sábado, 22 de agosto de 2015

SLAVOJ ŽIŽEK Y EL LACANISMO (Fragmentarias divagaciones de un diletante)

«Comiencen por creer que no comprenden. Partan de la idea del malentendido radical, fundamental... El momento en que han comprendido, en que se han precipitado a tapar el caso con una "comprensión", [supuesta empatía auto-resonante] siempre es el momento en que han dejado pasar la "interpretación" que convenía hacer [o no hacer para alcanzar la verdad en fuga.]». Jacques Lacan.
                             
                                                   Hans Holbein el Joven: Los Embajadores. 1533.     

Por Armando Almánzar-Botello


Algunos conocedores de Jacques Lacan dirían: brillante pensamiento neo-marxista y crítico-psicoanalítico el de Slavoj Žižek… but... en ciertos contextos, ¿no resulta finalmente mero brillo socrático del agalma?... 

Así, cuando el filósofo esloveno emite con pasión ciertos juicios paradojales o aporéticos que suman "oscuridad" al "lacanés", "código" ya de por sí oscuro, podríamos entender y así parece que lo pensó también el importante teórico Ernesto Laclau en algunos momentos de sus "conversaciones" y divergencias con el autor de "Visión de paralaje", que olvida o desfigura el perfil y la trayectoria del pensamiento de Jacques Lacan, debido a la recurrente apelación de Žižek a lo que aparenta ser una lectura un tanto "forzada" de ciertas categorías presentes en la obra del psicoanalista francés… Pero quizá dicha consideración no sea del todo válida... En estas modestas notas me referiré a la categoría de lo Real y sus relaciones con el objeto "a" teorizado por Lacan. Esto, independientemente de la tripartición a que Žižek somete, a su vez, cada uno de los tres elementos del llamado trípode o ternario lacaniano: Real, Simbólico, Imaginario (RSI). Veamos.

Desde "Contingencia, hegemonía y universalidad" (Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, 2003), obra publicada en inglés con el título de "Contingency, Hegemony, Universality", 2000, y en la que se reúnen a modo de diálogos polémicos ponencias de Slavoj Žižek, Judith Butler y Ernesto Laclau en torno a variados asuntos de naturaleza político-filosófica en el mundo contemporáneo más reciente, se percibía una distancia teorética significativa entre las concepciones de los tres pensadores con respecto a la categoría de lo Real lacaniano.  

Judith Butler había argumentado ya, en su obra "Bodies that Matter" (New York, Routledge, 1993, p. 207):

«...Sostener que lo real resiste la simbolización es incluso simbolizar lo real como un tipo de resistencia. El primer postulado ("lo real resiste la simbolización") sólo puede ser verdad si el último postulado ("lo real resiste la simbolización es una simbolización") es correcto, pero si lo segundo es correcto, lo primero es necesariamente falso...» Judith Butler, obra citada.

En respuesta a los planteamientos de Butler realizados en 1993 y reiterados en "ContingencyHegemonyUniversality", 2000, sobre las relaciones entre lo Real y lo Simbólico en el pensamiento de Lacan, Slavoj Žižek arguye:

«... El vínculo íntimo entre el sujeto y el fracaso no radica en el hecho de que los rituales y/o las prácticas sociales "externos" fracasan siempre en alcanzar el núcleo más recóndito del sujeto, en representarlo adecuadamente alguna internalidad, algún objeto interno irreductible  a la externalidad de las prácticas sociales (como Butler interpreta a Dolar) siempre queda—, sino, al contrario, en el hecho de que el "sujeto" en sí no es nada excepto el fracaso de la simbolización, de su propia representación simbólica; el sujeto no es nada "más allá" de ese fracaso, surge a través de ese fracaso, y el objet petit a es simplemente una positivización/encarnación de ese fracaso. Esta noción del sujeto como la "respuesta de lo Real" me permite finalmente confrontar la crítica convencional de Judith Butler a la relación entre lo Real y lo Simbólico en Lacan: la determinación de lo Real como lo que resiste a la simbolización es en sí una determinación simbólica, es decir, el gesto mismo de excluir algo de lo simbólico, de postularlo como como fuera del Límite prohibitivo (como lo Sagrado, Intocable), es un gesto simbólico (un gesto de exclusión simbólica) par excellence... En contraste con esto debería insistirse en que lo Real lacaniano es estrictamente interno a lo Simbólico: no es más que su limitación inherente, la imposibilidad de lo Simbólico de "llegar a ser él mismo" totalmente... Si lo Real fuera directamente exterior a lo Simbólico, entonces la sociedad definitivamente ex-sistiría: para que algo ex-sista, tiene que ser definido por su límite externo y lo Real habría servido como esta externalidad garantizando la consistencia intrínseca de la Sociedad... La paradoja es, por lo tanto, que Butler tiene Razón: sí, lo Real es de hecho interno/inherente a lo Simbólico, no su límite externo; pero por esa misma razón, no puede ser simbolizado. En otras palabras, la paradoja es que lo real como externo, excluido de lo Simbólico, es en realidad una determinación simbólica; lo que elude la simbolización es precisamente lo Real como el punto de fracaso inherente a la simbolización...» Slavoj Žižek"Contingencia, hegemonía y universalidad", pp. 130, 131, 132, 133. 

