miércoles, 28 de mayo de 2025

El don y lo (im)posible...

 «El don no cesa de darse, pero no debe saber que se da. Por ello Derrida lo piensa también como lo imposible: un don que es puro olvido de sí, ceniza, restancia diseminal... Un don que no endeuda porque no conserva la memoria de su exceso.»


 ¿QUÉ ES PARA TI LO IMPOSIBLE? ¿AQUELLO QUE NO CESA DE DARSE O AQUELLO QUE NO CESA DE NO DARSE? ¿LO IMPOSIBLE SE DA O NO SE DA? (Pregunta del doctor Fidel Munnigh al escritor Armando Almánzar-Botello)

     Armando Almánzar-Botello responde:

     —La respuesta depende del contexto teórico que utilicemos como referencia.

     En el campo conceptual de Jacques Lacan, LO IMPOSIBLE es “lo que no cesa de no escribirse”. Es decir, lo imposible es lo Real, en tanto que escapa, resiste y excede a la simbolización, al matema y a la función lógica como escrituras.

     Por ello, Lacan afirma que “la naturaleza” no es lo real-imposible como resto, pues ella es lo calculable por la ciencia. 

     Lo real como exceso es el vacío que impide el cierre de la simbolización. 

     En ese sentido, lo real-imposible difiere de la realidad, que sí se escribe y participa de lo simbólico y lo imaginario. Lacan considera que la relación de plena o perfecta complementación sexual no existe, es imposible. Esa imposibilidad promueve el amor como sinthome. Eso no quiere decir que no haya copulación. La hay. Pero disyunta...

     Para Jacques Derrida, siguiendo a Marcel Mauss, a Lacan y a Heidegger, el Don es lo que “no-cesa de darse”, pero sin retorno, sin la circularidad del comercio, sin aspirar al pago de la deuda.

     El don no cesa de darse, pero no debe saber que se da. Por ello Derrida lo piensa también como lo imposible: un don que es puro olvido de sí, ceniza, restancia diseminal... Un don que no endeuda porque no conserva la memoria de su exceso.

     En este sentido, se tiende asintóticamente a la justicia como don, pero ella es de hecho lo inalcanzable por excelencia: pura línea de fuga con la que debemos medir nuestros pequeños “dones” prisioneros en la estructura circular —“odiseica”, dice Derrida—, del comercio, el cálculo de conveniencia, la “filantropía” con usura, la competencia descarnada y la simple juridicidad formal.

     Lo simbólico, dado el hecho de que hace vínculo y/o lazo social, es circular por necesidad: debe escribirse; se escribe...

     El amor, se escribe, pero tiende a lo imposible… “amor constante más allá de la muerte, dijo el poeta Quevedo. Pasó de moda... ¿Pasó de moda, practicantes de la ética del célibe, cínicos competitivos, insulsos autistas de lalangue?... ¡No todos somos James Joyce!...

     El amor, que nace del encuentro CONTINGENTE y su “cesa de no escribirse”, aspira a LO NECESARIO por su intrínseca vocación de permanencia: “no cesa de escribirse”, en eso que Lacan denomina la carta de “a(l)mor”. Su dimensión trágica consiste en que se produce sobre un fondo que “NO CESA DE NO ESCRIBIRSE”: lo real de la muerte, como lo que viene a destruir todos los juegos del yo (moi) imaginario y su retórica falsa de simulada y frívola “esquizia”.

     Es necesario promover aquí un impersonal: “no Se cesa y no Se acaba de morir” (Blanchot), hasta que el yo (moi) muere de hecho, sí, pero cediendo su lugar a las singularidades nómadas, “preindividuales” e “impersonales”, que son “la vida la muerte” (Derrida), y que atraviesan al individuo entendido como integridad molar temerosa de su propia disolución, de su oportunista y encanallado prestigio yoico (Lacan, Deleuze).

     LO CONTINGENTE: “cesa de no-escribirse”. Por eso, Lacan considera que el amor se inicia como “el encuentro fortuito de dos huellas en el exilio”...

     LO POSIBLE es lo que “cesa de escribirse”: suspensión de la compulsión de repetición padecida, reescritura-curación del síntoma en su significación de síntoma-sufrido (symptôme), para dar paso al «sinthome» sostenido como nudo borromeo y acto de creación.

     El sinthome o sínthoma, entonces, en su particular modalidad de invención, suple a la forclusión del Nombre-del-Padre, en un proceso que no-cesa-de escribirse... de darse.

     El inteligente amigo (se trata de un diálogo que sostenemos jóvenes novatos interesados en el psicoanálisis “filosófico”; ¡perdón por mi nueva juventud intelectual!), me argumenta:

     —En esta breve conceptualización tuya de lo imposible, echo en falta un autor fundamental que apenas citas y que se ocupó también del tema de lo imposible: Georges Bataille

     Armando Almánzar-Botello responde:

     —Sí, querido amigo, los conceptos de “exceso” y de “imposible” en Lacan, tienen, indudablemente, sin analizar el núcleo aristotélico de esta última categoría, una fuente insoslayable de inspiración en Bataille —Lacan hasta se casó con la viuda de Bataille...—, pero lo que te expreso sobre lo imposible es un deslinde que espero sepas aprovechar... para una más justa evaluación de cierta escritura ideológica que pretende hacerse dominante aquí en los predios locales... 

     Político-culturalmente hablando: ¿qué es hoy “lo imposible” en la República Dominicana?

     Jacques Lacan, indudablemente, aprendió y confirmó muchas cosas importantes en su relación dialógica con los textos de Georges Bataille, pero, “al articular los nexos entre la clínica, el deseo, el amor, el inconsciente, el goce y la pulsión”, logró unos niveles de formalización que nuestro admirado y gran pensador-artista, autor de Historia del ojo, Lo imposible, Mi madre, Madame Edwarda, El ojo pineal, El ano solar, La parte maldita... etcétera, no se propuso alcanzar en su lúcida, extraordinaria práctica de la escritura…

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8 de diciembre de 2010

© Armando Almánzar Botello. Santo Domingo. República Dominicana.

Copyright © Armando Almánzar Botello. Reservados todos los derechos de autor. Santo Domingo, República Dominicana.

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EL DON, LA ORACIÓN Y LA RECOMPENSA EN EL CRISTIANO (Notita)

     Por Armando Almánzar-Botello

     Para Jacques Derrida, siguiendo a Marcel Mauss, a Jacques Lacan y a Martin Heidegger, el Don es lo que “no-cesa de darse”, pero sin retorno, sin la circularidad del comercio, sin aspirar al pago de la deuda.

     El don no cesa de darse, pero no debe saber que se da. Por ello, Derrida lo piensa también como lo imposible: un don que es puro olvido de sí, ceniza, restancia diseminal... Un don que no endeuda porque no conserva la memoria de su exceso...

     En este sentido, a la justicia como don se tiende asintóticamente, pero ella es de hecho lo inalcanzable por excelencia: pura línea de fuga con la que debemos medir nuestros pequeños “dones”, prisioneros de la estructura circular, cíclica —“odiseica”, dice Derrida—, del comercio, del cálculo de conveniencias, de la “filantropía” con usura entendida como disfraz del resentimiento y del espíritu de venganza, de la competencia descarnada y de la simple juridicidad formal...

     Si bien el cristiano auténtico —que pretende afirmar la “discreción” en el don—, propugna porque no sepa su mano izquierda lo que hace su mano derecha, él aspira, finalmente (como señala con pertinencia D. T. Suzuki), a que Dios lo vea, y así El Supremo garantice con Su Mirada Omnisciente y Omnipotente el valor salvífico de los dones realizados “discretamente” por el adepto. 

