamiento de Haití,

a raíz del terremoto que afectó tan gravemente 

a esa empobrecida nación del Mare Nostrum antillano? 


¿Dónde está la urgente ayuda internacional requerida 

por el sufrido pueblo haitiano cuya población se encuentra 

hoy por hoy gobernada por oscuras pandillas criminales,

financiadas por poderes ocultos y atractores extraños? 


Estados Unidos, Francia, Canadá —y casi todo el mundo occidental 

“civilizado”—, hace años que no gozan de ninguna fuerza 

moral ni ética para pretender seguir desempeñando 

el rol de guardianes mundiales del respeto a la justicia, 

a los derechos humanos, a la verdad, a la genuina democracia, 

y a las normas jurídicas internacionales.


Ellos realmente operan como perversos enclaves 

irresponsables promotores de la guerra, 

la deculturacion, la violencia ciega, 

el caos, la triste inequidad y la barbarie.


¡Ha de surgir un gran despertar, un movimiento político de multitudes que diga 

un no radical a las nuevas formas de control, de imperialismo colonialista, 

de explotación y de falta de real solidaridad con los países pobres del mundo! 


¡No a las nuevas modalidades de cinismo y demagogia diplomáticos, 

de promoción de la ley de la fuerza y el terrorismo 

actualmente practicadas por la desaprensiva política exterior 

de los Estados Unidos y sus inicuos adláteres! 


Y pensar que algunos horribles seres ambiciosos 

y ciertos bulímicos oportunistas denominan “sabiduría 

y prudencia”, a guardar cobarde silencio 

en estas circunstancias planetarias tan atroces 

y aberrantes.

Deinótaton          Deinóteron          Siniestro,    

                      pavoroso Universo 

Eterno es el Retorno del espectro en la memoria.

Eterno es el Retorno del espectro en el olvido.

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Septiembre de 2013—2023 (Texto retocado).

© Armando Almánzar-Botello. Santo Domingo, República Dominicana.

Blog Otros Textos Mutantes 

Sábado, 25 de julio de 2015

TEXTO SENTIMENTAL POBREMENTE RETOCADO.

Otro blog en el que figura este mismo texto:

Blog Cazador de Agua: http://tambordegriot.blogspot.com/2013/10/espuma-de-poema-postmoderno.html

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OTROS BLOGS DE ARMANDO ALMÁNZAR-BOTELLO:

Cazador de Agua                   

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jueves, 18 de enero de 2024

DIÁSPORA...


Dijo el poeta: «“Todo fluye”: también este pensamiento. ¿Y ello no hace que todo vuelva a detenerse?» Paul Celan

     Por Armando Almánzar-Botello

     A Damaris Barriola, centella imaginada en la nocturna incertidumbre...

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Blancura inmemorial de la página enemiga,

en tu abierta claridad contemplo:

manchas de tinta,

                                  vibración de pájaros,

relámpago rojo de la herida

                                                     la palabra,

símbolo de nadie,

fulgor desde otro mundo,

ardiente muchacha desnuda

en los vértigos lentos del aire...

Alucíname la página sílabas de espanto.

Gira olvido la memoria,

                                laberintos de la carne.

Nimbos delirantes de letras presentidas.

El polvo se levanta por los parques

                                                          del recuerdo...

Escrita en la catástrofe,

llueve hondo una mujer a través del pensamiento:

la fría luz de lo vacío,

la rota flor de una palabra,

el carbón humeante de un deseo cumplido.

Restos del incendio,

                                      despojos de la forma,

vestigios de la historia para una mano incierta...

Hondo llueve una mujer a través del pensamiento.

Límpido temblor de la página despierta.

Sentida inmensidad donde el ojo

ya presiente...

                           la diáspora infinita de los mundos,

el bosque negro de símbolos ardiendo,

una música desnuda que fluye

                                                       de lo inmóvil.

Hondo llueve una mujer a través del pensamiento.

Escribo sobre un muro la cifra de su sangre...

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© Armando Almánzar Botello, 1989 (Texto retocado)

Santo Domingo, República Dominicana.

Poema tomado del libro de la autoría de Armando Almánzar-Botello titulado: 

Cazador de agua y otros textos mutantes. Antología poética 1977-2002. Editora Nacional, 2003, páginas 37-38

Blog Otros Textos Mutantes 

Lunes, 22 de febrero de 2016

Otro blog en el que figura este mismo texto: Blog Cazador de Agua 

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A TRAVÉS DE UNA VENTANA. Memorias de la página en blanco...

     «La lluvia es una cosa / que sin duda sucede en el pasado...» Jorge Luis Borges

     «Lo gravísimo de nuestra época es que todavía no pensamos.» Martin Heidegger 

     Por Armando Almánzar-Botello 

     Al propio Ser ausente, in memoriam

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Mancha de tinta

(cegadora flor del maleficio)

signo de otro mundo:

un paraguas negro 

                                  suspendido,

en los claros dedos de la lluvia…

               ¡Mopsus!... Locus Solus

Las huellas de un gallo en el sílice oscuro, 

y Damaris                                        ausencia,

hilando en su rueca los hilos secretos…

Vanidad:                      caligrafía en el polvo…

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1979

© Armando Almánzar-Botello. Santo Domingo, República Dominicana.

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Jueves, 14 de mayo de 2015

Otro blog en el que figura este mismo texto: Blog Cazador de Agua 

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Jueves, 26 de enero de 2012

ESCRITURA Y RETORNO DESÉRTICO

     «“Todo fluye”: también este pensamiento. ¿Y ello no hace que todo vuelva a detenerse?» Paul Celan

     Por ARMANDO ALMÁNZAR BOTELLO 

     A la memoria de Jacques Derrida

     La escritura intensiva es ambigua. Siempre comporta para el viajero un riesgo de muerte y locura en la exploración del desierto. Ella es medicina y veneno simultáneamente: phármakon paradójico disuelto en el agua indescrita del oasis...

     Encontrar el oasis salvador de puras aguas medicinales ya no es “propiamente” la escritura como diseminación, es más bien la lectura interpretativa  —realizada por el viajero mismo, en primer lugar—, de la cosa viva y monstruosa que un “Se” impersonal ha engendrado y vomitado arrancándole arena, cactus, frío y ardor a la experiencia inconmensurable del desierto. “Se” da el agua clemente a eso en el oasis de lo verosímil.

     Escribir es un despliegue peligroso de huellas con rumbo firme o vacilante hacia lo ignoto. Lo salvífico sería tener fe en el propio riesgo, en la terrible gratuidad de la aventura, saber leer-descubrir el sentido recóndito de nuestros pasos en un posible repliegue o retorno desértico a la codificada seguridad de la Tribu.

     Al inicio del acto de escritura el sujeto impersonal cumple “infinitos de no ser”, de no haber sido, siendo. Luego muere, para renacer en la lectura de otro sí mismo que pueda encarnar el “Se”... Y así,  interminablemente... 

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26 de enero de 2012

© Armando Almánzar Botello

Copyright © Armando Almánzar Botello. Reservados todos los derechos de autor. Santo Domingo, República Dominicana

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Copyright © Armando Almánzar Botello. Reservados todos los derechos de autor. Santo Domingo, República Dominicana.

IMÁGENES: 

     1) Vista aérea de una parte de la zona residencial establecida frente al Parque Mirador del Sur en Santo Domingo

     2) Joan Miró: “Personajes y pájaros de fiesta por la noche que se avecina”, 1968

lunes, 25 de diciembre de 2023

PANTERA NEGRA Melancólica identificación con la Cosa freudiana (das Ding)...

       «Eres bella como el miedo, estás loca como una muerta...» Georges Bataille

                             
Por Armando Almánzar-Botello

     A Henry James, in memoriam 

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¡Eres bella en tu espantosa libertad, fatal indescifrable amiga!

Soberana de ti misma resplandeces 

                                                              como el miedo...

Ahora que te pienso y escucho lentamente, palpito

a tu lado cauteloso,

                                    te respiro...

                                                         Y soy,

frente a la espada limpia de tus ojos abismales,

un espejo

derramado en otro espejo,

                                                un grito que se ahoga

en otro grito,

                        un eco de mis voces en tu gruta...

el flotante y neutro papel /

de una indestructible carta en blanco.

Y aflora siempre un dios

                                                 —o tu rumor—

en la breve selva de mis letras:

The Beast in the Jungle...

Pantera soy de sombra en la página que tiembla /

una ciega y feroz negrura de la tinta...

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Diciembre 2010

© Armando Almánzar-Botello

Todos los Derechos Reservados.

Santo Domingo, República Dominicana.

Blogs en los que figura este mismo texto:

Blog Tambor de Griot

Blog Cazador de Agua

Blog Otros Textos Mutantes: https://almanzarbatalla.blogspot.com/2015/02/pantera-negra.html?m=0

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1 COMENTARIO:

ELI QUEZADA 6 de febrero de 2015, 16:57

     «“El espejo y la vela forman una unidad barroca –un cuerpo elástico y expresivo– que compone ambas series como un tercero incluido: las sombras. Englobadas en el espejo, desarrolladas por la vela, complicadas en la luz y explicadas en las cosas, las sombras componen un barroco, le dan sentido: un sentido, como quien dice una vida: inmanencia.” (Facundo Ruiz sobre las teorias de Tanizaki, Sarduy, Panofsky)

     »Traje a colación la cita porque no lo puedo decir mejor sin ser igual. Se me hace tan bien fundamentado y exquisitamente bordado, el poema, que se puede afirmar que, en Armando Almánzar-Botello prima el pensamiento, el poema “del pensar”, sí, pero aunado a ese erotismo embr(i)agador... Por este y por cientos de otros ejemplos es que lo situamos entre los grandes poetas dominicanos contemporáneos que nos prestigian con su pluma y su intelecto. ¡Brillante!» Eli Quezada

Copyright © Armando Almánzar Botello. Reservados todos los derechos de autor. Santo Domingo, República Dominicana.

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23 de febrero de 2014

EL GOCE MALDITO DE LA PARTE...

     Por Armando Almánzar-Botello

     «La copia no alcanza la dignidad del simulacro.» Gabriel García Márquez

     A Henry James, a Georges Bataille, in memoriam 

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     Ahora recuerdo, sin proponérmelo, a G., una comparona y atractiva morena dominicana, sensual en grado extremo, de vida erótica muy activa y de arrogantes pretensiones intelectuales, que hace muchos años era amiga de una de mis antiguas compañeras conyugales. 

     Aquella morena dudaba de que el deseo no se anulara ni pudiera reducirse a mera persecución del placer (pleasure-seeking) ni a simple búsqueda y obtención del objeto ausente que lo causa (object-seeking). En síntesis, la morena creía en la satisfacción plena del deseo por intermedio de objetos, sustancias y relaciones sexuales “verdaderamente logradas”. 