Con suma pertinencia teórica y argumentando en  dirección a lo expuesto por Jacques Lacan en su Seminario XXI de 1973-1974, "Los desengañados se engañan o los nombres del padre" ("Les non-dupes errent"), en el que topológicamente se inserta lo real del objeto "a" en el Nudo Borromeo, Žižek concibe lo Real de dicho objeto como un agujero, como vacío destotalizador que opera en tanto constituye un límite de lo Simbólico. Pero este "límite" que implica lo Real del objet "a", como bien lo señalan Jorge Alemán Lavigne y el mismo Laclau, no es equivalente aquí al "noúmeno" kantiano entendido como la "cosa en sí" incognoscibe, fuera de las categorías del entendimiento, ni tampoco es igual a lo "inefable", con respecto a lo cual "sólo debemos guardar silencio", tal como aparece en el "Tractatus Logico-Philosophicus" de Wittgenstein. 

El límite al que se hace referencia en lo dicho por Žižek (y por Jorge Alemán) siguiendo el corpus teórico lacaniano, es un límite interno, un límite a entender como litoral inmanente o intrínseco, "bilocación o indeterminación bifronte" del trazo unario y de la letra, abierto dicho borde por un lado a lo real irrepresentable, como "punto de ignición" y desfallecimiento de la simbolización, y por el otro, a lo Simbólico destotalizado. Este papel "litoral" lo cumplen para Lacan, como hemos avanzado,  la "letra" y la "escritura" entendidas como "sinsentido" que separa, toca y afecta el "no sentido" de lo Real, pero en cópula simultánea con la Deutung, con la significación, con lo Simbólico. Conjunción-Disyunción entre lo Real y el Sentido. Aquí, en el abordaje borromeo de lo Real, éste se posiciona en relación a lo que Lacan denomina extimité (extimidad): exterioridad íntima diferente de la mera exterioridad como simple más allá del límite unívoco, preciso, que pretende clausurar la presunta autarquía de lo Simbólico. A su vez, el segundo Wittgenstein habla de la vivencia, por parte del sujeto experimentador, de un "laberinto complejo de fronteras", en su intento de salir fuera del lenguaje y del sentido. No existe aquí un corte neto entre el adentro y el afuera... 

No obstante, Ernesto Laclau, en un polémico artículo fechado en el 2006, trabajo donde cuestiona los planteamientos de Žižek sobre la concepción de lo Real en Lacan, dice:

«...[Lo Real]... se trata de un exterior radical que no puede ser dominado simbólicamente. Heterogeneidad es otro nombre para lo Real. Esto explica cabalmente por qué Zizek no puede entender el estatus teórico del Real lacaniano: si el modo de producción fuera como lo es para él una matriz formal-trascendental de lo social, todo en la sociedad tendría que explicarse a partir de los movimientos endógenos de esa matriz; ergo, no habría lugar para la heterogeneidad (= la presencia de lo Real). Su absurda atribución de un contenido formal-trascendental a lo Real está reñida con las nociones más elementales de la teoría lacanianaErnesto Laclau. Fragmento de "Por qué construir un pueblo es la tarea principal de la política radical" (Fragmento) Versión original publicada en Critical Inquiry, 32 (4), 2006 «Why Constructing a People Is the Main Task of Radical Politics». Traducción de Nora López para la Revista Cuadernos del Cendes. Aparece versión online.