     Hay allí una velada negociación, un intercambio enmascarado, un interés indirecto y hasta cierto punto hipócrita y oportunista. 

     Todas las religiones de procedencia indoeuropea, y quizá la religión como tal en sentido genérico, participan de esa dimensión “mercantil y fiduciaria” de la fe (J. Derrida): el sacrificio y la ofrenda al dios vienen a producirse bajo la espera de “un retorno con usura” de la inversión afectiva, litúrgica y espiritual que el adepto realiza en nombre de su creencia. 

     Así se participa de una resistente y profunda estructura ontológica, teológica y teleo-escatológica cuya naturaleza “circular u odiseica” (Jacques Derrida dixit) solo se ve provisionalmente suspendida en el contexto de la mística, cuando esta dice: 

     «Aunque No hubiera Cielo, yo te amara, y aunque NO hubiera Infierno, te temiera...». 

     No obstante, se insinúa el “retorno con usura” de la inversión mística cuando el poema dice: 

     «...pues aunque LO QUE ESPERO no esperara...». 

     Hay aquí, sin lugar a dudas, una certeza de recompensa que aparta bruscamente al texto de la espera desértica, desinteresada, vacía, incondicional...

     El don, tal como es concebido por la mística —entendida esta como práctica espiritual diferente a la simple religión— en los diversos modos y contextos que representan, respectivamente, el Budismo Zen, el pensamiento de Meister Eckhart, de San Juan de la Cruz o Santa Teresa (formas analizadas por Bataille, Otto, Derrida, Zubiri, Lacan, Eliade...), no participa de una onto-teo-teleología infusa ni de un cálculo de voluntad salvífica.

     Como en el imperativo categórico kantiano, el accionar que conduce al don se produce “POR deber autofundamentado”, no “de acuerdo CON el deber”... ¡para ganar un premio!... muchas veces inmerecido...

     Por tal motivo, Derrida relaciona el don con cierta imposibilidad, con lo que denomina “la espera desértica y abisal del acontecimiento indecidible”... Muchos, aparentemente, esperan desde dicho lugar... ¡Pero no! Desean secretamente y con remilgos la gran coartada: ¡echarle de improviso el guante a la gallina de los huevos de oro!... ¡Vive Dios!

     La real desmedida, esa espera desértica desmesurada, desproporcionada —del otro y de lo otro imprevisibles (¿el enigma de la vida y la muerte?)—, no se encuentra ligada a ninguna garantía onto-teo-teleológica, a ningún contrato circular (mercantil y fiduciario) que vendría a inscribir el don en una codificación que comporte las categorías de “acción/recompensa”, “premio/castigo”, “estímulo/respuesta...

     ¡Larga vida al estilo que no espera nada!


Amando Almánzar-Botello

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Diciembre de 2010

© Armando Almánzar-Botello. (Fragmento de “Lo real como exceso es el vacío”, 8 de diciembre de 2010). Blogs “Cazador de Agua” y “Otros Textos Mutantes”. Santo Domingo, República Dominicana.

ENLACE: Anónimo: “Soneto a Cristo crucificado” https://www.poesi.as/indx0047.htm

© Armando Almánzar-Botello. Santo Domingo, República Dominicana. Reservados todos los derechos de autor.

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DIVAGACIONES EN TORNO A LA VIOLENCIA (La muerte, la castración y el deseo) 

     Carta abierta a un facundo amigo poeta que no conoce ni le importa el vertedero de Cancino Adentro

     Por Armando Almánzar Botello

     Sin que debamos concebir la pulsión como un ente orgánico (más bien es un constructo o “artefacto” susceptible de desmontaje, y toda pulsión siempre es de muerte), ella es lo imposible de un real que no se deja asimilar de modo pleno por lo simbólico.

     Sí, querido poeta, el deseo convoca y confirma a la muerte; ese deseo no es posible sin una aceptación de la muerte, pero sólo si opera más allá del principio de placer como mera evitación de la falta, de la carencia, del displacer ligado a la experiencia de la pérdida y a la confrontación con lo real de la Cosa obliterada.

     Por ello se ha dicho: la ética del psicoanálisis no es una ética superyoica del goce.  El ¡goza! es un falso imperativo categórico propio de un “carpe diem” neoliberal y hedonista: banalidad del mal en el Discurso capitalista del Amo y su Mercado. El psicoanálisis comporta una ética que apunta al goce a través de “la escala invertida de la ley del deseo”, tal como nos recuerda Jacques Lacan.

     El psicoanálisis nos concede también la libertad de no gozar (S. Žižek), nos permite sustraernos al goce padecido que se reduce a una mera imposición o mandato superyoico; la experiencia analítica nos habilita para gozar de otro modo distinto al que implica ese goce “mercadológico” y “periodístico” del síntoma convencional: el “¡goza!” en su calidad de tapón y apetito compulsivo de compensación psicosocial e histórica, de simulacro letrado y gran mascarada.

     Nada de “Happy hour perpetuo” con la supuesta escritura programada. Más bien goce del “sinthome” (contraefectuación del síntoma incordiante) con todo lo que ello implica de diferencia y reposicionamiento estructural de un sujeto temperado con respecto al goce del “symptôme” usual en su condición de goce padecido, cínico, encanallado, espectacular, resultado penoso de una catastrófica bulimia existencial que pretende vampirizar al otro negándole toda realidad como otro de pleno derecho.

     El desamparo (Hilflosigkeit), es la forma en que el sujeto vive la posibilidad de su muerte; es resultado de la exposición del sujeto, situado más allá de la angustia (Angst), a la dimensión imprevisible del acontecimiento que proviene de la “extimidad”, de la alteridad constituyente.

     La Represión Originaria (Urverdrängung) rechaza el goce bruto del cuerpo, operando sobre él, con la letra, el significante y la “metáfora paterna”, un vaciamiento de su gloria extática, para que se constituya el goce del Otro propiamente dicho, en tanto que goce reprimido, temperado, cernido, “lenguajeado”, marcado por la carencia como significante de la falta de Ser.

     La violencia divina, esa que menciona Walter Benjamin (hay que mencionarlo por su nombre completo para evitar la ilusión de que todas estas ideas son nuestras: debemos aceptar aquí la pérdida, my baby), no alude a la violencia segura del poder constituido, avalada por el Gran Otro del Estado o del Mercado, sino a la decisión ética tomada en responsable soledad (S. Žižek), sin garantías trascendentales, en ausencia de “catecismos” de grupo y de sustentación en la “moral pragmática” de los poderes fácticos. ¡Tú lo sabes! 

     Temor y temblor de la decisión ética en el horizonte de la justicia, en la radical exposición a la vulnerabilidad o letalidad del otro —a su lado Cosa freudo-lacaniana, monstruosa por atípica y no específica, mas necesaria—, pero exposición sin la garantía de un Dios, sin el Partido, sin el Estado, sin la Pandilla o sin el “regateo del Mercado” (Jacques Derrida), como instancias garantes o incitadoras de nuestros actos (riesgo del terror fundamentalista en sus diferentes modalidades asesinas).

     Violencia divina no es la de Creonte, sino la de Antígona. Violencia es la de cada cual cuando en lúcida soledad y angustia se decide a “tomar” la justicia ardiente en sus manos de cara al rostro vulnerable y/o amenazante del otro...

     Hay que renunciar primero al goce, aceptando la pérdida y la muerte, para que podamos alcanzarlo, sin trascendencia onto-escato-teo-teleológica, en la “la escala invertida de la ley del deseo”.