     Como en aquella época lejana yo hacía partícipe de casi todas mis lecturas filosófico-literarias e investigaciones sobre psicoanálisis a la que era mi compañera, le había comentado, después de hacer el amor, que para Freud y para Lacan el Deseo, así por así, no se anula o satisface completamente con la relación sexual. Le dije abiertamente que hasta el “soporte” mismo del deseo apuntalado, la pulsión (Trieb), no captura nunca al objeto sino que halla su goce parcial girando en torno a dicho objeto sin alcanzarlo jamás, en sentido estricto. 

     “El goce pulsional está en la base o raíz del psiquismo, amor mío, toma su lugar en la felicidad como tyché o fallido encuentro afortunado y fortuito con el objeto real. Pero eso no significa jamás que sea homologable a la satisfacción del deseo. Este no se complementa con el goce, aunque apunte a él en la escala invertida de la ley de dicho deseo. A pesar de lo que pretenden Deleuze y Guattari anulando la falta en su teoría antiedípica del esquizoanálisis, algo debe faltar en el Otro para que este prosiga deseando. Además, el objeto de la pulsión no coincide nunca, puntualmente, con el objeto del deseo... etcétera”. Esto le dije aquel día inolvidable a mi amada esposa.

     Cuando muy oronda mi compañera le comunicó a G., la común amiga, los balbuceos místicos y psicoanalíticos en los que a la sazón me veía yo inmerso, la preciosa y apasionada mujer de chocolate, llena de astucia y suspicacia mulata, sospechó que yo no estaba (en mi rol de “macho” y partner sexual) cumpliendo adecuadamente con mis deberes en la cama, y le aseguró a mi cónyuge que no era cierto lo que yo decía, que el deseo sexual sí se satisfacía plenamente con el orgasmo, que yo parecía intentar confundirla lavándole el cerebro con esos “disparates psicoanalíticos” porque parecía que este servidor era incapaz de conducirla, en nuestro lecho conyugal, a la suprema experiencia del éxtasis orgásmico... 

     Mi compañera le aseguró a la morena ardiente y aristocrática que no era ese nuestro problema como pareja, que tal vez era todo lo contrario... Pero nuestra perseverante amiga me llamó entonces, según me contó luego mi esposa, “un potente intelectual impotente en potencia”...

     En fin, transcurrieron largos meses llenos de vertiginosos acontecimientos...

     Pese a todo, yo iba progresado con lentitud en la lectura de Lacan, guiado en parte por mi psicoanalista de entonces (hoy fallecido), y le había comentado a mi mujer, casi al desgaire, aquello de que para Lacan “No hay relación sexual”, y eso de que “La mujer no existe”...

     Cuando le comuniqué los dos referidos dicta de Lacan, ella me miró a los ojos con ardor interrogante, y ya sumergida en el más absoluto desconcierto me dijo, casi llorando: “Mi amor, si yo no existo, ¿con quién estás entonces hablando ahora? ¿Quién soy yo? Además, si no hay lo que tú y yo hacemos y disfrutamos en exceso, ¿que es entonces lo que hay?”. Yo, un poco asustado, me limité a responderle: “Para que haya relación sexual como la tenemos tú y yo, es preciso, primero, que no deseemos que haya relación sexual en el sentido en que pretendía tenerla con su amante tu tristemente malograda amiga G...” 

     No tuve a mano otro recurso, en esa difícil situación, que hacerle tierna y apasionadamente el amor a mi sensible compañera.

     Debo informar que la inteligente, sensual y “transgresivoturbulenta” morena de mi breve historia, seis meses atrás se había suicidado junto con su amante porque este resultó ser un hombre casado con una señora mayor de la que, vividor patológico al fin, no podía prescindir por siniestras razones económicas y por severos compromisos edípico-afectivos. 

     Como para resarcirse de la pena de no ser su legítima esposa, la intensa y erótica morena había obligado a su atractivo y caballeroso amante a prolongar los orgasmos utilizando una extraña mezcla de alcohol, cocaína, ungüentos elaborados con “plantas de la tierra” —así le decía ella con entusiasmo a mi mujer—, y fármacos psicoanalépticos. Una mixtura interesante y prometedora, pero altamente peligrosa.

     G. y su vampirizado amante murieron una noche buscando ambos en el exceso erótico y en la desmedida farmacológica la más plena complementación fusional como pareja o díada orgásmica que renegaba del ser-dos. Perseguían ya el paradójico clímax por el ombligo: el flash del toxicómano...

     Decía el gran poeta protorromántico inglés William Blake —en uno de sus memorables Proverbios del Infierno que forman parte de su obra Matrimonio del Cielo y del Infierno—: 

     “El camino del exceso conduce al palacio de la sabiduría”. 

     Sustentado por la fatal experiencia padecida me atrevería yo a redondear el dictum de Blake diciendo: “El camino del exceso conduce al palacio de la sabiduría”... o a la barroca y laberíntica tumba erótico-tanática...

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23 de febrero de 2014

© Armando Almánzar-Botello. Santo Domingo, República Dominicana

VÍDEO: John Lennon: “Imagine

https://youtu.be/VOgFZfRVaww

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«LAS MUJERES GOZAN, SI ES QUE GOZAN, MUCHO MÁS QUE LOS HOMBRES: MÁS ALLÁ DEL FALO, MÁS ALLÁ DEL HIJO, MÁS ALLÁ DEL CLÍTORIS...» Mariam Alizade

     «Creer en la homologación “orgánica” de lo femenino y lo masculino en la tabla de la sexuación: ¡he aquí la estructura misma del goce perverso, expresado de forma tan ingenua por el argentino Federico Andahazi en su popular novela “El anatomista”. 

     »Tuve la oportunidad de discutirlo con él mismo, en público, cuando fui su edecán y presentador en una de las Ferias del Libro de la República Dominicana organizadas por el Ministerio de Cultura y dedicada a la República de Argentina.» Armando Almánzar-Botello

     «Hay encuentros sexuales fortuitos, pero no hay relación (rapport) sexual, porque de lo que se goza es de la función fálica que confirma la castración, de aquello que viene a suplir, no a complementar, la carencia, el corte entre el “1” (uno) masculino en la Tabla Lacaniana de la Sexuación, y el “0” (cero) femenino. 

     »No hay posibilidad de “conjugar” el lado “masculino” y el lado “femenino” en dicha Tabla Lacaniana. “Il n’y a pas de RAPPORT sexuel”. Esto quiere decir, en la lógica cuasi-modal y paraconsistente que utiliza en este contexto el psicoanálisis lacaniano: que la relación sexual es imposible, pues “no cesa de no escribirse”: “LA” [tachado el artículo en mayúsculas] Mujer no existe (lugar común del lacanismo), no está TODA en la función fálica; algo escapa al goce fálico; cada mujer, una por una, goza suplementariamente del NO-TODA ES... Goce más allá del falo...» Armando Almánzar-Botello

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BLOG CAZADOR DE AGUA

Lunes, 30 de julio de 2012

NOTA BREVÍSIMA SOBRE AMOR Y DESEO

     «El hábito no hace al monje ni mucho menos al creador, oh amigos psicodélicos y “(psico)analistas”... Un simple mono alucinado solo vislumbra bananas...» Armando Almánzar-Botello

     «Entre estos dos términos que contituyen, en esencia, el amante (erastés) y el amado (erómeno), observen ustedes que no hay ninguna coincidencia. Lo que le falta a uno no es lo que está, escondido, en el otro. Ahí está todo el problema del amor. Que se sepa o no se sepa no tiene ninguna importancia. En el fenómeno, se encuentra a cada paso el desgarro, la discordancia.» Jacques Lacan: El seminario, Libro VIII La transferencia, Editorial Paidos, 2003, página 51

     Por ARMANDO ALMÁNZAR BOTELLO

     La incapacidad patológica de amar y desear, la denominada “afánisis”, en su carácter de una desaparición o ausencia del deseo, fue teorizada originalmente por el gran psicoanalista galés Ernest Jones, alumno y biógrafo de Freud, como el temor del sujeto a dicha desaparición o desvanecimiento de su potencia deseante y erótica. 

     Años después, Jacques Lacan le imprime un giro de ciento ochenta grados a esta concepción de la afánisis elaborada por Jones. 

     Sustentado en su marco teórico y en su experiencia clínica, Lacan viene a concebir la afánisis —a la inversa de Jones—, no como temor a perder el deseo sino como renuncia “estratégica” a este, como supuesta defensa o refugio neurótico del sujeto para intentar salvaguardarse del Deseo del Otro, de la castración y de la muerte. 

     Para esta concepción lacaniana, la afánisis se disfraza en muchas ocasiones con los prestigios de la ciencia y de la mercadotecnia, entendidas estas por Lacan, siguiendo a cierto Heidegger, como dispositivos funcionales o mecanismos ideológicos que conducen a la supresión del sujeto pasional como ser problemático en el mundo, a la instrumentalización de dicho mundo entendido entonces como Ge-Stell (estructura técnica de emplazamiento y homegeneización). 

     El sujeto y la Cosa (das Ding) se ven así peligrosamente sometidos y reducidos a las ideologías del control y de la desecación productora, orientadas como tales a producir una subjetividad estandarizada, una serialización de los objetos del Deseo y el Goce bajo la apariencia de una pseudodiferenciación, de un supuesto valor agregado.

     Observemos aquí el caso actual de las tecnociencias con su complemento pragmático ineludible: el “psicobiopoder”, con sus mecanismos al servicio del capitalismo mercantil y financiero.

     Hacia “la plaza fuerte de su yo” se orienta el difuso individuo del consumo conspicuo, hedonista, suntuario, en vulgar ejercicio de su paradójico voluntarismo ciego, ingenuo pero engreído, pseudoindividualista y oscuramente gregario, para evitar confrontarse con lo que el exceso de un Deseo descarnado, causado por el “objeto a” como vacío real, implica de posibilidad de “fading”, de fuga, desapropiación, incertidumbre, vacilación, indecidibilidad, desvanecimiento y esforzada redefinición de la subjetividad en la llamada “experiencia radical de los límites”.

     Resultados de esta impotencia psíquica, de esta defensa compulsiva contra un Deseo no programado por el Yo y que escapa al freudiano “principio del placer como simple homeostasis o evitación de lo displacentero”, son el tedio de envergadura antropológico-epocal y planetaria, el aburrimiento postmoderno, la estrategia de “ligue polivalente” pero sin compromiso profundo con el otro, el llamado “amor líquido” (Zygmunt Bauman), la simple promiscuidad y/o el intento de convertir al mercado en “partner” absoluto que suministra gadgets, mercancías, “cositas”, tapones para obturar la falla ontológica o la grieta ineludible del ser. 