¿Retorno de Ernesto Laclau a lo que me parece la posición teórica de un Lacan anterior a la Topología de los Nudos, es decir, anterior a los Seminarios XX, XXI, XXII, XXIII?

En su libro “El más sublime de los histéricos”, Editorial Paidós Ibérica, 2013, Slavoj Žižek parece "confundir" las dos caras del objeto “a”: el objeto “a” como tapón fantasmático y el objeto “a” como agujero, falta o vacío en el Otro, causa real del deseo.

En dicha obra nos dice el filósofo esloveno: “El sujeto dispone, a pesar de todo, de un modo de dar consistencia a su identidad más allá de los títulos, las referencias que lo sitúan en la red simbólica universal, una manera de Ser-ahí en su carácter “patológico”, en su particularidad absoluta: la fantasía...” Slavoj Žižek. 2013.

En otro lugar de la misma obra, Žižek afirma: “Únicamente en el sueño uno se acerca a lo real, a esa Cosa traumática que es el objeto causa del deseo, es decir, solo en el sueño uno está al borde de la vigilia y se despierta justamente para poder continuar durmiendo, para evitar el encuentro con lo real.”

Pertinente resulta decir que la “fantasía” no es para Lacan la expresión más directa del objeto “a” en su dimensión real: sólo expresa de dicho objeto su vertiente obturadora. En segundo término, se hace preciso recordar que no es cualquier sueño el que vincula al sujeto con lo que "no cesa de no escribirse", con lo Real imposible lacaniano: ese acercamiento lo logran, por ejemplo, la “alucinación” (algo diferente al sueño) y el llamado “sueño traumático”, la pesadilla. 

Visualizo aquí el problema, la dificultad de aprehensión y la “complicatio” que representa la concepción lacaniana de lo Real en su polivalencia e indeterminación radicales, y máxime cuando pensadores como Žižek, Laclau, Butler, Badiou, Zupancic, Dolar, etcétera, pretenden realizar extrapolaciones de dicha categoría al campo de lo ideológico, lo histórico, lo económico, lo político-social.

Lacan considera, en el mencionado Seminario XXI, que hay dos caras del “a” […] lo que del “a” se imagina y aquello que escapa para darnos su imagen. (Referenciado por Mirta Berkoff en su artículo "El truco del sentido en el fin del siglo", incluido en "Satisfacciones del síntoma", Editorial Paidós, 1997).

El mismo Žižek, en varios lugares de su obra teórico-crítica, ha trabajado con suma pertinencia esa distinción del lacanismo, aunque en el particular contexto que mencionamos en su libro "El más sublime de los histéricos", parece quizá enturbiarla o no se percibe tan claramente... 

Nos preguntamos: ¿existe en Žižek un cierto afán de innovación conceptual de corte filoneísta o caprichoso? (Acusación que lanza Chomski no sólo contra el pensador esloveno sino contra Lacan y Derrida).

Esa desbordante voluntad de "innovación" conceptual...¿en el vacío?... es algo que irrita a pensadores cientificistas como Noam Chomsky, para quien el mismo Jacques Lacan carece de relevancia epistemológica. "Sólo el Lacan investigador de la Fase del Espejo es importante... En sus seminarios y escritos posterioresLacan no se entiende ni a sí mismo", me dijo personalmente Noam Chomsky hace unos años, aquí en Santo Domingo, sonriendo con ironía a través de la "voz de la empiria" y su imperturbable, lúcida y curiosa sensibilidad epistecnofílica.

Las diferencias entre Lacan y Chomsky eran muy viejas, databan de la visita del gran psicoanalista francés a los Estados Unidos en 1966, cuando frente a un grupo selecto de matemáticos, lingüistas, filósofos y psicoanalistas, seleccionados personal y cuidadosamente por su amigo Roman Jakobson, habló en el Massachusetts Institute of Technology (MIT), frente al mismo Noam Chosmky, de mierda de gato, excrementos de elefantes y de la civilización como "cloaca máxima". Cuando Chosmky le hizo una pregunta sobre el pensamiento y su relación con el cerebro, Lacan contestó que él, Jacques Lacan, pensaba con los pies, y que tras largos años haciendo electroencefalogramas en su condición de médico psiquiatra no había encontrado ni huellas del pensamiento en el cerebro. Chomsky lo tomó a mal. Lo entendió como una burla imperdonable a la Academia Norteamericana, y dijo luego que Lacan era un loco... El día anterior Lacan había almorzado con su viejo amigo Salvador Dalí, ex-paciente del psicoanalista cuya tesis de doctorado sobre la paranoia había inspirado el famoso "método paranoico-crítico" surrealista-daliniano. En fin, valga la digresión de la mano de Élisabeth Roudinesco...  