     Dice Lacan, por intermedio de Néstor A. Braunstein, que existen tres Goces: “goce del ser más acá del corte” (riesgos: la psicosis y el paso al acto asesino); “goce fálico” (riesgos: la neurosis y/o la perversión), y el “goce más allá del corte” (riesgos: la poesía, el erotismo, el amor, la santidad y la nueva revuelta).

     Por eso Kant, Freud, Marx, Lacan, Derrida, no eran meros perversos en el sentido “técnico” del vocablo. Perverso: el que hace semblante de gozar, en lugar de gozar de hacer semblante (con lo que implica esto último de aceptación de la castración: Corte y vaciamiento de goce operados por la letra y el significante; compromiso y/o tensión entre banda de movilidad/dispersión y contrabanda de estabilidad/concentración. Alianza necesaria para “la vida, la muerte” (Derrida), entre dispersión del proceso primario del inconsciente y concentración de los procesos secundarios del psiquismo. (Freud).

     Poner en juego la pulsión de muerte en el texto y en la vida, implica entonces una metamorfosis o transmutación “creativista” de la mera destrucción en bruto. Lo que no niega el hecho de la violencia real en una “economía ética de la violencia” (Levinas, Blanchot, Derrida).

     Lo eternamente cuestionable es “la seguridad del juego fundado” en la que se afirman, sin riesgo, el “poder asesino” y su violencia estructural, sistémica, cínica, administrada por los diversos agentes de buena y aséptica conciencia puestos incondicionalmente a su servicio.

     Ejemplos de violencia estructural en el mundo contemporáneo, mi querido poeta, podemos observarlos en estos hechos: 

     1) Falta de atención médica de calidad para la mayoría de la población.

     2) Falta de educación idónea para los ciudadanos y ausencia de las precondiciones mínimas para efectuar el proceso de enseñanza.

     3) Ausencia de auténticas oportunidades de trabajo productivo.

     4) Suspensiones en el suministro de energía eléctrica y de múltiples servicios a los ciudadanos aunque se paguen los impuestos correspondientes y las bárbaras tarifas.

     5) Desatención por los diversos gobiernos a los aparatos productivos nacionales, para responder tan sólo a la voracidad de las grandes corporaciones transnacionales y a las ambiciones personalistas de políticos y comerciantes importadores canallas, en perjuicio de los reales intereses básicos de los pueblos.

     6) “Democratización” abusiva de las penalizaciones fiscales con protección directa o indirecta a los márgenes de beneficios del gran capital. 

     7) Acoso a la libertad de libre expresión del pensamiento bajo amenaza de que te pueden suspender como castigo las posibilidades laborales de sobrevivencia, zombificarte socialmente, y, en el peor de los casos, arrancarte la vida misma... etc., etc., etc.

     Pero el sujeto ético, querido amigo poeta, “avanza solo y traicionado”; y en el horizonte del goce como tropiezo, como felicidad sin esperanza de nuestro (des)encuentro tíquico con lo real, se perfila lo fallido, la diferencia, la fisura, la desubjetivación y la muerte como grado cero y matriz de toda (de)subjetivación...

     No obstante, parafraseando a Lacan: ¡yo persevero, tú perseveras, él persevera: nosotros perseveramos!

     Y como decía el gran poeta español Luis Cernuda:

     ¿Qué herencia sino ésa recibimos?

     ¿Qué herencia sino ésa dejaremos?

 

Armando Almánzar Botello

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28 de Agosto de 2010

Blog Cazador de Agua 

28 de Agosto de 2010

© Armando Almánzar-Botello. Santo Domingo, República Dominicana. Reservados todos los derechos de autor.

Adenda 

Artefactualidad” y “actuvirtualidad”: La construcción tecnotelemediática de la actualidad y de los hechos

     «En esta decadente, cruda y crematística tardomodernidad nihilista, gran cantidad de comentaristas noticiosos, ciertos políticos y hasta numerosos intelectuales académicos, esgrimen, sin el más mínimo rubor, sus más novedosos trucos “merca-ideológicos” y autopromocionales, sus viles retorcidas posverdades y triviales engañosas letanías pseudoteoréticas y pseudolíricas en el contexto de lo que un gran pensador francés, Jacques Derrida, percibe –aguda, lúcida, deconstructiva y críticamente–, como dos perversas variantes actuales del “Ge-Stell” heideggeriano (esa opresiva y peligrosa estructura técnica de uniformización y emplazamiento que olvida el ser, la proyectualidad del “Dasein” y la verdad): la “artefactualité” (artefactualidad) y la “actuvirtualité” (actuvirtualidad). Estas dos impersonales y nihilistas manifestaciones del “dominio programador”, construcciones político-fantasmáticas de reductores guiones existenciales y guiones-mundo (Z. Bauman) “pasados por agua de rosas”, edulcorados y sofísticos, obedecen a la razón informática, performativa, cínica, calculadora, utilitaria, manipuladora, instrumental, pragmática, sistémica y totalizante (Jean-François Lyotard; Peter Sloterdijk), y constituyen aviesas configuraciones sígnicas de un mentido “real” domesticado y falaz que viene, perversamente, a presentarse como un discurso “verosímil” con actualidad y vigencia “tecnotelemediatizadas”, como “narrativa universal” y supuestamente “verdadera” construida al margen de la posibilidad de contrastación de los hechos y de la metarracionalidad crítica. Si como nos recuerda Julia Kristeva “la verdad” sería el discurso que se asemeja a lo real; “lo verosímilposfáctico sería el discurso que simula los rasgos del discurso que se asemeja a lo real... Esa “construcción” engañosa forcluye la problematicidad de lo real polivalente y complejo al someterlo a una “virtualidad” monoaural, unívoca, plana, retorcida, verosímil, programada lingüística, semiótica y tecnoelectrónicamente como astuto, trivial e interesado “pensamiento único”, tal como resaltó con extrema lucidez el escritor norteamericano William S. Burroughs, creador del sintagma “sociedades de control”, acuñado luego por Michel Foucault y Gilles Deleuze... No se trata entonces de la muy fértil y operativa oposición deleuziano-bergsoniana “virtual/actual”, sino de la trivial conversión del campo trascendental de inmanencia —que constituye la potencia de lo virtual posmetafísico— en una convencional, imitativo-ilusionista y empobrecida “Virtual Reality” (VR) que, como bien señala un gran especialista español en medios de comunicación de masas, Román Gubern, viene a encarnar la “consumación, en su particular registro, de una cierta metafísica occidental de la presencia” en el modo político y semiótico-representativo más conservador e insulsamente albertiano.» ©️ Armando Almánzar-Botello. Fuente: “Misreading de Roland Barthes. Estructuralista /Posestructuralista”, 2010-2018.

martes, 20 de mayo de 2025

IRONÍA Y CULTURA (Fragmento)

«A politician is an arse / upon which everyone has sat / except a mane. e. cummings

     Por Armando Almánzar Botello

A contrapelo de la muy burda y estrecha interpretación literal de los mensajes y del mero desciframiento directo de los códigos, el grado de riqueza y exquisitez culturales alcanzado por una época específica se mide, entre otras cosas, por la capacidad de que gozan los sujetos que la conforman para leer de modos irónicos, críticos, oblicuos y simbólicos en la trama subliminal de los textos. 

En la gloriosa postmodernidad retiniana y acéfala que padecemos, existen sujetos que han alcanzado tal grado de empobrecimiento cognitivo que no les resulta ya posible la comprensión de la ironía, del humor, ni de los juegos metalingüísticos y capacidades comunicativas de segundo grado. 

En nuestros días, en múltiples contextos, un pragmático cinismo (i)letrado campea por sus fueros.