     Sobrevalorando los bienes ofrecidos por el mercado como simples obturadores de la carencia ontológica, el sujeto, en su alienación postmoderna, renuncia al ejercicio liberador y a la tensión de un deseo fronterizo que apunta al goce y que atraviesa, con su potencia, ciertos umbrales del dominio establecido. Se limita, sencillamente, a chapotear en el placer hedonista, “publicitario”, en tanto que aviesa “mascarada del goce”. 

     El sujeto, entonces, vive y padece la simple adquisición compulsiva o conspicua de mercancías como un mecanismo inconsciente de “resistencia” que viene a compensar, neuróticamente, sus minusvalías psicosociales. 

     Como nos recuerda la gran psicoanalista e historiadora francesa Élisabeth Roudinesco: En esta frívola, cobarde, insolidaria y nihilista sociedad de consumo, ¡hay que reinventar el amor, el auténtico vínculo social y la familia como espacio potencial generador de saludable subjetividad! 

Armando Almánzar-Botello

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Julio de 2012. Santo Domingo, R. D.

© Armando Almánzar Botello. Santo Domingo, República Dominicana

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MEDITACIONES ANTROPOLÓGICAS Y POLÍTICAS

     «El gran capital financiero y pseudofilantrópico, a través de la biopolítica edulcorada como “psicopolítica digital”, propaganda y spot publicitario, continúa produciendo endeudamiento, construyendo modelos de vida y falsas jerarquías, produciendo muertes y golpes de Estado bajo inéditas modalidades. Sus dispositivos reales funcionan de un modo proliferente, flexible, maquínico, en apariencia libertario, pero nunca trazan las líneas de fuga que conducen al campo de inmanencia que impide la segmentarización gregario-individualista de lo social. El capitalismo promueve, más bien, la fragmentación homogeneizante, la dispersión sin retorno que impide el advenimiento de nuevas modalidades de vínculo ecológico e interhumano, de solidaridad con el otro y con lo otro, de cum pluridimensional, de “nosotros político” en capacidad de enfrentar la mera “cohabitación” por desdiferenciación y homologación, las nuevas formas de autoexplotación y la persistente explotación clásica, tradicional.» Armando Almánzar-Botello

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SÍNTOMAS DEL TEDIO POSTMODERNO

     Por Armando Almánzar-Botello

     «[...] En la sociedad capitalista neoliberal toda la supuesta diversidad democrática de los discursos, decursos, bienes y ofertas materiales y simbólicas, queda sometida a la “unidad oculta” de un imaginario despótico regulado por la lógica de la producción, la distribución y el consumo, como factores reales que forman parte de una estructura jerárquica de territorios de poder, flujos y beneficios altamente concentrados y asimétricos.

     »Sustentado en estas consideraciones un psicoanalista y filósofo español de origen argentino y seguidor del último Eugenio Trías, Jorge Alemán Lavigne, piensa que actualmente el freudiano y clásico “malestar en la cultura” reviste la forma de un “malestar en el capitalismo”, con las diferentes modalidades postmodernas de habitar este malestar sin salida posible vislumbrada. 

     »En su culto fetichista a lo nuevo banalizado, el mercado pone cada vez más de manifiesto la repetición serializada de la “novedad”, la programación inexorable de los bienes, la operacionalización rentabilizante de los procesos, la oferta universal y segmentada de los objetos desechables como obturadores fantasmáticos del deseo en la eternidad irrisoria del consumo narcisista. 

     »El mercado global capitalista es para el psicoanálisis y para una cierta hermenéutica cultural sustentada en su “antropología filosófica”, la nueva voz avasallante del Amo en la topología lacaniana de los cuatro discursos. 

     »Esa voz superyoica se disfraza de pluralismo multiculturalista, de multiplicidad molecular inconsistente (liberadora), y frente a las pantallas del televisor y del computador o en los pasillos ilimitados de los shopping malls o grandes centros comerciales postmodernos, nos asalta el núcleo secreto y escindido de nuestra “extimidad” (Jacques Lacan), prometiéndonos suturar la carencia, recubrir la “falta de ser” con la imagen infográfica, sintética o protésica; curarnos de la herida terrible de la vida, del éxodo y el exilio fecundos que entraña inexorablemente el genuino existir mortal de aquello que Eugenio Trías conceptualiza como “subjetividad fronteriza”. 

     »La sociedad actual es un mandato perverso a gozar sin medida y a endeudarse de un modo fantástico en espiral infinita y ascendente.

Armando Almánzar Botello

“Cultura y Postmodernismo” (Fragmento del texto retocado). Divagaciones en torno a un abismo, 2003. Santo Domingo, República Dominicana

Versión on line disponible en el Blog Cazador de Agua: Cultura y Postmodernismo (Fragmento). Santo Domingo, República Dominicana. Reservados todos los derechos de autor.

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BLOG OTROS TEXTOS MUTANTES

Lunes, 26 de enero de 2015

ALFRED HITCHCOCK PRESENTS: Onírica y ausente se desnuda la muchacha              

     «Cuando China despierte, el mundo temblará». Napoleón Bonaparte 

     Por ARMANDO ALMÁNZAR-BOTELLO

     A Efraím Castillo; a Pedro Antonio Valdez

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En el décimo piso de la muerte, asoma,

punzante y vertical como la duda, caída pensada

simplemente, o

pasada de moda: ¡el vértigo!

Empire State Building, New York, 2009.

Zero Zone after...

Casi un ojo que florece contra el cielo

enigmática su letra se derrama:

Alfred Hitchcock Presenta… Recuerdo…

Detenido el ascensor,

se abre una ventana y ¡acontece al fin la luna! 

Dialogan el viejo y la muchacha…

—¿Cogito, ergo sum?... Larvatus prodeo

—What do you say?

—El payaso cayó desde lo alto, ergo… ¡risas!

Neón rojizo la Ciudad a la izquierda por la sangre.

Onírica desnuda y reflejada en mar intenso, gruñe 

un Circo hasta la médula su música inoída:

Tiembla luz de lejanía entreabierta por sus manos.

En mágico trapecio su cuerpo de gimnasta, 

suspende, promete, oculta, 

                                           desliza la muchacha

misterioso un torso lúcido en espejo 

y toco ausencia…

This scholar chinese girl is music pure...

La melodía que palpo dulcemente en la memoria, 

casi ardiendo un vino claro que bebía de sus labios, 

mana lenta hacia la copa sinuosa de su sexo, donde sorbo la 

escritura todavía indescifrada, la embriaguez que anula el tiempo.

Y el recuerdo abierto y limpio de la muchacha es aire… 

¡Oh urbana y secretísima música desierta!…

Noche tórrida en aullidos que regresan 

con el Ferry... Liberty Enlightening the World:

—“May i feel said he”...

Cyberpunk’s Ideograms… 

Lin, you know: you are my dear little girl, my darling you,

    you are my it!

“you’re divine! said he,

    you are Mine said she...” 

Y reías misteriosa caminando entre las lenguas.

Resoplaban los amigos el Scherzo del 

Espanto: 

                “Buffalo Bill’s defunct!”… 

A lo lejos brilla el río... 

Solitario por las calles retorcidas alguien habla…

El humo lentamente —retornando de puntillas reflexivo 

llega al cuarto 

y en un sillón se tiende... ¡Central Park en mi ventana! 

El saxo piensa hondo y 

cauteloso inquiere al viento:

—¿Qué dicen hoy los diarios?...

Envuelve a la muchacha, camínala desnuda, 

baila roto su placer y acaricia la textura 

de sus grafemas lúbricos. 

¡Arde lento y furia en música! 

Delira en su prosodia New York y el cuarto abierto. 

Desliza ideogramas por el piercing de su vientre y

la cima de su insomnio…

¡Central Park en mi ventana!

Enciende tu deseo y el rumor de la memoria 

—palpitante semáforo en la tarde—.

Con tu voz imanta el Hudson y viértelo en su mente.

Re-escríbela, per-viértela en tus labios y 

                                                 descúbrele senderos,

mil sabores en el vino que aletea por su aliento. 

Edifica otra ciudad con sus palabras.

                                                         ¡Oh, Manhattan!

Y acoplada con el rayo, la terrible diosa oscura 

que late por sus ingles,

destruya el Muro Ciego edificado en el espanto…

¡Oh, la bella Lin, Aisthesis del instante.

¡Bailemos nuestra muerte sinuosa en la Bachata!

Mas lo dudo…

Abre la ventana y 

gime ahora por las dársenas... 

La furia del viento es la muchacha…

Escúchame hijo mío,

—en el saxo Joshua Redman habla lúcido en la noche— 

no debes nunca odiar la inocencia de la vida, 

ni albergar en tus manos el horror irredimible 

que hace turbio el sentir de lo sensible impenetrado

cuando sube con la sangre su misterio al pensamiento. 

Abre sin temor tu percepción al mundo,

aunque haya sido siempre

tu padre, sin remedio, 

un triste y nómada ludópata borracho,

un terrible ideograma dibujado por su ausencia...

Eres hijo y padre de un olvido, como todos los 

viajantes de comercio… 

Cortante aleve y fiera 

bien escrita la muchacha,

del odio en luz dentada y 

sensual mejilla andrógina, 

                                           me mira,

la miro, 

              me abraza: 

                                 ¡el rayo!

¿Podría el mar letrado

soportar su triple hachazo?

¿Qué dirán luego los diarios?

Oh, mi bella Lin, Aisthesis del instante.

¡Bailemos tropical nuestra muerte en la Bachata!

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……………………………………………………

……………………………………………………

Year 2010, Dominican Republic: La Romana.

Exclusive Vacation Rental. Casa De Campo.

¡Por teléfono me dijo Lin su amor en español dominicano!:

“Estoy aquí en Santo Domingo, my crazy love, y quiero amarte”...

Soñado el Paraíso está próximo a tus manos:

Hay sol, uvas de playa, tiernas frutas del secreto, 

rojos vinos de sabores inmortales...

                                                         ¡y el merengue! 

—Trópico enlutado íntimo en la sangre— 

               El mar latido al fondo.

Altavoces que recitan fragmentos de Lao-Tsé, palabras de Platón y

sexo a flor de labios…

¿Cómo puede rota inconsolable la muchacha —inconexa

de palabras averiadas y esquizoides— reír para vencer los resuellos

de la muerte, la ridícula miseria impertinente, 

los instintos que le muerden dulcemente las entrañas

con filos de caninos postizos filantrópicos

con cajas metálicas de dientes impostores?...

Y si acepta esa muchacha la sintaxis cazadora 

del viejo delirante inflamado allá en lo alto,

y ceden los pretiles al reclamo de la carne

                                                                ¡y cae hacia el abismo!:

¿habrá fiesta en el décimo piso de la muerte,

habrá viento y ceniza en la escritura y los balcones?...