Continuando con nuestro tema señalamos que la mencionada psicoanalista Mirta Berkoff, siguiendo a Lacan y a Miller, nos recuerda que el “a” es, simultáneamente, lo que “obtura o tapa” (vertiente imaginaria del "a", y lo que "se fuga o escapa" (cara real del objeto "a").

Para Lacan, esta cara obturadora del “a”, ligada al sentido, se presenta bajo la “escritura del fantasma o de la fantasía”. El sentido pensado como truco [velo de Maya] está del lado del tapón, del lado del fantasma y del sueño placentero. El “Yo” es sentido “coagulado”, “congelado”. (Mirta Berkoff, texto citado).

Quizá Žižek debió matizar más y sugerir, en el particular contexto citado, que la llamada “realidad”, como correlato del yo, está al servicio del "dormir", no de la "pesadilla" como amenaza de intromisión de lo Real incognoscible, de das Ding, de la Cosa freudiana, en la economía onírica del sujeto.

La "realidad ideológica" está del lado del "sueño placentero", a entender en su vertiente de homeostasis y evitación de lo Real-conflictivo que "proviene" de la "extimidad" (alucinación, sueño traumático, encuentro contingente en la vigilia: Tyché, decían los griegos, es decir, encuentro fallido, siempre indeterminado, no calculable, con lo Real... con la “felicidad”: eutiquia, o con la “desgracia”: distiquia ...). Lo Real resulta coincidente aquí con el agujero radical interno a lo Simbólico, el cual, como negatividad, propicia el porvenir de lo imprevisible y no programable: el encuentro con el objeto (fóbico)… la opacidad intratable de la muerte que aflora en todo devenir, el goce, el sentido-acontecimiento...

Con la categoría de “extimidad”, Lacan intenta deconstruir la oposición metafísica “adentro/afuera”: lo real es indeterminado en su forma, en su contenido y en su procedencia. Descompleta, desde adentro, lo Simbólico. Escapa a lo imaginario y a toda formulación lógico-matemática o lingüística. No obstante, se entrelaza con lo Imaginario y lo Simbólico en la trenza del Nudo Borromeo (Seminario XXI). En ese sentido, lo “real” de la ciencia no es igual a lo “Real” lacaniano.

Recordamos que para Lacan, y esto es algo elemental en cierta fase de su pensamiento, lo Real no es lo mismo que la Realidad.

Como lo han señaldo Lacan, Miller, Debord, Braunstein, Aramburu, la fantasía, la función fantasmática, hipnotiza, histeriza, adormece, inmoviliza: refuerza la realidad como sueño… Valor pacificante del "espectáculo ideológico".

Como pregunta “retórica”, o más bien “estratégica”, que no espera respuestas apresuradas, inmediatas, ahora me interrogo: A pesar de todas las sutilezas y reales aportes teóricos de Žižek en su calidad de filósofo (no de psicoanalista), ¿no funcionaría su pensamiento crítico tan actual, su lectura y recuperación de cierto lacanismo “metamórfico”, como uno de los límites de seguridad “gnoseológica” más sofisticados, elaborados y “omniabarcantes” que se presentan hoy por hoy en el Discurso Universitario Postmoderno (Jacques Lacan y los Cuatro Discursos), en el contexto de la Gran Axiomática Capitalista Mutante y “por siempre” renovable?

En fin, Slavoj Žižek: ¿Nuevo lacaniano Sujet Supposé Savoir, mero brillo socrático del "agalma" en la "transferencia imaginaria", resplandor previo al advenimiento del “a” como real causa del deseo?...