¡Desde los altares heréticos de la gran cultura pluralista y los actos de habla polifónicos, oremos por esas desdichadas víctimas de la depauperación semiótica!

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Septiembre de 2001 (Fecha del texto original)

Blog Cazador de Agua, martes, 17 de julio de 2012

© Armando Almánzar Botello. Santo Domingo, República Dominicana. Reservados todos los derechos de autor.

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IMBECILIDAD (I)LETRADA

     Por Armando Almánzar-Botello

Sobradas razones le asisten al eminente intelectual y verdadero creador Umberto Eco para denunciar lo que percibe como la “invasión de los imbéciles” en la sociedad capitalista de la “información y el conocimiento”. 

Se vive, en nuestros días, una efectiva tiranía del ¡goza! compulsivo, de la trivialidad sin rubor, del “yo opino” porque “soy el amo de mí mismo”, “porque soy libre”... pero muy pocos vienen a ganarse el “derecho a opinar” con real y auténtica generación de ideas, con genuina creatividad o con esforzado estudio... 

Los enemigos del intelecto se pueden contar hasta en el grupo de los llamados “intelectuales”, y la “libertad de expresión” se confunde con el regodearse en la estupidez, en la banalidad, en el oportunismo político, en la demagogia, en el “argumentum ad verecundiam” y en la ceguera narcisista neoautoritaria. No tuve que esperar a que Eco lo dijera para percibirlo. 

Mas también hay mucho miedo por parte de los tradicionales “amos oficiales del saber y la verdad”, aquellos que intentan siempre monopolizar el decir y hoy se sienten asediados por los nuevos “bárbaros cibernéticos”, los cuales, en múltiples ocasiones, revelan más inteligencia, frescura y pureza en sus juicios que los viejos maestros escolásticos y autoritarios de polvorienta sensibilidad académica...

Por supuesto, este no es el caso del gran Umberto Eco, cuyas obras he ido estudiando desde que yo era un chico. 

Que se hagan todos los deslindes y jerarquizaciones en los contenidos que circulan por la Red, sí, pero sin menoscabo de la libre expresión del pensamiento, sin que la supuesta finalidad “didáctica”, correctiva o “moralizante” sea el pretexto para ejercer solapadamente la envidia o el afán de silenciar políticamente a las voces urticantes o disidentes.

De todos modos, ¿quién es quién si en nuestra “logosfera”, puercos dioses tarados, pueriles, tartamudos, cacográficos, han montado su teatro inmundo de presunción (i)letrada, erigiendo falsas jerarquías espirituales desde el imperio mismo de la Galaxia Gutenberg? 

Debemos todos mirarnos, con mayor o menor intensidad y como decía el gran escritor Henri Michaux, “en el espejo tiznado de la afrenta”. 

Armando Almánzar-Botello

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16 de junio de 2015

© Armando Almánzar-Botello. Santo Domingo, República Dominicana. Reservados todos los derechos de autor.

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¡ANONADANTE INGESTA BULÍMICA Y POLÍTICO PARLOTEO ANAL!

El escritor estadounidense William S. Burroughs, para quien el lenguaje era un virus, habló de un orificio único, en los poshumanos, para comer, hablar y defecar...

El pintor angloirlandés Francis Bacon, desde etapas muy tempranas de su vida, mantuvo ambos orificios, boca y ano, abiertos y erotizados, realizando cada uno, eventualmente, la función dramática del otro: semiótica paradójica del Cuerpo sin Órganos (CsO)...

Los políticos canallas, aquejados del viejo binarismo metafísico, esencialista, carno-falogo-fonocéntrico, prefieren decir sus mezquinas verdades con el ano y sus grandes mentiras con la boca.

Copyright ©️ Armando Almánzar-Botello.
Reservados todos los derechos de autor.

Santo Domingo, República Dominicana.

domingo, 18 de mayo de 2025

USOS LITERARIOS Y ARTÍSTICOS DEL JUEGO DE PALABRAS

«Jacques Lacan ha mostrado que Joyce era un psicótico suplementado o compensado por una práctica singular de la escritura creativa, práctica que parte de una transformación artística del “síntoma autista” (symptôme), de la letra suelta y de la glosolalia meramente padecida, para convertir esos elementos en recursos formales, estilísticos y estéticos que hacen lazo social: sinthome “artístico”.» Armando Almánzar-Botello

     «Hay escondido en Raymond Roussel algo tan fuerte, tan siniestro y tan preñado de la oscuridad de los “espacios infinitos” que asustaban a Pascal, que uno siente la necesidad de algún tipo de equipo de protección cuando lo lee.» John Ashbery

Por ARMANDO ALMÁNZAR-BOTELLO

     «In the beginning was the punSamuel Beckett

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El juego de palabras, como sinthome lacaniano-joyceano, parte de un primer tiempo lógico del síntoma (symptôme) en el cual este se ofrece como síntoma autista. Se denomina “autista” por encarnar el puro goce de la letra sin lazo social, fuera de la convencional cadena significante que genera significados precisos, abstractos. El síntoma autista se encuentra ligado a la potencia disruptiva del neologismo.

Cuando es trabajado sistemáticamente por cierta escritura, dicho síntoma autista (symptôme), como en el caso de James Joyce con su obra Finnegans Wake, puede llegar a constituirse en «sinthome» o suplencia del Nombre-del-Padre forcluido o repudiado. 

Así, lo que podría presentarse como una psicosis desencadenada en un sujeto particular, se constituye en psicosis ordinaria “textualizada”, sinthomatizada o compensada. Esta función se desarrolla independientemente del “valor estético” de la obra en su especificidad semiótica: problema propio de los campos de la poética, la hermenéutica y la crítica literaria.

Lacan, Miller y otros analistas, hablan de la construcción de un Ego escritural de suplencia. La base de esta posibilidad se encuentra en lo que Lacan denomina “lalangue”, a entender como dimensión real del inconsciente basada en un “lenguaje” primordial, originario, anterior al deslinde entre “lengua” y “habla”, y sometido a los procesos primarios de "condensación" y “desplazamiento”. 

La “lalengua” se manifiesta en el sinsentido de la letra, en la pasión por el neologismo, en el juego homofónico de los significantes “brutos”.

El inmenso Marcel Duchamp, bajo la influencia del genial escritor esquizo Raymond Roussel (Impresiones de África, Nuevas impresiones de África, Locus Solus, Cómo escribí algunos de mis libros) logra en El gran vidrio, en sus Proyectos, en Juegos de palabras, etcétera, integrar semióticamente la “lalangue” francesa al proceso de construcción de una parte significativa de su revolucionaria y enigmática obra plástica, de su crucial y extraordinario arte mixto y conceptual. No obstante, el uso que hace Duchamp del juego de palabras y de la escritura cifrada no reviste, aparentemente —como sí acontece, quizá, en el caso de Roussel—, el carácter de suplencia lacaniana del nombre-del-padre.

Julio Cortázar intentó escenificar, en el capítulo 68 de Rayuela, algo emparentado con la generalización del sinthome en el Joyce de Finnegans Wake con su lluvia sintomática de “letras” (Lacan), utilizadas como recurso que, repetimos, busca hacer “lazo social” a través de la invención artística (J. Lacan) supliendo los desajustes creados en el aparato psíquico del sujeto por el no funcionamiento, Verwerfung (Freud) o forclusión de la Metáfora Paterna.

Dicho trabajo sobre la dimensión material del significante permite crear un “narcisismo” funcional de suplencia entendido como efecto de la constitución “ortopédica” del “Yo (Moi) Especular” a través de un acto singular de escritura. Dicho narcisismo implica una regulación o acotación de lo Imaginario desencadenado. (Jacques Lacan: Seminario 23, Le Sinthome).