¿Y qué dirán luego los diarios?...

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Julio de 2010

Otros enlaces para este mismo texto:

Blog Cazador de Agua

Blog Vallejo sin Fronteras

Blog Efraim Castillo

Copyright © Armando Almánzar Botello. Reservados todos los derechos de autor. Santo Domingo, República Dominicana.

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LUCIDEZ

     «La lucidez de A. depende de una ausencia de deseo. La mía es la consecuencia de un exceso: sin duda es también la única verdadera. Si solo es una negación del delirio, la lucidez no es totalmente lúcida, es un poco todavía el miedo de llegar hasta el final, convertido en aburrimiento, es decir, en desdén del objeto de un deseo que excede.

     »No vemos que la simple lucidez que así alcanzamos es también ciega. Es necesario advertir al mismo tiempo la mentira y la verdad del objeto. Debemos saber, indudablemente, que nos estamos engañando, que el objeto es, antes que nada, lo que discierne un ser sin deseo, pero es también lo que un deseo discierne en él.» GEORGES BATAILLE: Lo imposible.

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OTROS BLOGS DE ARMANDO ALMÁNZAR-BOTELLO:

Cazador de Agua                   

Tambor de Griot

ARMANDO ALMÁNZAR-BOTELLO ES MIEMBRO DE LA “RED MUNDIAL DE ESCRITORES EN ESPAÑOL”, REMES

Copyright © Armando Almánzar Botello. Reservados todos los derechos de autor. Santo Domingo, República Dominicana.

miércoles, 20 de diciembre de 2023

HOME PAGE DE LA ANGUSTIA. Cyber-delirio textualizado como teatro artaudiano de la crueldad

 «Tyger Tyger, burning bright, / In the forests of the night; / What immortal hand or eye, / Could frame thy fearful symmetry?...» William Blake

     «Pensad que todo lo que puede alcanzarse por vías químicas es accesible por otros caminos.» William S. Burroughs

     «El canto más bello siempre es dictado. En la trama de lo real se abre una herida que no resiste a la voz del dios, que es lo suficientemente libre para recibir esa voz.» Massimo Cacciari

     «El sujeto se extiende sobre el contorno del círculo cuyo centro abandonó el yo. En el centro hay la máquina del deseo, la “máquina célibe” del eterno retorno.» Gilles Deleuze y Felix GuattariEl Anti-Edipo. Capitalismo y  esquizofrenia 

     «Un cyborg es un organismo cibernético, un híbrido de máquina y organismo, una criatura de realidad social y también de ficción...Todos somos quimeras, híbridos teorizados y fabricados de máquina y organismo; en unas palabras, somos cyborgs. Este es nuestra ontología, nos otorga nuestra política... El cyborg es una criatura en un mundo post-genérico.» Donna Haraway: “Manifiesto cyborg”

     «A la copia no le asiste la dignidad del simulacro.» Armando Almánzar-Botello

«Parafraseando a Samuel Beckett: En el principio era el humo(r), el sinsentido, el disparate; luego vino la tecnociencia...» Armando Almánzar-Botello 

     Por ARMANDO ALMÁNZAR-BOTELLO

     Al gran poeta y músico dominicano Manuel Rueda, fundador del Movimiento Pluralista, in memoriam

     A William S. Burroughs y a Allen Ginsberg, in memoriam

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La escritura es un derrumbe suspendido en cada lágrima,

un rumor del abismo bordeando cada letra...

Sentir nanorrobótico su phármakon desciende:

rueda en fértiles grafemas que alucinan por la página 

gradientes de semiosis turbulentas...

Coescribiéndome la sangre imantada por los astros

canta rayos y centellas...      borda imperceptibles cuerpos,

                        deviene lo innombrable,

                        tensa el límite del logos:                    

Con húmedo silencio de secreto indecidible 

irrumpe seminal en Mundos...

¡Erótica la Técnica idéntica a la Mántica!

    Neurociencia cognitivo-rizomática:

En bucle retroactivo sin falacia mereológica

me cifra en la prosodia neural el pensamiento.

        En la fosa de Milwaukee, sigiloso, 

un íntimo y sombrío tetrakráneon cibernauta, 

                —vehemente, contingente—

me interludia y me transmite los mensajes virulentos.

Monitor clarividente, con pantallas de la mente y telealiento, 

mi triúnico cerebro los vislumbra.                             

Neutro, célibe y maquínico, el Se impersonal mira 

y descifra 

                    —tensor libidinal de curvatura éxtima—,

política la huella originaria del dominio 

fraudulento que traduce.

Rituales del deseo y su fuga deformante,

de la escala logarítmica revierte.  

Divino y transgresivo el Se congrega en su retorno 

un coro disyuntivo de torsiones coreográficas:

la máquina en gorjeos deseantes. 

(Paul Klee redefinió, en el régimen escópico, 

el canto de la luz con artilugios pulsionales).

Ge-Stell: ¿lugar del máximo peligro; 

resplandor primerizo de la Ereignis?

¡Erótica la Técnica idéntica a la Mántica!

Virtual plano luminoso de caósmica inmanencia, 

entrópico y convulso lo tántrico semántico, 

intensivo-polifónico en Banda de Moebius,              

            tensa la recóndita epidermis 

—(de)mente sinsentido su bruñida superficie 

topológico-erótica—: 

                                        fonemático-asintáctico, 

delira en micro-máquinas caóticas mi texto.

Algo se actualiza en la potencia de lo blanco:

Oh please, wait a minute, mister postman.

Is there a letter, a letter for me?”

La escritura es un derrumbe suspendido en cada lágrima,

un rumor del abismo bordeando cada letra...

En la mesa apagada de los pobres:

Why do we labor at the text?

Sentir nanorrobótico mi phármakon despierta:

¡Arden gestos caligráficos del Momo irreverente!

¿Quien envía las misivas nos envía los misiles?

Soledad en estas calles... Soledad en esta página.

Miro y nombro a los terribles paseantes del olvido:

su inconsciencia de hologramas proyectados por la muerte.

Enigmático es decir: 

potencial amistad anterior a la amistad.

Grávida de mundos diferidos, ruge,

                                                                 truena,

estalla indescifrable su palabra prometida.

Pulso cuerda      supercuerda      vibro tiempo.

        Sinfondo el Universo ríe números:      

              negros agujeros del delirio.

Transitan letras rotas por los bordes cavilantes...

Me desangro aquí en la herida del Otro y no lo encuentro.

¡Cuántos cuánticos espectros!

Ruido y texto:

                          ¿De ellos es lo nuevo, lo narrado?

Ojos que des-miran,

escuadrones de las patas.

Apéndices que muerden las astillas del sentido 

crujiendo su regreso por la Red interferida:

Alabastro de tus nalgas,

enigmático circuito prodigioso de tus venas...

(... Escriben ditirámbicos cangrejos criptogramas

de fuego y de lujuria corrosiva en las pantallas:

Renegridas pizarras de la muerte...)

Mi traje de sensores me habla de tu aliento.

El vino se derrama entre tus muslos y tus senos.

                 ¡Milagro de fotones!

Retórname un crustáceo con las pinzas erizadas:

William Burroughs lo reporta en cut-up

con su reversa:

                             guante fálico deambula 

pervertido y devorante,

desnudo hacia la mano femenina en cinco patas.

¡Aráñame      desgárrame      alúmbrote la sangre!

yo lamiéndote la sombra en los pliegues del asombro

enlázate y derrúmbate en la página conmigo:

¡Gruña contra el muro de tu cuerpo mi escritura!

Cangrejo esquizofrénico crujiendo las palabras,

mi mano en data glove se moja en tu misterio:

                    un virus la revierte,

                    deviene travestida

tecleando sigilosa tu regreso en hipertexto...

Sin fin tachado el Ser con su dolor llamada es rota...

En la era postmoderna cibernética y genómica, neoalquímica

¿trágica semiótica por cómica es la erótica?

Simplemente soy un cyborg      doble máquina que siente:

y en tu piel oscurecida por la fiebre voy leyendo,

que tu sueño es el agua que adivino con mis labios,

y tus labios dicen sueños de un insomnio inabordable...

Soledad en esta Red,

                                      soledad en los espejos.

Busco a Ella que me huye por satélites distantes

cuando añora mi palabra el enigma de su carne.

Pienso Amor y curvo el texto.

Digo Ser tachado en cruz por el olvido,

y su cuerpo irrepetible como un río es el incendio.

¡Erótica la Técnica idéntica a la Tántrica!

La escritura es un derrumbe suspendido en cada lágrima,

un rumor del abismo bordeando cada letra...

En la mesa apagada de los pobres:

Why do we labor at the text?

¡Aráñame, desgárrame, alúmbrame la sangre,

ardiendo hacia la tierra prometida!

Bebiéndome tu asombro en el centro de tu sombra,

escapa de la página conmigo...

Despierta por el toque de tus manos:

camina combativa por el mundo enamorada,                                                          

            mi caósmica escritura.

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Mayo de 2001 (Texto retocado). © Armando Almánzar-Botello

Poema tomado del libro de Armando Almánzar-Botello titulado: Cazador de Agua y otros textos mutantes. Antología poética 1977-2002, Editora Nacional, 2003, pp 100-103. Santo Domingo, República Dominicana.

© Armando Almánzar-Botello. Santo Domingo, República Dominicana.

Otro blog en el que figura este mismo texto:

Blog Cazador de Agua: https://tambordegriot.blogspot.com/2013/04/home-page-de-la-angustia.html?m=0

Copyright © Armando Almánzar Botello. Reservados todos los derechos de autor. Santo Domingo, República Dominicana.

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GENÉTICA MOLECULAR, INGENIERÍA TRANSGÉNICA Y NANOTECNOLOGÍAS: SÍNTESIS “MIMÉTICA” DE SABORES Y ALIMENTOS ORGÁNICOS, ANIMALES Y VEGETALES

     «Lo que fue una mera creación de la fantasía hoy contituye una real posibilidad técnica. No obstante, la serie Star Trek y varias obras literarias y cinematográficas de ciencia ficción contemporánea simplemente difundieron para el gran público lo que siempre ha sido una posibilidad técnica en el horizonte de la investigación biotecnológica y tecnocientífica más moderna, desde el advenimiento de la genética molecular, la ingeniería genética, la digitalización computacional de los procesos, las nanotecnologías húmedas y secas, etcétera.» Armando Almánzar-Botello

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22 de octubre de 2017

LAS BOMBAS DE PAUL VIRILIO (Notita)

     Por Armando Almánzar-Botello

     Al admirado amigo artista, dramaturgo, actor, narrador y director de teatro Giovanny Cruz Durán

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     El filósofo y urbanista francés Paul Virilio, uno de mis pensadores críticos favoritos desde hace muchos años, al referirse a la vertiente negativa que inevitablemente comportan todas las invenciones técnicas o tecnológicas en lo relativo a los ACCIDENTES que ellas pueden ocasionar, habla de tres tipos de BOMBAS TECNOLÓGICAS propias de la modernidad y la tardomodernidad: 

     1- La BOMBA ATÓMICA, con lo que ya sabemos de su poder destructivo: genocidios como los de Hiroshima y Nagasaki; desastres nucleares como los de Chernóbil, Fukushima; nuevas enfermedades o conflictos generados por los mismos usos pacíficos de la energía nuclear; amenaza constante de una guerra global de exterminio, etcétera.