Sintetizo: Es preciso resaltar aquí, ante la fórmula de la fantasía perversa (a ◊ $), fórmula que parece otorgar al sujeto perverso actuando en el lugar de agente, la misma posición estructural que asume el analista en la transferencia, que si dicho analista "hace semblante" del objeto "a", no se identifica completamente con dicho objeto en su vertiente obturadora, como lo efectúa el perverso, cuya voluntad de goce (Lacan), lo induce a considerarse a sí mismo como un objeto plenipotenciario imprescindible para generar el goce absoluto del otro en tanto que figura sometida, escindida subjetivamente ($), situada en el lugar del masoquismo y finalmente torturada y eviscerada. Reiteremos el llamado "doble rostro" del objeto "a" en el pensamiento de Lacan: por un lado, el ''a" como tapón, como obturador imaginario de la carencia, como lethosa-gadget disponible o mercancía-fetiche, y, por el otro, el objeto "a" como lo que se escapa a la especularización de la falta, como objeto real causa del deseo y vacío de la falta en el Otro barrado.

El analista hace semblante del objeto "a" en su modalidad de fuga metonímica, hueco y vacío de lo real. Con ello promueve en el analizado, finalmente, el atravesamiento del fantasma... y/o... el 'saber hacer allí con' (savoir-y-faire avec: resolver o arreglárselas con) el sinthome. Una suerte de ir más allá del "padre" y de cierta modalidad de relación con el semblante, después de servirse de ellos. Identificación con el sinthome... con lo Incurable del goce acotado y singular específico de cada sujeto, cuando el Deseo ya no aspira sino a lo Real imposible... Armando Almánzar-Botello. "PSICOSIS BAJO TRANSFERENCIA (Breve fragmento). Glosando a Lacan-Broca-Miller..." Blog Cazador de Agua: http://tambordegriot.blogspot.com/2013/03/psicosis-bajo-transferencia-breve.html


© Armando Almánzar-Botello. Santo Domingo, República Dominicana.


SLAVOJ ŽIŽEK. "Sueño de mariposa" (Fragmento de su obra "El más sublime de los histéricos").


ARMANDO ALMÁNZAR-BOTELLO. "¿Hay sueño en la vigilia y/o vigilia en el sueño?"


ADENDA.


DISCUSIÓN EN FACEBOOK. 20 de octubre de 2013.



Sujeto 1: Una pregunta, para ver si comprendí algo. Si me lo permite. ¿Žižek confunde las dos caras del objeto porque según él, en el sueño, uno se acerca a lo real, y trata de evitarlo?

Armando Almánzar-Botello: Supongo, sin afirmarlo categóricamente, que Slavoj Žižek parece desdibujar las dos vertientes del objeto "a" en este contexto específico, cuando dice: "El sujeto dispone, a pesar de todo, de un modo de dar consistencia a su identidad más allá de los títulos, las referencias que lo sitúan en la red simbólica universal, una manera de Ser-ahí en su carácter “patológico”, en su particularidad absoluta: la fantasía." Pero de hecho, en la fantasía opera más bien la dimensión obturadora del objeto metonímico "a" ($ ◊ a), y donde realmente funciona la vertiente de fuga que permite ligar dicho objeto con lo Real como vacío es en la fórmula S (A), con el A (Autre: Otro) tachado ( / ): significante de la falta del Otro. El objeto "a" como objeto fantasmático por medio del cual el sujeto “se aferra a alguna raíz de su identidad” (Žižek), pertenece al registro del sentido (sinn), a entender como tapón del objeto perdido, asordinado y "mortificado" (Lacan) por el significante-letra; sentido obturador de das Ding, de la Cosa Freudiana como sinsentido de lo Real.

Dice Slavoj Žižek en su texto en cuestión: «En ese sueño que llamamos la “realidad” sociosimbólica, él es Chuang Tzu, pero en lo real de su deseo es la mariposa; todo su Dasein, su existencia, consiste en “ser la mariposa”» (Cierro la cita).

Sin descartar cualquier otra posible interpretación del texto vivo de Lacan, entiendo que, a propósito del régimen escópico en la vida onírica prerreflexiva, más que la imagen misma de la mariposa del sueño de Chuang Tzu (vertiente obturadora del "a": pantalla-señuelo en el plano imaginario y fantasmático), la "mirada" de Chuang Tzu y el "vacío de la castración" que se insinúa por detrás de la mariposa, son los únicos elementos pertenecientes al registro de lo real, comprendido éste como vertiente de fuga del "a".