Evidentemente, Cortázar (gran lector de Joyce) realizó su acto de escritura bajo influencia, en este punto concreto, de James Joyce y de Lewis Carrol, de François Rabelais, de Antonin Artaud y de los poetas dadaístas y surrealistas, del César Vallejo de Trilce y del Oliverio Girondo de En la masmédula...

Samuel Beckett, en su poema “Comment dire” (“What is the word”, en inglés; “Cómo decir”, en español), participa de un uso trágico-humorístico y desgarrado del lenguaje, uso que si bien no reviste por necesidad el carácter de suplencia de una forclusión del nombre-del-padre, de sinthome lacaniano estabilizador, no por ello deja de ofrecer el testimonio de una forma de lidiar con el “vaciamiento catastrófico de la significación”, con la experiencia trágica de un precipicio ontológico que, al ser bordeado por la “escritura cuasiglosolálica de la locura”, constituye y revela lo infundamentado de todo intento radical de aproximarse, por medio de la letra litoral en su materialidad fónica, a-semántica o a-significante, a la decadencia y a la vejez como antesala del abismo, al sinsentido de la muerte, a la ausencia de sentido de lo real imposible… al sentido balbuceante, siempre frágil y provisorio, de lo real contingente...

Es pertinente recordar y señalar que los juegos de palabras sostenidos como juegos de étimos, neologismos y homofonías glosolálicas, aparecen ya en el Crátilo de Platón, por limitarnos aquí a la cultura occidental...

Esos juegos con un “sinsentido” previo al no-sentido, fueron denominados “jitanjáforas” por el cubano Mariano Brull y por el mexicano Alfonso Reyes, aunque también fueron utilizados, como hemos dicho, por el poeta Oliverio Girondo, a quien Cortázar, en Rayuela, rinde justamente homenaje. En la poesía de la República Dominicana la jitanjáfora fue utilizada desde finales de los años 20 por el poeta vedrinista Zacarías Espinal.

No obstante, es necesario aclarar que la exploración cortazariana (incluso la misma experiencia carrolliana del significante, que participa más bien de una dimensión psicoanalítico-perversa propia de los lenguajes de superficie, como argumentan Artaud y Deleuze), es de naturaleza meramente lúdico-creativa y no cumple un papel de compensación o suplencia sinthomática, en el radical sentido lacaniano-milleriano de estos términos.

La invención del “glíglico”, “lengua” ficticia caracterizada por el ejercicio de una cierta potencia del neologismo, por la polifonía o polivalencia semántica, tal como aparece en la mencionada novela de Cortázar, es más bien, lo reiteramos, un ejercicio retórico-estilístico con la materialidad de los significantes. También lo es en Joyce, pero en este funciona con un “plus” realmente dramático y crucial.

En este contexto, los ludismos escriturales de Duchamp, de Cortázar, de Carrol, del dominicano Espinal, etcétera, no constituyen, como en Joyce, en Artaud o en Beckett, una forzada invención (sinthome: cuarto nudo) para lograr el “abrochamiento borromeo” de lo Real, lo Imaginario y lo Simbólico, y permitir así al sujeto sostenerse mínimamente cuerdo sobre la escena problemática del mundo. 

Jacques Lacan ha mostrado que James Joyce era un psicótico suplementado o compensado por una práctica singular de la escritura creativa, práctica que parte de una transformación artística del “síntoma autista” (symptôme), de la letra suelta y de la glosolalia meramente padecida, para convertir esos elementos en recursos formales, estilísticos y estéticos que hacen lazo social...

El irlandés James Joyce, autor del Finnegans Wake —obra que junto con el Ulysses constituye uno de los textos narrativos más importantes del pasado siglo XX—, realiza, en esa exploración del lenguaje que es de modo radical dicho genotexto, entendido como “infinitud potencial” (el Finnegans Wake), un sondeo del “sinsentido” y de la polivalencia lingüística, aspectos estudiados, entre muchos otros, por Jacques Lacan en su seminario sobre Joyce: El sinthome, seminario 23, y por Umberto Eco en su libro Las poéticas de Joyce. El gran escritor irlandés despliega sus juegos de palabras, condensaciones y desplazamientos glosolálicos, hasta vertebrar un libro de centenares de páginas ardidas por el juego y el fuego del significante-letra (Lacan), algo emparentado con la tradición del “nonsense” británico, con figuras como Laurence Sterne (Tristram Shandy) y Lewis Carroll a la cabeza.

Mundo-guión a subvertir de intratable obscenidad en lo real, con letras la escritura golpeando al traslapar, bordea el hueco hurtado con semblante-litoral... ¡Desmancha lo manchado y luego marcha!

¡Des-marcha!... ¿revolución?...

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Febrero 2002 (Texto retocado). ©Armando Almánzar-Botello. Todos los derechos reservados. Santo Domingo República Dominicana.

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Otros blogs en los que figura un texto relacionado:

Blog Cazador de Agua, y también:

Blog Tambor de Griot

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JAMES JOYCE: SÍNTOMA Y SINTHOME

     «Digo que hay que suponer tetrádico lo que hace al lazo borromeo —que perversión sólo quiere decir versión hacia el padre— que, en suma, el padre es un síntoma, o un sinthome, como ustedes quieran. Plantear el lazo enigmático de lo imaginario, lo simbólico y lo real implica o supone la ex-sistencia del síntoma.» Jacques Lacan: Seminario 23. El Sinthome. Paidós, 2006, página 20.

     «Uno solo es responsable en la medida de su saber hacer. ¿Qué es el saber hacer? Es el arte, el artificio, lo que da al arte del que se es capaz un valor notable, porque no hay Otro del Otro que lleve a cabo el Juicio Final. [...]» Jacques Lacan: “Joyce y el enigma del zorro (iv)”, en Seminario 23, El Sinthome (sobre James Joyce). Paidós, 2006, página 59.

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     Por Armando Almánzar-Botello 

Aun en las Psicosis, el Otro del lenguaje entendido como “sede del código y tesoro de los significantes”, o como simple “lalangue” o sinsentido (el inconsciente real, no el inconsciente simbólico), se revela originalmente en su inconsistencia: le falta el significante del cierre, de la completitud que vendría a detener la dimensión procesual de la cadena significante o la polifonía ilimitada, radical, autista, de la letra gozada, tal como la concibe Jacques Lacan en el caso de James Joyce, por ejemplo: (S1…S1…S1…).

La letra, como pura materialidad “bi-locada” del significante, no hace cadena significante propiamente dicha (S1–S2), sino mera “lluvia” de Significantes Amos (S1…).

En este último contexto, el sujeto “parapsicótico” encuentra su coartada al identificarse con “eso” que le permitiría completar de modo imaginario el hueco del Otro primordial. El resultado final de dicha estratagema podría ser la llamada “emancipación alucinatoria”: el sujeto capturado por lo imaginario preespecular (esquizofrenias) o especular (paranoia), se constituye en testimonio viviente del goce absoluto y la omnipotencia del Otro, con los resultados catastróficos ya conocidos por la clínica de las psicosis.

El sujeto normal o normativizado en un discurso que hace lazo social (el sujeto neurótico-perverso con cierta funcionalidad o identidad civil), es aquel para quien ha funcionado el Nombre-del-Padre, entendido como Metáfora Paterna que permite el acceso al segundo tiempo lógico de la Represión Originaria (Urverdrängung), generador del deslinde tópico entre inconsciente-preconsciente-consciente. Por eso el primer Lacan escribe: “La castración quiere decir que es preciso que el goce sea rechazado para que pueda ser alcanzado en la escala invertida de la Ley del deseo”.