     2- LA BOMBA GENÉTICA: con los riesgos que comporta la manipulación del genoma de los seres vivos –la utilización inhumana de la transgenia o ingeniería genética por parte del biopoder, la “caotización” programada de los ecosistemas, la programación perversa y supremacista de ciertos fenotipos “transhumanos o posthumanos” en detrimento de la equidad-unidad genética específica del Homo sapiens sapiens...

     Paul Virilio, Donna Haraway, Hans Jonas, Rosi Braidotti, Iván Illich, entre otros, han denunciado, en el contexto de la sociedad capitalista tardomoderna y crematística, las faltas corporativas de respeto al “principio bioético de precaución y responsabilidad” (Hans Jonas). 

     Este problema bioético inevitable –cómo los gobiernos contralan a las grandes corporaciones en el uso de las biotecnologías– implica una severa amenaza política y medioambiental: la síntesis de nuevos productos biológicos, la creación de segmentos poblacionales vulnerables o inmunes a ciertas nuevas enfermedades producidas en laboratorio, y una subsiguiente traducción de la lucha de clases en lucha literalmente biológica controlada por una tecnociencia y una tecnocracia al simple servicio del gran capital. 

     La MONOPOLIZACIÓN CORPORATIVA de los aspectos positivos –médico-terapéuticos o alimentarios– de dichas tecnologías, redundará en perjuicio de los intereses de las poblaciones del planeta. Triunfo total del biopoder más duro y aplastante, indiferente a la justicia, a la genuina multiplicidad de las técnicas tradicionales de cultivo y producción.

     De hecho, el actual poder que resulta de la conjunción de las biotecnologías y de las grandes corporaciones farmacéuticas, conjugado esto con los nuevos “gadgets” de las industrias corporativas de la alimentación, ya son factores que constituyen un ominoso anticipo de esta distopía viriliana. 

     La única salida en esta trampa-laberinto que nos tiende el llamado “psicobiopoder”, está constituida por la lucha “antropolítica” que conceptualiza el pensador francés Edgar Morin: «pensar global, actuar local; pensar local, actuar global...»

     Actuar “glocalmente” contra las hegemonías explícitas o implícitas del gran capital: tarea teórica y político-práctica difícil, pero no imposible...

     Finalmente, Virilio habla de la BOMBA INFORMÁTICA (título de uno de sus libros), analizando la capacidad que posee esta para desorganizar o caotizar mundos, culturas y valores; para trastornar y dañar las relaciones comunicativas de los seres humanos, sus relaciones “propioceptivas” (relaciones con sus propios cuerpos); para dislocar sus vínculos generales con el universo... 

     Es preciso aclarar que Virilio no es ni desea ser un “luddita” o tecnófobo: también reconoce las evidentes virtudes de los novísimos recursos o gadgets tecnocientíficos: atómicos, genómicos, informáticos, telemáticos, ligados a la inteligencia artificial y a la robótica. Simplemente defiende, como lo hace Hans Jonas, un principio bioético de precaución y responsabilidad en el uso de ciertas tecnologías.

     Resulta muy promisorio que algunos grandes gobernantes del mundo formulen con claridad técnico-política los planteamientos bioéticos que deben estar ligados a las innovaciones radicales e imprevisibles que se pueden producir en el territorio pragmático de las tecnociencias, con sus efectos bifrontes, con sus bonanzas y peligros para la humanidad.

     Armando Almánzar-Botello

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22 de octubre de 2017

Santo Domingo, República Dominicana. Reservados todos los derechos de autor.

P.D. del 18 de marzo de 2022

     A las tres “bombas” de Virilio habría que añadir la “bomba nanotecnológica”, recordando la oportuna declaración o advertencia de Jean Baudrillard en uno de sus últimos libros L ’ Échange impossible, Éditions Galilée, Paris, 1999 [El intercambio imposible, Ediciones Cátedra, Madrid, 2000]: «Lo que surge por la fórmula, perecerá por la fórmula.»

© Armando Almánzar-Botello. Santo Domingo, República Dominicana. Reservados todos los derechos de autor.

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BLOG OTROS TEXTOS MUTANTES

Martes, 2 de agosto de 2016

TÉCNICAS, POSTHUMANIDAD Y CATÁSTROFES (Notita)

     «...Con la intensificación y aceleración de las innovaciones tecnológicas el Anthropos y su realidad socio/tecno/simbólica se “complicarán/simplificarán” de tal modo que tornarán caducos nuestros esquemas cognitivos habituales y nuestras formas tradicionales y “peripatético-apofánticas” de cartografiar la realidad y el pensamiento...» Armando Almánzar-Botello.

     Por ARMANDO ALMÁNZAR-BOTELLO

     Entiendo que no “fracasará” la especie (in)humana como efecto catastrófico de las nuevas invenciones tecnológicas imbricadas en el complejo tejido antropológico planetario de la civilización-mundo actual, tardocapitalista, crematística y globalizada.

     Sin embargo, muchas personas creen en dicho fracaso, reproduciendo con su convicción y sus palabras, quizá sin ellos mismos proponérselo así, los ideologemas que utilizan —como referentes modélicos de las distopías urbanas— las populares imaginerías de la New Age, de cierta ciencia-ficción cyberpunk y de la industria del cine básicamente norteamericana...

     Si a resaltar lo apocalíptico vamos, deberíamos recordar que “aconteció ya la catástrofe”, como dijera un día Martin Heidegger...

     Filósofos contemporáneos que han meditado sobre la compleja relación del hombre con la técnica —Jacques Derrida, H. Tristram Engelhardt, Donna Haraway, Gilles Deleuze, Hans Jonas, Peter Sloterdijk, Giorgio Agamben, Edgar Morin, Giovanni Vattimo, Rosi Braidotti, Jean-Luc Nancy, etcétera– reciben, amplían, matizan y reorientan los planteamientos del gran pensador alemán sobre lo que concibía este bajo los conceptos de Ge-Stell, Verwindung, Ereignis: “Organización Técnica como Apropiación lnstrumental”; “Convalecencia/Distorsión/Rebasamiento de la Metafísica” y “Acontecimiento del Ser como Trans-apropiación o Co-apropiación”, respectivamente.

     Así, queda planteado desde Heidegger y profundizado ulteriormente por pensadores como los que menciono, el rebasamiento de una concepción metafísica de la técnica entendida como simple artificio que amenaza con su funcionamiento el reino y los fundamentos de una presunta legislación ontológica u orden natural inmanente (Jean-Luc Nancy). 

     En realidad, la técnica viene a suplir a una no-inmanencia. Su ineludible impulso, que la conduce a generar una suerte de “artificialización preoriginaria de lo natural”, viene a ser simétrico-inverso a la pretensión heideggeriana de “naturalizar lo artificial”. Aunque no se debe olvidar otro momento en el pensamiento de Heidegger: aquel que concibe a la técnica no como simple amenaza, sino como “envío del ser”... Y ello, según Nancy, debe acontecer en el contexto de un pensamiento finito:

     «No un pensamiento de la relatividad, la cual implica el Absoluto, sino un pensamiento de la finitud absoluta: absolutamente desligada de todo acabamiento, de todo cierre infinito e insensato. No un pensamiento de la limitación, la cual implica lo ilimitado de un más allá, sino un pensamiento del límite, como aquello sobre lo cual, infinitamente finita, la existencia se levanta, y a lo que ella se expone. No un pensamiento del abismo y de la nada, sino un pensamiento del in-fundamento del ser: de este “ser”, del que la existencia agota toda la substancia y toda la posibilidad. Un pensamiento de la ausencia del sentido como la única prenda de la presencia de lo existente. Esta presencia no es esencia, sino  —epekeina tès uosias— nacimiento a la presencia: nacimiento y muerte a la presentación infinita del hecho de que no hay sentido final, sino un sentido finito, que hay sentido finito, que hay sentidos finitos, una multiplicación de estallidos singulares de sentidos extraídos de ninguna unidad ni substancia. Esto, que no hay sentido establecido, que no hay establecimiento, ni institución, ni fundación del sentido, sino una venida, que hay venida, venidas de sentido...» Jean-Luc Nancy, Un pensamiento finito, Anthropos Editorial, Barcelona, 2002, p. 33.

     Para Jacques Derrida y Jean-Luc Nancy no existe pureza o inmanencia de lo natural; la técnica, la tecno-erótica del con-tacto, de la auto-afección conjuntiva-disyuntiva, contamina desde siempre la presunta pureza de la esencia. 

     Técnica generalizada: copertenencia o coapropiación inextricable, indisoluble, indecidible, de techné y physis

     Lo aseverado anteriormente no viene a negar, bajo ningún concepto, la necesidad de que las grandes corporaciones, consorcios y equipos de investigación respeten el principio bioético de precaución.

     Con la intensificación y aceleración de las innovaciones tecnológicas el Anthropos y su realidad socio-tecno-simbólica se complicarán-simplificarán de tal modo que tornarán caducos nuestros esquemas cognitivos habituales y nuestras formas tradicionales y “peripatético-apofánticas” de cartografiar la realidad y el pensamiento.

     Para algunos pensadores, como Sloterdijk, lo señalado en el párrafo anterior ya se ha producido: la compleja realidad de nuestros días presentes (y más aún, por venir) desborda los presupuestos del humanismo, el falogo-fonocentrismo y el antropocentrismo eurocéntricos.

     Lo extraño, lo insólito, lo monstruoso, lo indescrito, lo muy complejo, lo paradójico y paraconsistente, “cohabitan” de modo indiscernible con lo familiar, con los valores convencionales o verosímiles vigentes aún en nuestros días...

     Como decía el pensador y urbanista Paul Virilio, a cada invención técnica y tecnológica corresponde una forma particular de accidente...

     A las indudables posibilidades creativas y prestaciones funcionales múltiples de las novísimas tecnologías (inscritas, quiérase o no, sépase o no, en el dominio programador comandado por una “picobiopolítica”), se añadirán paulatinamente nuevas especializaciones, protocolos, códigos y especificaciones, correspondientes a los accidentes por ellas generados.