El soñante mira, pero no ve, como dijo Jacques Lacan en "Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis". El ver es un “mirarse mirando”, y esto sólo lo puede hacer la consciencia reflexiva de la vigilia, en la cual, aquella función atópica de la mirada luz, mancha, errancia, hendidura, objeto pulsátil en la sombra y estructural desposeimiento, queda parcialmente elidida: vertiente de fuga del objeto "a". Las imágenes y sonidos del sueño son el 'dar-a-ver' originario de un Ello impersonal que simplemente "muestra", para una pura mirada o escucha "mental" flotante que resulta ser la del sujeto vacío que sueña.

Por eso aclaro al final de una de mis notas, (y eso lo reconoce y dice mejor que yo el mismo Žižek en otros contextos de su obra, y siguiendo rigurosamente a Lacan):

"El analista hace semblante del objeto "a" en su modalidad de fuga metonímica, hueco y vacío de lo real. Con ello promueve en el analizado, finalmente, el atravesamiento del fantasma... y/o... el "saber hacer allí con" (savoir-y-faire avec: resolver o arreglárselas con) el sinthome. Una suerte de ir más allá del "padre" y de cierta modalidad de relación con el semblante, después de servirse de ellos. Identificación con el sinthome... con lo Incurable del goce acotado y singular específico de cada sujeto, cuando el Deseo ya no aspira sino a lo Real imposible...". AAB. 

En su texto en cuestión Žižek parece mantener la dimensión de lo Real ligada exclusivamente al fantasma y al sueño entendido en sentido general, no como pesadilla: «...la mariposa es el objeto que constituye el marco, el esqueleto de su identidad fantasmática... [Chuang Tzu] en lo real de su deseo es la mariposa; todo su Dasein, su existencia, consiste en “ser la mariposa"» (Žižek).

Evidentemente parece existir aquí una final imposición de la fantasía y no su atravesamiento lacaniano... Eso percibo...

Sujeto 1: Perdone nuevamente, pero sigo sin entender. No puedo atravesar la primera intervencion, en donde señala que en la fantasía "opera mas bien la dimensión obturadora del objeto metonímico a, y donde realmente funciona la vertiente de fuga que permite ligar dicho objeto con lo Real como vacío es en la fórmula S(A)." Me quedo estancado ahí, porque me parece que según esta óptica el objeto metonímico "a" no se interseca con lo Real. Es como decir que el único objeto que se interseca con lo Real es el gran Otro, pero no el pequeño. No sé si eso es lo que quiso decir, quizás usted pueda ayudarme con esto para que yo pueda avanzar.

Armando Almánzar-Botello: El objeto "a", como causa del deseo, es indudablemente Real desde el punto de vista del psicoanálisis lacaniano; como elemento tapón en la fantasía es imaginario, es lo que viene en lugar del vacío, de la falta: "Lo poco de real que sabemos estriba en el agujero", en la falta, en la hiancia; ese vacío de lo real se tapa con lo imaginario. A propósito de las dos caras del objeto "a": «El "a" se imagina con lo que se puede, con lo que se chupa, con lo que se caga, con lo que hace la mirada y después la voz» (Mirta Berkoff, citando y comentando el Seminario XXI de Lacan). 

Repetimos, reiteramos: el objeto pequeño "a" se despliega entonces en un doble registro: revelación de la falta en el Otro (vertiente real de fuga y castración) y la carencia taponada, tal como aparece en el proceso de la significación (vertiente imaginaria que intenta obturar la falta mediante el recurso al sentido y al saber).

He aquí un pasaje de Slavoj Žižek en el que sí se percibe claramente el papel obturador de la fantasía, la vertiente "taponadora" de su objeto (el objeto "a" como pantalla-señuelo en el registro de lo imaginario fantasmático), en contraposición a la fuga del sentido que implica el atravesamiento del fantasma para situarnos frente al objeto "a", entendido como vacío de la castración, como falta en el Otro y abocamiento a la pulsión:

«...la función de la fantasía consiste en llenar la abertura en el otro, encubrir su incongruencia como por ejemplo la presencia fascinante de algún argumento sexual que sirva de pantalla para cubrir la imposibilidad de la relación sexual. La fantasía encubre el hecho de que el Otro, el orden simbólico, está estructurado en torno a alguna imposibilidad traumática, en torno a algo que no puede ser simbolizado es decir, lo real de la jouissance: a través de la fantasía, la jouissance se domestica, se "gentrifica" de modo que, ¿qué pasa con el deseo después de que atravesamos la fantasía? La respuesta de Lacan, en las últimas páginas del Seminario XI, es "pulsión", en último término "la pulsión de muerte": "más allá de la fantasía" ya no hay anhelo ni ningún otro fenómeno sublime afín, "más allá de la fantasía" encontramos sólo pulsión, su pulsación en torno al "sinthome". "Atravesar la fantasía" es por lo tanto estrictamente correlativo a la identificación con un sinthome.». Slavoj Žižek. "El sublime objeto de la ideología". Siglo XXI Editores, Argentina, 2003, páginas 169 y 170.

Por su parte, Jacques Lacan nos dice en 1964, en esas últimas páginas del Seminario XI y he aquí parte de la genealogía del pensamiento de Slavoj Zizek en torno a esta problemática

«…Quiero decir que la operación y la maniobra de la transferencia hay que regularlas de un modo que mantenga la distancia entre el punto desde donde el sujeto se ve amable y ese otro punto donde el sujeto se ve causado como carencia por “a” y donde “a” viene a tapar la hiancia que constituye la división inaugural del sujeto. La “a” minúscula nunca franquea esa hiancia. Remítanse al término más característico captando la función propia del objeto “a” en la mirada. Ese “a” se presenta precisamente, en el campo del espejismo de la función narcisista del deseo, como el objeto “inengullible”, por así decirlo, que queda atravesado en la garganta del significante. Es en ese punto de carencia donde el sujeto tiene que reconocerse. (…) Después de la localización del sujeto con respecto al “a”, la experiencia de la fantasía fundamental se convierte en pulsión. ¿En qué se convierte entonces el que ha pasado por la experiencia de esta relación opaca con el origen, con la pulsión? ¿Cómo puede vivir la pulsión un sujeto que ha atravesado la fantasía radical? Esto es el más allá del análisis y nunca ha sido abordado...». Jacques Lacan. "Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis". Barral Editores, 1974, páginas 273-277.

Algo muy importante, además. Cuidado cuando dice usted: "Me quedo estancado ahí, porque me parece que según esta óptica el objeto metonímico "a" no se interseca con lo Real. Es como decir que el único objeto que se interseca con lo Real es el gran Otro, pero no el pequeño."... (Cierro la cita).

¡Cuidado! No hablo del gran Otro sino, del Otro tachado, barrado, y del significante de la falta en el gran Otro; falta Real que constituye una de las vertientes del objeto metonímico "a". Por otra parte, aunque en un principio Lacan no realizó un deslinde neto entre ambas categorías, el pequeño otro (otro imaginario distinto del gran Otro simbólico, a entender éste como sede del código, garante de la verdad, tesoro del significante, etc.), no es el objeto pequeño "a"... Lacan relaciona el pequeño otro imaginario de la Fase o Estadio del Espejo como vía ortopédica o formadora del Yo (Moi) diferenciándolo del objeto pequeño "a" como objeto metonímico real vinculado a los objetos parciales de la pulsión (mirada, voz, alimento y excremento), con lo que concibe bajo el nombre de imagen especular": i(a).

Sujeto 1: Bueno, ya entendí; la crítica puede realizarse en base al absolutismo de Žižek en torno al uso erróneo del concepto únicamente. Quizá la cita en inglés aclare un poco mejor las cosas.

Armando Almánzar-Botello: Es cuestión de ritmo...

Sujeto 1: y de amor

Armando Almánzar-Botello: sí, de amor... pero "descarnado, sin objeto, absoluto, sin límites, sin espejismos de armonía o completud, fuera de la ley...". Néstor A. Braunstein. GOCE. Siglo XXI, 1995, página 244.



Texto retocado. © Armando Almánzar-Botello. Santo Domingo, República Dominicana.


Otro blog en el que figura este mismo texto:

Blog Cazador de Aguahttp://tambordegriot.blogspot.com/2013/10/slavoj-zizek-y-el-lacanismo.html

Copyright © Armando Almánzar Botello. Reservados todos los derechos de autor. Santo Domingo, República Dominicana.
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