En las neurosis la castración se reprime (Verdrängung), en las perversiones la castración se reniega o desmiente (Verleugnung), y en las psicosis desencadenadas, es decir, en las psicosis no sinthomatizadas (no compensadas o no suplementadas), la castración como falta, inconsistencia o incompletitud en el Otro, se forcluye o repudia (Verwerfung).

La “locura” es constituyente (forclusión generalizada); la psicosis es algo constituido (psicosis desencadenada por forclusión del Nombre-del-Padre).

Las psicosis sinthomatizadas, ordinarias (Miller), enmascaradas, suplementadas o compensadas, son estructuralmente psicosis, pero sin las manifestaciones clínicas “espectaculares” que caracterizan a las psicosis clásicas conocidas como “Paranoia” y “Esquizofrenia”: trastornos del lenguaje, dislocaciones imaginarias o no constitución plena del esquema corporal y del cuerpo propio debido a problemas padecidos en la llamada Fase del Espejo, “empuje a la mujer”, alucinaciones, delirios, etcétera.

Las estructuras nosográficas en cuestión (neurosis, perversiones, psicosis desencadenadas… y “psicosis ordinarias” o suplementadas por un “sinthome”: Lacan, Jacques-Alain Miller) no son la misma cosa, aunque puedan eventualmente confundirse o solaparse.

De ahí la gran importancia del diagnóstico diferencial en las psicosis, pues de su valor y pertinencia dependerá la estrategia terapéutica, “la dirección de la cura” a seguir.

Armando Almánzar-Botello 

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Agosto del 2007

© Armando Almánzar-Botello. Santo Domingo, República Dominicana

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS BÁSICAS:

   —Jacques Lacan. Seminario 3. Las Psicosis. Paidós, 1986.

   —Jacques Lacan. Seminario 23. El Sinthome. Paidós, 2006

   —Jacques-Alain Miller. Los signos del goce. Paidós, 1998.

   —Jacques-Alain Miller y otros. La psicosis ordinaria. Paidós, 2003.

© Armando Almánzar-Botello. Santo Domingo, República Dominicana. Reservados todos los derechos de autor.

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JAMES JOYCE Y LA SUPLENCIA DEL SINTHOME (Fragmento)

     Por Armando Almánzar-Botello

«[...] A propósito de la singular escritura de James Joyce —patente de un modo paradigmático en obras como Ulises y Finnegans Wake—, Jacques Lacan habla, en su Seminario XXIII El sinthome (Paidós, Buenos Aires 2008, página 21) de un cuarto nudo que viene a enlazar los redondeles R (Real), I (Imaginario) y S (Simbólico), los cuales, en el aparato psíquico de Joyce constituyen un falso nudo borromeo en el que lo Imaginario (el sentido y la imagen corporal) está suelto como efecto de una forclusión psicotizante del nombre del-padre. 

»Con el expediente inventivo del “sinthome de su escritura artística”, el cual, de modo transmutante, ahonda en el original síntoma autista joyceano que consistía en gozar de la “letra como lluvia” y del “sinsentido” de la “lalangue” en el inconsciente real de los significantes amos sueltos, Joyce elabora y constituye una suplencia del nombre-del-padre, un enlazamiento cuaternario denominado por Lacan “sinthome borromeo”, síntoma “normalizador” o síntoma vinculante que le permitió al gran escritor irlandés hacer lazo social y evitar la locura [...]» Armando Almánzar-Botello (“Lacan y Joyce le sinthome”. Fragmento)

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Sábado, 2 de marzo de 2013

© Armando Almánzar-Botello. Santo Domingo, República Dominicana

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AULLIDOS (Diferencias de lo Mismo)

     Por Armando Almánzar-Botello

     «Mirror on mirror mirrored is all the show» William Butler Yeats

     «La técnica es la naturaleza misma, pues el animal técnico es una especie natural.» Jean-Luc Nancy 

     «Poppet! Puppet! Papanatas... Pap! Pappy!, papagalleó la infanta, poniéndose colorada. Pup! Pop! Poppy!, y se toqueteó coqueta la amapola. Poppycock! Y me sedujo por la labia...» Julián Ríos

     «In the beginning was the pun» Samuel Beckett

     A Gilles Deleuze; al poeta vedrinista dominicano Zacarías Espinal, in memoriam

     A James Joyce, in memoriam

     A Julián Ríos

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     Y fue la incertidumbre ancla rota del beduino. Y fe la certidumbre alta nota del babuino. ¡Creo en Darwin! ¡Creo en Dios!

     Inflamaba engreimiento su ventrículo cardíaco, arribista-sapo-en-viaje paradójico. En las tetas jugosas de Tiresias nutría ese (i)letrado la impostura: azogaba su escritura con los ecos de su espejo : : que asmático y quiasmático hurtaba los reflejos deslumbrantes de otro espejo. ¿Textual Puesta en Abismo? ¿Mitología o Ciencia?

     —¡Así no más! ¡Así no más! ¡Así no más! 

     Los aullidos se extendieron. Hasta narrar un solo cuerpo desolado se extendieron... [Armando Almánzar-Botello, dixit, 1975]

     (Por boca de aquel Sócrates caído, chupando con lujuria el cálamo sangriento, el andrógino Platón rememorando ahora escribe):

     Y me habló aquella placa especular ya frutecida: —imagen radiográfica de un texto, osamenta fraudulenta y sombra informe de fonemas— asustando con mil voces la inocencia soñolienta de los pájaros...

     —¡Así no más! ¡Así no más! ¡Así no más!

     Ha perdido para siempre lo eterno de su aliento: ha borrado el paraíso de su alma polimática, por ilícito y voluble. Sin pensarlo ha convertido el gran poema de los cuerpos que devienen singulares animales siderales, polimorfos, metamorfos, el poema de la carne que palpita en el púlpito secreto de los pulpos, en aviesa mercancía consagrada por la gula de otro ego irregular, ciego adicto de sí mismo, gatuno, mercurial, mentidamente plural como este punto absorto que no cesa (•) delicuescente, banal, mudo, invertebrado...

     «Cuidate» ahora tú demonio casi derruido –babilónico ídolo de tierra y excremento–, de la Furia originaria en la febril Tormenta, más lúcida y antigua que un calcado y torpe rito en ritmo invicto.

     Potencia ignota azotará la vieja página del mundo, repitiendo turbulenta en la memoria y el olvido: ¡eso incierto que ahora vuelve a desflorar presencias núbiles!

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Junio de 1976-1988 (Texto retocado)

     Ver el libro de Armando Almánzar Botello titulado: Francis Bacon, vuelve. Slaughterhouse’s crucifixion, Editora Ángeles de Fierro, San Francisco de Macorís, 2007, pág 36. República Dominicana.

© Armando Almánzar-Botello. Santo Domingo República Dominicana. Reservados todos los derechos de autor.

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JOYCE Y EL ENIGMA DEL ZORRO (IV)

«Uno solo es responsable en la medida de su saber hacer. ¿Qué es el saber hacer? Es el arte, el artificio, lo que da al arte del que se es capaz un valor notable, porque no hay Otro del Otro que lleve a cabo el Juicio Final. [...]» Jacques Lacan. Seminario 23. “El Sinthome” (sobre James Joyce). Paidós, 2006, página 59.