     Así pasa y pasará con la Realidad Virtual y la Realidad Mixta o Aumentada. Sus riesgos podrían quizá subsumirse bajo lo que Virilio denomina “La Bomba Informática”... Dicho sea de paso: la Realidad Aumentada o Mixta no es una tecnología punta novísima, es prácticamente un efecto colateral de las investigaciones y logros operados en el seno de la misma Realidad Virtual. Lo nuevo, en efecto, lo constituye su comercialización a gran escala.

     Eso sí, veremos “aumentadas”, hasta niveles nunca vistos, las formas de control y vigilancia panópticas, banópticas, sinópticas, nanópticas, cuantópticas, dando ello como resultado un nuevo mundo-laberinto, rizomático, en el que los criterios morales, éticos, jurídicos, políticos, económicos, artísticos, científicos, religiosos, etcétera, incluyendo nuestro sentido fenomenológico de la intercorporalidad-mundo, la llamada verdad, y las complejas relaciones del sujeto y el cerebro-sujeto (injeto, ejeto y superjeto: Gilles Deleuze) con lo real (físico, virtual, ampliado, reducido, simulado, mixto, duplicado, metamórfico, cibertransgénico, nanoneurológico...) quedarán, inevitable, rizomática, profunda e irreversiblemente transformados.

     Eso que describo ya germina en este “ahora” con la evidencia un tanto agazapada y ominosa de un “misterio a plena luz” regido por “atractores extraños”...

     Surgirán, y ya surgen, nuevos fundamentalistas del retorno a “lo natural”, pero “lo natural” sin técnica nunca ha existido: la naturaleza se “artificializa” a sí misma, decía el gran poeta-filósofo latino Lucrecio.

     Se requiere de apertura y co-funcionamiento de “mente”, “artificio” y “corazón” (tecno-kokoro, dirían los japoneses) para que el Homo sapiens sapiens, tecnologizado y complejizado por las “inter-retro-acciones” (Edgar Morin) entre cuerpo, mundo, tecnociencias, valores culturales... y rigiéndose por un nuevo Principio de Cautela, Precaución o Prudencia, permita que lo posthumano “pronuncie” su nueva (im)presencia en la Existencia, en esta región provisoria del Universo...

Copyright © Armando Almánzar Botello. Reservados todos los derechos de autor. Santo Domingo, República Dominicana.

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VÍDEOS:

     Antonin Artaud

https://youtu.be/HL5ycjxBweg

     Inmortalidad y tecnociencia 

https://youtu.be/OUAPDYv15HI?si=cwaGqgLjP7zw8GUn

martes, 19 de diciembre de 2023

¿RESENTIMIENTO HERMENÉUTICO? Diferencias entre interpretación y uso de textos

 «La ética del sujeto de la escritura no coincide de forma absoluta con la moral del individuo político en su accionar mundano. Los panfletos antisemitas de Louis-Ferdinand Céline no restan valor a la obra literaria de ficción del genial autor de Muerte a crédito y Viaje al fin de la noche, ¡pero no dejan por ello de ser abominables!» Armando Almánzar-Botello

     Por Armando Almánzar-Botello

     A Luis-Ferdinand Céline; a Antonin Artaud, in memoriam

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     Alguien dijo que la “vida” y la “obra” de un artista creador son “duplicaciones paralelas de una escena fantasmática hurtada”... inconsciente, traumática... 

     La llamada “vida”, entendida como plétora y campo ilimitado de posibilidades inmanentes (“la vida la muerte”, escribía Derrida, uniendo sin coma ambos puntos extremos en un espacio atópico de indeterminación e incertidumbre) se encuentra, evidentemente, por encima de la mera “obra” como “simple” producto de un acto creativo de escritura, participa de una dimensión est/ética distinta a la  que implica dicha obra.

     Como podríamos entender si leemos Proust y los signos de Gilles Deleuze, la literatura y las artes en general son “vida esclarecida”, vida orientada, vida contraefectuada, dirigida, seleccionada y transfigurada en sus accidentes, devenidos estos así en “acontecimientos” generados por los signos.

     Si la obra, en su complejidad semiótica, contradictoria y polivalente, atraviesa los prejuicios, ideologías, convenciones y narcisismos de época, es decir, si se constituye en “obra” creativa más allá del ruido relativamente inarticulado de los contextos, no cae como tal bajo el hacha del juicio moral normativo: abre más bien un espacio de exploración y constitución de sentidos inéditos, desconocidos, que vendrían a transformar radicalmente la mentalidad y los cuerpos canónicos de los receptores del mensaje, tal como acontece en el teatro artaudiano de la crueldad.

     En este orden de ideas podemos afirmar que el Louis-Ferdinand Céline de Viaje al fin de la noche no es el mismo autor de los panfletos antisemitas. Por lo menos, la estrategia escritural y ética no es la misma en ambos casos.

     En esa gran novela del escritor francés, al igual que en su Muerte a crédito, existe lo que Julia Kristeva denominaría una exploración escritural sublimatoria de la abyección, de la emergencia histórica de una cierta “pulsión de muerte” y del sinsentido, pero no se instaura, de ningún modo, una ideología racista, ultranacionalista, autoritaria, asesina, militarista o complaciente con los poderes fácticos, sino, muy por el contrario, una especie de carnavalización bajtiniana del apocalipsis de las significaciones ideológicas convencionales e hipostasiadas...

     Los panfletos celinianos revelan el “error” ético-político y práctico de Céline, un inexcusable antisemitismo fascista, si se quiere. Pero esta dimensión de su obra nunca invalida su otra escritura, la creativa, generadora de obras transformativas con valores semióticos permanentes.

     Para los japoneses tradicionales, por ejemplo, el ideal del hombre de letras íntegro implica necesariamente la conjunción de las vertientes ética y estética, pero, lamentablemente, no siempre es así en la experiencia concreta de todos los grandes autores.

     Junto con el “recriminable”, latente o explícito odio en bruto que puedan expresar algunos supremos hacedores literarios como Céline a través de ciertos actos de su vida y de su escritura extraliteraria, actos considerados, con mayor o menor grado de hipocresía, como “injustos y perversos” cuando son medidos desde un cierto punto de vista de apreciación axiológica, existen también, en posición simétrico inversa, otros grandes escritores cuyo odio ideológico se expresa, veladamente, a través del resentimiento valorativo contra la excelencia literaria lograda por esos “supremos hacedores”. 

     El gran escritor, a pesar del peso específico real y trascendente de su obra creativa, es propenso a ser denostado cuando no participa de los mismos principios ético-políticos que defienden sus rencorosos críticos. 

     El genio, cuando algunos actos de su vida se apartan de lo razonable o verosímil para la moral colectiva o normativa, es eventualmente reprimido, censurado y estigmatizado como “inmoral” o “monstruoso” por los poderes constituidos. Piénsese, a modo de ejemplo, en la tradición maldita de los “hijos espirituales del Marqués de Sade”, en la negación del Premio Nobel a Jorge Luis Borges debido, supuestamente, a la manifiesta simpatía del gran escritor argentino por el régimen dictatorial de Pinochet, por el imperialismo británico y por el franquismo, o, en cambio, en la negativa a concederle a Borges dicho galardón por un oscuro y mediocre motivo que sería casi peor que los anteriores: la venganza del ego herido de cierto académico inefable que llevó su resentimiento hasta el punto de negar el reconocimiento a un hombre de letras cuya obra desborda con creces, por su calidad a toda prueba, los prestigios de la misma institución que pudo premiarla...

     ¿No acontece algo similar a lo anteriormente señalado en lo que entendemos como espíritu de venganza y “apreciaciones de mala fe” realizadas por un gran ensayista judío como George Steiner, cuando en su importante obra Extraterritorial. Ensayos sobre literatura y la revolución lingüística, llevado por su legítima posición antirracista, “prosemita” y antifascista, defiende la supuesta superioridad artística del Lucien Rebatet de Les deux étendards con respecto al Céline de Mort à crédit?  

     Para mí, sin regateos, Louis-Ferdinand Céline, junto a Kafka, Mann, Proust, Joyce, Beckett, Virginia Woolf, etcétera, es uno de los más grandes escritores de Occidente desde Dante, Cervantes y William Shakespeare.

     El problema ético del “don del poema”, del don textual y su escritura creativa, va más allá de la simple y burda denuncia criminal o panfletaria, más allá del plagio como simple robo, de la usurpación de pedestales, del intercambio compensatorio de minusvalías psicosociales, de la circularidad interesada del mercado y del moralismo maniqueo de aquellos que Niestzsche denominó los falsos sacerdotes...

     Repetimos al pie de la letra lo anteriormente dicho por nosotros: «Los panfletos celinianos revelan el “error” ético-político y práctico de Céline, un inexcusable antisemitismo fascista, si se quiere. Pero esta dimensión de su obra nunca invalida su otra escritura, la creativa, generadora de obras transformativas con valores semióticos permanentes.»

     Esa complicación ética nos sitúa, o debería situarnos, más allá del mero resentimiento patológico y del espíritu de venganza que no alcanza el estatuto de suplencia sinthomática (Lacan) estéticamente lograda…

     Lo ideal sería, para el sujeto en situación de discurso y en acto generativo de escritura polivalente, poner en su existencia, en su vida ético-práctica —a su cuenta y riesgo personales— “un poco” de lo que haya perfilado como aventura del sentido en su obra creativa (no solo a la inversa); descubrir en los sentidos múltiples de su “propio” texto nuevas posibilidades de vida y socialidad; dejar un espacio en el discurso para el punto de ignición que constituye lo Real como pulsión de muerte transmutada, como telón de fondo, afuera genético y ruido blanco de la existencia multiforme... 

     En fin, debemos economizar violencia (auto)destructiva y psicosis desencadenada a través de la escritura como teatro de la crueldad, como logrado testimonio virtual de la catástrofe, como lluvia sinthomática de letras que hace lazo social est/éticamente, para decirlo tal como pensaron estos problemas Antonin Artaud, Maurice Blanchot y Jacques Lacan, respectivamente. 

     No obstante, si la dimensión abierta, transformativa, textualmente libérrima y transideológica de una obra creativa de ficción —constructo semiótico, configuración sígnica o valor que se abre promisoriamente a lo desconocido, a la multiplicidad y a la desterritorialización en su carácter de línea de fuga y de justicia pluralista inmanente—, resulta que no es alcanzada, seguida o prolongada por los actos de la personalidad empírica o biográfica de su autor, ello no debe ser obstáculo que impida el reconocimiento de la grandeza artística del trabajo transmutante realizado por el sujeto de la escritura en la generación de dicha obra.

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Agosto de 2003 (Texto ligeramente retocado).

Publicado en el Blog Cazador de Agua. 