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Adenda:

ESCRITURA LITORAL, FRONTERIZA

«Escritura no es tan solo mera escripción, ex-cripción o grafía... Entendemos por “letra”, en la vía abierta por Lacan, la materialidad pura del significante como semblante roto, cuando deja de aparecer en el registro de lo simbólico y se manifiesta en lo real imposible lacaniano, en la caída del decir analítico donde la palabra se revela por lo que oculta: vacío, goce y acontecimiento en los cuerpos; escritura litoral, dislocada, bilocada, entre la deflación del sentido y la pulsión vislumbrada en su dimensión real de sinsentido fáctico. Escritura y letra: testimonios paradójicos, fronterizos (Eugenio Trías, Jorge Alemán, Sergio Larriera) del encuentro del sujeto con lo Real imposible, en la errancia problemática del Ser...» Armando Almánzar-Botello

Copyright © Armando Almánzar-Botello. Santo Domingo, República Dominicana. Reservados todos los derechos de autor.

martes, 13 de mayo de 2025

CAZADOR DE PIEDRA Y ALGUNOS TRAZOS UNARIOS...

«A Lacan le interesa la caligrafía china como arte del trazo único, un trazo que siendo único se puede sin embargo reproducir. En la caligrafía china la grafía del trazo inscribe la singularidad de un gesto, gesto irreductible aunque constante que se distingue de la universalidad del significante. La caligrafía apuesta por juntar la universalidad del significante y la materialidad singular que alcanza al ser y su goceAraceli Fuentes García-Romero

«Yo también afino la memoria y su polvo, / medito los ecos, perfecciono la sombra: / espejo vacío del atardecer…» Armando Almánzar-Botello 

«Otra espada veloz: un rumor de sí mismo en la penumbra… / y sangró frente a un espejo el otro samurái». A. Almánzar-Botello

CAZADOR DE PIEDRA

     Por Armando Almánzar-Botello 

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Criatura prodigiosa:

                                     la piedra.

¿Quién dijo dura el agua,

recóndito animal maravilloso-

andrógino?


Quince ejemplares

como un arco de vigilia.

Quince luces tangibles de ausencia.

                                                                                   

¿Quién dijo blanda el agua,

testimonio de grandeza —vacío—

depurado

                   arte?


Insólito fluir de permanencia:

Jardín de Ryoanji.

                                 Piedras

(quince). 

                 Arena:     impasible    germinante

Vía de lo extinto:    ¿Nada?


Ahora subirá desde su arriba —desatado sentir

que vivifica—

                         animal maravilloso /  paradójico

dragón alado:

                             la lluvia…


Incienso     soja     sopa miso

(Jardín japonés:

tangible vacío que retorna /

                                                  destello cegador /

indestruido…

Parque Botánico de Santo Domingo 1986).


Aletean las manos de Mamoru Matsunaga

en el recuerdo…


Pagoda gris bajo la lluvia.

Lo inasible dibuja una muchacha.

Un pez de plata inmóvil sorprendido en el estanque.


Arena

                  piedras

                                        ideogramas.

                                                                   Llueve…


Bosquecillo de bambú: brillan frías en los troncos /

                                                               gotas de agua

y letras enlazadas…


Arena

                   piedras

                                       ideogramas. 

                                                                   Alguien dijo:

—La botella de sake—. ¡Arde

la memoria en la garganta!


Al fin        / remota oscuridad /          cae

la tinta sigilosa de la noche.

                                                   Neutra.


—Hondo el grito de la garza—

Desnudo resplandor bajo la lluvia…

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© 1999. Armando Almánzar-Botello

Poema tomado del libro: Francis Bacon, vuelve. Slaughterhouse’s Crucifixion, Editora Ángeles de Fierro, 2007, San Francisco de Macorís, República Dominicana. Santo Domingo. República Dominicana.

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HUMOR, ARTE DE LA SUPERFICIE, BRILLO DEL ACONTECIMIENTO

     Por Gilles Deleuze 

     Esta aventura del humor, esta doble destitución de la altura y de la profundidad en provecho de la superficie es, en primer lugar, la aventura del sabio estoico. Pero, más tarde y ya en otro contexto, es también la del Zen: contra las profundidades brahamánicas y las alturas búdicas.

     Los célebres problemas-pruebas, las preguntas-respuestas, los koan, demuestran lo absurdo de las significaciones, el sinsentido de las designaciones. El bastón es el instrumento universal, el señor de las preguntas; el Mimo y la consumición son la respuesta.

     Devuelto a la superficie, el sabio descubre en ella los objetos/acontecimientos, comunicándose todos ellos en el vacío que constituye su substancia, el Aión, donde se dibujan y se desarrollan sin llenarlo jamás.

     El acontecimiento es la identidad de la forma y del vacío. El acontecimiento no es el objeto en tanto que designado, sino el objeto como expresado o expresable, nunca presente, siempre ya pasado y aún por venir, como en Mallarmé, valedor de su propia ausencia o de su abolición, porque esta abolición (abdicatio) es precisamente su posición en el vacío como Acontecimiento puro (dedicatio). “Si tienes un bastón, dice el Zen, te doy uno, si no tienes, te lo quito” (…).

     La negación no expresa ya nada negativo (…) En las artes del Zen se ve bien esto, no solo en el arte del dibujo, donde el pincel, dirigido por una muñeca no apoyada, equilibra la forma con el vacío, y distribuye las singularidades de un puro acontecimiento en series de tiradas fortuitas y de “líneas melenudas”, sino también en las artes del jardín, del arreglo floral o ikebana , de la ceremonia del té, del tiro con arco y del arte de la espada, donde “la floración del hierro” surge de una maravillosa vacuidad.

     A través de las significaciones abolidas y las designaciones perdidas, el vacío es el lugar del sentido o del acontecimiento, los cuales se componen con su propio sinsentido, allí donde no queda más lugar que el lugar.

     El vacío mismo es el elemento paradójico, el sinsentido de superficie, el punto aleatorio siempre desplazado de donde irradia el acontecimiento como sentido. “No hay aquí ciclo del nacimiento y la muerte del que sea necesario escapar, ni conocimiento supremo que alcanzar”.

     El cielo vacío rechaza los más altos pensamientos del espíritu y a la vez los ciclos profundos de la naturaleza. Se trata menos de alcanzar lo inmediato que de determinar ese lugar donde lo inmediato se tiene “inmediatamente” como algo “no-por-alcanzar”: la superficie donde se hace el vacío, y todo acontecimiento con él, la frontera como el filo acerado de una espada o el hilo tendido del arco.

     Así, pintar sin pintar, pensamiento como no-pensamiento, tiro que se convierte en no-tiro, hablar sin hablar: no lo inefable en lo alto o en lo profundo, sino esa frontera, esa superficie en la que el lenguaje deviene posible y, al hacerlo así , ya solo inspira una comunicación silenciosa inmediata, puesto que “algo” solo podría ser dicho resucitando todas las significaciones y designaciones mediatas abolidas… Gilles Deleuze: Breve fragmento de su libro titulado Lógica del sentido, Barral Editores, Barcelona, 1971, páginas 175, 176, 177

Armando Almánzar-Botello. Santo Domingo, República Dominicana.

Blogs en los que figura el poema Cazador de Piedra:

Blog Cazador de Agua

Blog Otros Textos Mutantes

Copyright © Armando Almánzar Botello. Reservados todos los derechos de autor. Santo Domingo, República Dominicana.

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VII

ESCENARIO 

Un gato en el diván absorto en su apatía 

lejano resplandece, sueña luz intermitente. 

   Hoy me pesa el vacío 

                                           sobre la mano que tiembla:                                    

La página desierta emana su luz fría… 

Pero entras tú quizás coronada de fonemas, y el brío 

me libera del hielo cavilante

como estalla un oleaje por el cráneo y su tormenta. 


Lentamente la tinta se despierta, insinúa tu misterio:

tras la seda oscurece cautelosa 

del kimono tu entrepierna.