Sábado, 16 de febrero de 2013

© Armando Almánzar-Botello. Santo Domingo, República Dominicana

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ARTE E IDEOLOGÍAS

     Por Armando Almánzar-Botello

     No he dicho que las ideologías no existan en las obras artísticas y literarias, ¡pero el arte auténtico, si es tal, debe trascenderlas!

     He señalado la grandeza estética de la obra de William Butler Yeats, cuyas creaciones conozco desde hace largos años, y puedo asegurar que su obra, como valor literario, trasciende todo fascismo beligerante o racista. 

     Defiendo al genial Louis-Ferdinand Céline —quien era también antisemita y pronazi—, como uno de los valores más altos de la literatura universal de todos los tiempos, hasta el punto de situarlo al nivel de Dante, Shakespeare y Cervantes. Pero Céline no se agota en sus abominables panfletos antisemitas; es un genial creador de universos plurales. Por tal razón pudieron aprovecharlo, en su extraordinaria potencia estético-inventiva, figuras como Jean-Paul Sartre y Henry Miller, Samuel Beckett, Allen Ginsberg, Norman Mailer, Kurt Vonnegut y Günter Grass, entre otros muchos escritores de gran relevancia literaria...

     Amo la poesía de Ezra Pound, quien fue un activo fascista mussoliniano... Reconozco el valor de la obra de tantos otros autores que se vieron seducidos por ciertas ideas políticas de corte nazifascista... Pero en todos, la obra creativa trascendió las ideologías; por ello, precisamente, fueron grandes hombres de letras. Si se hubieran limitado a escribir panfletos pronazis, profascistas o procomunistas, personalidades como el gran Pirandello, Céline, Yeats o Brecht no fueran lo que son en la historia de las letras: grandes autores que cambian y enriquecen nuestra forma de concebir el mundo de lo múltiple... 

     Por otra parte, como bien señalan Derrida y el mismo Octavio Paz, una cosa es el nazifascismo racista, segregativo, negador de la universalidad, y otra, muy distinta, la ideología revolucionaria marxista, la cual, a pesar de cierto estalinismo y sus graves errores, pretendía (y pretende) actuar en nombre del universalismo y la justicia. 

     Stalin, pese a su autoritarismo violento, no debe ser comparado con un Hitler, por ejemplo. El primero estaba a favor de una Unión Soviética Europea, el segundo a favor de una Europa Alemana... 

     Como diría Slavoj Žižek: ellos “encarnan dos modos distintos de suspensión política de la ética”. 

     La función del arte no es dar legitimidad a ninguna ideología (ideologías que no se reducen solo a la política), sino plantearlas, explorarlas en la obra para atravesarlas y pulverizarlas con la finalidad de generar el espacio de lo Abierto, de lo desconocido potencial, por medio de la multiplicidad de sentidos y sinsentidos en conflicto... 

     Por cierto, Octavio Paz, quien fuera cuestionado en principio por una cierta izquierda mexicana ortodoxa y recalcitrante, valoró en su momento el pensamiento marxista crítico y habló literalmente del socialismo “como la única salida racional a la crisis de Occidente”…

     Los intelectuales, creadores, escritores, pensadores, artistas deben estar siempre vigilantes frente a las posibles y muchas veces perversas seducciones de los poderes establecidos, estatales o fácticos, sean o no sean llamados plurales o democráticos. 

     Como entiende el pensador francés Jacques Derrida: la democracia, en su perfectibilidad, siempre está por venir...

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Junio de 2016

©Armando Almánzar-Botello, Santo Domingo, República Dominicana. Reservados todos todos los derechos de autor.

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EL ANCIANO POETA APASIONADO... «¡No a la estetización de la violencia!»

     Por Armando Almánzar-Botello

     Una espesa y polimática noche, cuando ya muy enfermo y cercano al final de su intensa vida creadora se había establecido en la costera y pintoresca ciudad de Menton, en la Riviera Francesa, el gran poeta irlandés William Butler Yeats —sumergido en pleno delirio poético, inspirado quizás por remotos fantasmas que bullían en el aire turbulento de la leyenda, en la memoria histórica febril y su honda paradoja de lúcido y alucinado pozo visionario, inagotable— monologaba decidido en alta voz, oculto para el mundo en la secreta penumbra de su dormitorio insomne.

     Creyéndose libre de la mirada trivial de los otros reales, Yeats cubrió su cráneo con un viejo casco guerrero samurái, tomó en su mano derecha la katana o espada japonesa que junto con el casco había adquirido varios años atrás para su colección personal, y, en la fosforescente oscuridad imaginaria, frente a un gran espejo de pedestal en el que se reflejaba la luna, elevó la mítica espada que lanzaba destellos mientras el poeta gesticulaba de un modo histriónico y violento con su  mano izquierda firme todavía...

     Entonces, algunos de los suyos, ocultos tras las cortinas de la puerta entreabierta del dormitorio-estudio del bardo, como si contemplaran una obra japonesa de teatro Noh, vieron y oyeron decir al inmenso, único y verdadero Poeta Nacional de Irlanda, con una voz semejante a la de un fantasmal y secreto mar impetuoso y premonitorio: 

     «¡Conflicto! ¡Conflicto! ¡Más conflicto!»... 

     Era casi el principio de la Segunda Guerra Mundial. El poeta William Butler Yeats vislumbraba ya su propia e inevitable decadencia física, y profundamente exaltado su espíritu combativo por su apego anticomunista y antidemocrático al movimiento fascista, manifestaba y dramatizaba en soledad su adhesión incondicional a lo que él entendía como un necesario respeto elitista a los más dotados, a los mejores en la jerarquía del intelecto y la sensibilidad, al espíritu samurái guerrero y aristocrático.

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     Amo profundamente la gran poesía del Poeta Nacional de Irlanda William Butler Yeats, tanto la de su primera etapa creativa como aquella de la segunda, quizá más ceñida y actual...

     Pero diré algo que podría, tal vez, restar belleza a la trágica y hermosa escena reescrita por mí en el fragmento anterior: William Butler Yeats simpatizó, al igual que Ezra Pound, Luigi Pirandello, Pierre Drieu La Rochelle y otros muchos intelectuales de la época, con el terrible y seductor fascismo. 

     Casi toda la parafernalia guerrera y samurái de la vida y la obra poética y teatral de Yeats corresponde a una “estetización de la pura violencia”, lo que bien podría ser recuperado como simple ideología por ciertos poderes cuyo negocio es precisamente la guerra. 

     Con reconocer eso no pierdo de vista la conmovedora belleza (rotamente seductora), ni el sentido lúdico, histriónico, ni la sublime dimensión ética y alegórico-simbólica que se ponen de manifiesto en la figura de un hombre cercano a su muerte, dispuesto activamente a decirle un ¡Sí! orgiástico, perseverante y trágico a la Vida y al conflicto ineludible que esta entraña... 

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27 de junio de 2016

© Armando Almánzar-Botello, Santo Domingo, República Dominicana. Reservados todos los derechos de autor.

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Adenda:

DIVAGACIONES ORIENTADAS EN TORNO A LA IDENTIDAD, EL COMPROMISO, LO POLÍTICO, EL HUMOR NEGRO, EL INTELECTUAL, EL ARTE Y EL DOLOR DEL OTRO…

     Por Armando Almánzar-Botello

     Marta Traba, la gran crítico de arte argentino-colombiana que falleciera de forma lamentable en un accidente aéreo en 1983, hablaba en los años setenta de “vanguardias en el vacío” para referirse a cierta práctica latinoamericana y caribeña del arte y el pensamiento que, sencillamente, repetía de un modo acrítico, subalterno, colonialista, al margen de las especificidades y la naturaleza de las circunstancias locales, todo lo que fuere discurso estético impuesto por las grandes metrópolis y las aduanas.

     Muchas veces, o casi siempre, esta aceptación de lo foráneo se producía sin reparar en la verdadera calidad de esos productos importados.

     Desarrollando este concepto, Marta Traba planteaba en los años setenta un severo cuestionamiento a cierto cosmopolitismo, paradójicamente provinciano, de vocación esnobista y subordinada, que profería un ciego y acrítico “sí” a casi todo lo que como propuesta creativa o intelectual procediera de los Estados Unidos, de Europa y de otros lugares hegemónicos promovidos como tales por la dinámica internacional de la época.

     Aunque no coincido totalmente con los casi siempre lúcidos planteamientos de la desaparecida escritora y crítico de arte argentino-colombiana, creo que las ideas de Traba en el momento en que fueron planteadas, encontraron su justificación como pertinente crítica cultural e ideológica a cierta forma de neocolonialismo.

     Reconocemos que hoy, en pleno año 2004 del siglo XXI, los procesos multidimensionales de la llamada Globalización, el carácter vitalizante, ineludible y necesario que reviste la coapropiación entre lo vernáculo y lo transvernáculo, el gran “interaccionismo físico y virtual” propio de un mundo mediáticamente planetarizado, etc., etc., son factores que obligan a reconceptualizar las llamadas “identidades culturales latinoamericanas” (tema de gran debate en los años sesenta y setenta), en términos de flujos, devenires rebeldes, diagramas de fuerzas, “esencialismos estratégicos”, apropiación-distorsión de tradiciones mayores, mestizajes, hibridaciones y aires “transgénicos” de familia, más que si de meras esencias a-históricas se tratara.

     Octavio Paz, en plenos años 70-80, afirmaba no creer en la esencia inconmovible de los pueblos, y rechazaba la “identidad cultural” entendida como una simple inmovilidad ahistórica, ontológica, petrificada, para pasar a idearla en términos dialógicos, modales, carnavalescos, diferenciales y polifónicos, como un baile de máscaras o disfraces en perpetuo movimiento…

     No obstante, jamás debemos perder de vista la “admonición” epistemológica de Marta Traba, o por lo menos, una cierta versión de lo defendido por ella casi como una dialéctica entre lo “propio” y lo “impropio”, frente a la vocación imperialista y neocolonial de ciertas metrópolis y políticas culturales.

     Lo rescatable de su postura crítica podría ser redescrito y redefinido en términos de una teoría de la complejidad neocolonial y postcolonial, que toma en cuenta la interrelación antropolítica, multivalente, abierta al acontecimiento imprevisible y no programado, tal como la concibe y formula Edgar Morin cuando nos transmite la necesidad de la fórmula: “pensar global/actuar local; pensar local/actuar global”, para poder “inteligir” mínimamente lo que acontece en el mundo contemporáneo…

     Por otro lado, el pensador alemán Theodor W. Adorno (miembro de la Escuela de Frankfurt y posteriormente, junto con Max Horkheimer, creador de la llamada “Teoría Crítica”) consideró que toda “filosofía trascendental”, todo análisis de vocación purista, filosófico-académica, se encuentra inscrito en una red concreta de mediaciones histórico-sociales que tornan inconsistente la pretensión de aislar el pensamiento filosófico de los restantes saberes, disciplinas y prácticas sociales.

     Para Adorno, como para otros pensadores que responden a los nombres de Heidegger, Derrida o Deleuze, la “ambición trascendental del concepto” se ve reducida, redefinida y reorientada por el reconocimiento de cierto carácter histórico, diferencial o inmanente del proceso de creación conceptual, proceso que se descubre ligado, de una forma u otra, a la historia, a una “exterioridad” o a una “complicatio” entendida como campo de mediación entre lo trascendental y lo empírico, tal como ya el mismo Kant lo establece en su concepción de “la imaginación trascendental” como generadora de esquemas de comunicación o pasaje entre la intuición (inerradicable) y el concepto.

     De ahí que un pensador como Derrida hable de “cuasi-trascendentalidad”, para referirse a una estrategia de pensamiento que acepta como necesarios la vocación y el pasaje por “lo trascendental”, pero vaciando subsiguientemente a esta última categoría de todo intento metafísico de absolutización e hipóstasis.

     Gilles Deleuze, por su parte, habla de una “heterogénesis del pensamiento” que implica la resonancia, en el seno de una socialidad generalizada, entre “conceptos”, “personajes conceptuales”, funciones lógicas y matemas, perceptos y afectos… No existe una zona de asepsia que pueda presentarse, como “valor” trascendental, independientemente de un inevitable proceso de “contaminación” que implica esa mencionada resonancia entre lo filosófico, lo artístico, lo político, lo creativo, lo ecológico, etc., etc.

     Algunos lectores se preguntarán el porqué de este mi actual juego de lenguaje, las razones, si las hay, de mi hasta repetitivo y cuasi “didascálico” decir en este particular contexto.

     A esa interrogante intento responder ahora diciendo que no pretendo aquí operar un simple ejercicio de estilo que reitere, con cierto donaire, ideas manidas o insulsas para con ello reeditar el hastío de los mínimamente pensantes o propiciar, una vez más, el mayor regocijo redundante de los eunucos hedonistas del pseudo-concepto. ¡No!

     Escribo estas líneas al observar en nuestro país a intelectuales y artistas que presumen de ser “logopuristas” y “apolíticos”, que conciben como un “valor” real su mañosa “apertenencia” ideológico-política, su mentido “desinterés” por los asuntos “mundanos”.

     Ellos consideran innecesaria la apertura de sus mentes a cierta “exterioridad del acontecimiento” que pueda ir un poco más allá de la simple novedad editorial de autopromoción, un poco más allá de la intelección de “lo político” como estricto “apandillamiento” partidista con fines de lucro agiotista-egotista y amarrado a las insignias del Amo.

     Ellos, “esfingeizados” a la sombra de ciertos poderes, no despliegan reales intensidades de solidaridad y conciencia que atraviesen las banalidades y dogmas de capilla estético-cognitivos (con pretensiones de textos sagrados), en los que indolentemente chapotean como relacionistas públicos del Diablo; no desbordan las “intrigas, disfrutes y oportunismos clánicos” en los que se ausentan de todo EL DOLOR que aúlla en el “afuera” de su mundo; no subliman el comprobable deseo que padecen de torturar al prójimo o de simplemente anularlo.

     Ellos son alabarderos de las perversidades del Sistema Capitalista y de los divertimentos insubstanciales constituidos por ciertas modas y retóricas “mutilantes”, ahora llamadas postmodernas, en un presumido “todo vale cuando lo dice mi cuadrilla o mi turba”. ¡Ellos son los presumidos nacionalistas del Ego hipertrofiado que se disfraza de humildad, mientras le retuerce con académica sabiduría mundana el pescuezo a la Gran Gallina Criolla!

     Parafraseando a Marta Traba, podríamos llamar a esos “artistas”, “pensadores” y sujetos sociales del oportunismo: la “intelectualidad política en el vacío”, aunque algunos de ellos puedan ser exitosos mercachifles y expertos en aviesas y rentables componendas comerciales, “pedagógicas”, burocráticas y político-partidistas.

     Creo en la libertad de cada sujeto para elegir su estrategia cognitiva junto con sus códigos y protocolos de desempeño mundano, pero también creo en la transformativa función crítica del intelectual y del artista.

     Por más que hayan cambiado sus roles en el siglo XXI, sus FUNCIONES TRANSGRESIVO-CONSTRUCTIVAS no son (ni lo serán jamás) contribuir a dar eficiencia al proceso de producción de más detritus y banalidades en la semiosfera, manteniéndose de espaldas, por cobardía o por simple conveniencia mezquina, a procesos históricos que, de una u otra forma, impactan sobre la noción problemática de esos ámbitos que denominamos “la vida”, “una vida”, “la vida la muerte”; campos complejos e interrelacionados de la ciencia, la producción económico-social y los saberes, el amor, el cuerpo y las pasiones, las diversas disciplinas, la organización del trabajo, el sentido de la fiesta y de las artes.

     Durante una cierta etapa crucial de la Segunda Guerra Mundial, escritores como Thomas Mann y Hermann Hesse (por citar ahora exclusivamente a dos grandes de la narrativa alemana moderna), se mantuvieron en confinamiento, relativamente al margen de los relevantes y decisivos acontecimientos que se operaban en Europa desencadenados por los múltiples y complejos intereses en juego, pero este repliegue o retiro estratégico hacia cierta territorialidad “privada” propia del escritor burgués, no implicó por parte de los autores mencionados una huida cobarde hacia lo imaginario ni una renuncia a reflexionar sobre la guerra y la situación espiritual de Europa y del mundo en ese convulso período histórico.

     Ahí están, como testimonio del esfuerzo y la apertura a la problematicidad del mundo de estos dos escritores paradigmáticos, las eminentes deflagraciones textuales que constituyen obras como Doktor Faustus y Juego de Abalorios, entre otros escritos explícitamente alusivos a los importantes acontecimientos por los que atravesaba el mundo en esos años.

     El arte tiene sus modos particulares de semiotización y simbolización, los artistas e intelectuales utilizan diferentes herramientas para transmitir los resultados del impacto del mundo sobre su sensibilidad, sobre su orbe interior, sobre su campo ideoafectivo.

     Samuel Beckett, por ejemplo, parecía apolítico, ¡pero no! Tal como nos revela Theodor W. Adorno, lo histórico y lo “antropológico-político” alcanzan en la obra del irlandés el estatuto filosófico de lo trascendental, mediado por la forma estética estallada. Lo mismo acontece con Franz Kafka, según nos han mostrado Deleuze y Guattari en su obra Kafka. Por una literatura menor, texto en el que figura un Kafka trabajado por lo socio-político y, en particular, próximo al movimiento anarco-sindicalista de su época, según nos confirma también Klaus Wagenbach, uno de los biógrafos del genio judío-checo de lengua alemana.

     El mismo carácter ideológico-político se oculta y se manifiesta, simultáneamente, en la obra del gran poeta judío-alemán Paul Celan.

     A su vez, si juzgáramos a Louis-Ferdinand Céline solo por sus panfletos y su accionar político instrumental, no sería más que un fascista abominable; pero ahí está su obra fictiva con real valor trascendente, donde se pone de manifiesto, por el vigor incandescente de su escritura, el “atravesamiento” de toda ideología pangermanista, autoritaria, colonialista, nacionalista, imperialista o belicista.

     También, el Jorge Luis Borges que apoyó a las fuerzas colonialistas e imperialistas británicas en la Guerra de Las Malvinas; el Borges simpatizante del ominoso régimen de Augusto Pinochet en Chile; el Borges que se reía sin compasión alguna del rapto del padre de un famoso cantante considerado por él de muy baja calidad musical, ese Borges es redimido por una obra que, paradójicamente, sirve a un pensador crítico anticolonialista y anti-autoritario, como lo es Jacques Derrida, para ilustrar, en una cierta zona y etapa de su pensamiento, las categorías teorizadas por el filósofo francés como “deconstrucción” y “diseminación”... Desde luego, como bien lo dijo Marta Traba hace largos años, la gran obra de Borges materializa su real valor literario y su peso específico en la literatura moderna con independencia de las apreciaciones y juicios hermenéuticos emitidos por un Michel Foucault o por un Jacques Derrida...

     No obstante, algunos intelectuales dominicanos, a pesar de sus componendas explícitas o soterradas con los poderes más duros y conservadores, no son redimidos de sus errores políticos o de su hipócrita presunción de asepsia ideológica por la real calidad de su escritura. Permanecen en su rol de meros publicistas y traficantes internacionales de méritos. ¿No es motivo esta triste realidad para que lancemos a los cielos de la patria una desgarrada y transgresiva carcajada artaudiana?

     Como siempre nos recuerdan Gilles Deleuze y Felix Guattari, todo pensador o artista es necesaria e inevitablemente “político”, construye un Cuerpo sin Órganos que participa de lo político, ya sea porque aborde con su obra, de una forma directa, temas de consabida naturaleza política, o porque inaugure y distinga, en la semiótica exploración “(in)visible, (infra)sónica o (infra)semántica” que constituye su actividad escritural teórica, poética o de ficción, territorios o espacios nuevos de socialidad potencial desde los cuales se pueda manifestar, percibir o generar una más compleja y abisal urdimbre de “lo político”, lo histórico-social y lo (in)humano.

     Todo verdadero gran artista pone de manifiesto, tematiza, insinúa o revela sutilmente las transformaciones explícitas o implícitas de las subjetividades micropolíticas de su mundo, los fenómenos que se presentan en su época definidos como “desubjetivación” y “resubjetivación” procesuales de los sujetos. Más allá de todo nacionalismo cerrado y de toda identidad petrificada, él explora los litorales y el rumor de los “acontecimientos” que se producen en su tiempo histórico, las variaciones del Zeigeist, los cambios colectivos, muchas veces imperceptibles —moleculares, microfísicos—, que se operan en las modalidades históricas de goce, productividad y semiotización.

     Finalmente, recuerdo que un pensador dominicano de tanta penetrante seriedad crítico-literaria y artística, filológica y filosófica, como lo fue nuestro gran Pedro Henríquez Ureña, nunca le “sacó el cuerpo mulato y mestizo”, en sus diversos y esclarecedores ensayos y reflexiones, a los problemas concretos y acontecimientos de naturaleza histórico-política de su país y de su época, cuando fueron percibidos por nuestro ilustre humanista como hechos con valor “emancipatorio”, liberador, para la América Latina o para la Humanidad en su conjunto.

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Agosto del 2004

© Armando Almánzar-Botello. Santo Domingo, República Dominicana. Reservados todos los derechos de autor

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