Obstinado, 

                    ya dibujo tu silencio en la evidencia:

labios que sonríen la luz de tus espejos...

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VIII


CUERPO DE MUJER 

Escribo       pienso       ardo. 

Su cuerpo toco y me detengo: 

¿abismo del final o tímido principio? 

¿muerte o nacimiento?... 

Verde          Negro         Blanco

Un seno que palpita resplandece 

tras el biombo… 

Afuera:

               llueve olor a crisantemos:

jovial caligrafía del enigma...

Verde           Blanco        Negro

La Ceremonia del Té... las manos blancas… 

           Discreta vida de los cuencos.

Mirada luminosa que vierte su infinito...

Sereno el humo ardiente. 

                                                Nadie...

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IX


Yo también afino la memoria y su polvo,

medito los ecos, perfecciono la sombra:

espejo vacío del atardecer…

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X


IDEOGRAMA

Ella entreabrió su kimono

tras el biombo,

y en la tarde plomiza,

la grulla alzó su vuelo.

Dibujo de Hokusai.

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VII, 1978; VIII, 1979; IX, Agosto de 1985; X, 2003

Cazador de agua y otros textos mutantes. Antología poética 1977-2002, Editora Nacional, 2003, Santo Domingo, República Dominicana

Blog Otros Textos Mutantes: “Fonemas de Oriente”

© 2003 Armando Almánzar-Botello, Santo Domingo, República Dominicana.

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DIEZ HAIKUS (IM)PERFECTOS 

     «Lo más real es la absoluta irrealidad de lo real... Sin embargo, resuena y resplandece aquí en la calle la irrefutable realidad del caminante... La “otra orilla” del Budismo es el aquí de nuestros actos, contemplados a la luz de una mirada diferente, que resulta ser de modo extraño la de nuestros ojos de todos los días, la de nuestros ojos de siempre... La paz de la otra calle es esta misma, en la que acontece nuestro ciego discurrir...». Armando Almánzar Botello: “Caminante”, 1999, en “Cazador de Agua”, Editora Nacional 2003

     Por Armando Almánzar-Botello 


I


Vacíos de mí…

Huyen luz por tus ojos,

mundos que piensan.


II


Penélope


Tenue llovizna:

En el portal de lumbre,

silencio bordas.


III


Arde su cuerpo.

El relámpago dice:

¡Besa lo eterno!


IV


Sueña la luna.

Limpio seno desnudo,

mi pensamiento...


V


Miro silencio.

Pura brilla tu frente,

gotas de lluvia.


VI


Haikú imperfecto


Ciudad laberinto:

Camino y camino,

y nunca me encuentro.


VII


Luz que se piensa.

Oscura la mirada, 

en el estanque...


VIII


OM-nipotente:

Vacío lo sagrado,

es lo profano...


IX


Cacofonía:

“Un no sé qué que queda”...

en el vacío.


X


Tonto Descartes.

No pienses: “luego existo”

¡Borda tu instante!


© Armando Almánzar Botello. Santo Domingo, República Dominicana.

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HAIKUS PARA OLVIDO

     «El haikú, en su extrema delgadez de sentido, se articula literalmente como escritura del vacío: trazado litoral entre lo real y lo simbólico.» © Armando Almánzar-Botello: “Entre un músico Tang y un jarro de Oaxaca”

     «Cabalga un jinete hacia el enigma de sí mismo: Por la línea de fuga de la flecha el arquero y el blanco se disuelven...» © Armando Almánzar Botello: “Cazador de Agua”

     Por Armando Almánzar-Botello 

     Al amigo Elvis Nicolás García, en modesto tributo a su inteligente sensibilidad



Río que vuelve.

No lo corta el cuchillo.

Luz del instante 



Homenaje a Octavio


Árbol plantado.

Sin embargo es baile.

Paz del vacío... 



Río perpetuo. 

La otra orilla busqué:

Sol y mi sombra… 



Resentimiento:

Podredumbre de nada

en el aliento... 



Con las tijeras

Por el jardín caminas:

Mujer dormida... 



Sin las tijeras

Por el jardín caminas:

Mujer despierta... 



¡La primavera!

Un aire perfumado,

y puras letras... 



¡La primavera!

Un aire perfumado:

Ideogramas... 



El relámpago. 

Aletazo de letras: 

Un pájaro es luz. 


10 


Un relámpago. 

Soledad en la noche. 

Oscuro el haikú. 


11 


Casi amanece. 

Aletazo de letras: 

Un pájaro es luz. 


12 


Ya oscurece.

Dos latidos muy solos:

La luna y tú. 


13 


Alta la noche.

Un latido muy solo: 

La luna y su luz. 


14 


Letras de insomnio.

Fulgor de libélulas,

en la cabaña. 


15 


Duele la luna.

Soledad en la cumbre.

Labra su espejo. 


16 


Brilla el insomnio.

Su libélula es letra,

en mi ventana. 


17 


Siente la noche.

Más alto que la luna, 

su pensamiento. 


18 


Mira la luna. 

Solo un saxo en la noche, 

desnuda su Jazz. 


19 


Canta inasible 

–ruiseñor del vacío–

pura eternidad. 


20 


Bebo en tu copa 

–limpia vulva desnuda–

el vino de Dios. 

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© Armando Almánzar-Botello. Santo Domingo, República Dominicana.

Otros blogs y enlaces que permiten el acceso a estos textos:

Fonemas de Oriente

Blog Cazador de Agua

Diez haihús (im)perfectos: Blog Cazador de Agua

Haikus para olvido: Blog Cazador de Agua

Copyright © Armando Almánzar Botello. Reservados todos los derechos de autor. Santo Domingo, República Dominicana.

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EL HAIKU OCCIDENTAL

     Por Fredesvinda Báez Santana y Armando Almánzar-Botello 

     No necesariamente el haiku occidental moderno debe tener “sabor oriental”. 

     Las virtudes máximas del nuevo haiku, tanto para Oriente como para Occidente, deben ser la concentración, la intensidad, el sentido de la brevedad y la captación instantánea y penetrante de ciertos hechos del espíritu, de la vida en la naturaleza o de la vida del hombre en los espacios y valores urbanos. 

     Los beatniks norteamericanos escribían haikus y eran devotos del Jazz de Charlie Parker, “Bird”, y de la libertad sexual moderna; además, vivían viajando de una ciudad a otra... 

     También, en el mismo Japón existió el haiku de temática urbana. 

     Por otra parte, hay casos en los que el poeta puede no seguir de una forma estricta la estructura silábica clásica 5/7/5. 

     Además de las traducciones de haikus clásicos con sabor oriental realizadas por dos grandes poetas mexicanos: José Juan Tablada (uno de los introductores y divulgadores del haiku en hispanoamérica) y el extraordinario Octavio Paz, una prueba de que los valores de concentración, intensidad y penetración son más fundamentales que la misma temática “japonesa” y la métrica estricta 5/7/5, la constituyen los excelentes haikus “atípicos” escritos por estos dos grandes poetas mexicanos. 

     Todo arte se encuentra en perpetua transformación. 

     El soneto mismo, como fórmula retórico-canónica de Occidente nos ofrece el testimonio de una evolución histórica. 

     Sin mencionar ahora las diferencias entre los sonetos de Dante y Petrarca y los sonetos de Calderón, Lope de Vega, Quevedo, el soneto isabelino, etc., los modernistas hispanoamericanos, por ejemplo, alteraron la secuencia y las medidas de los versos en el soneto. 

     En algunos casos se eliminó hasta la rima... 

     Finalmente, Octavio Paz rinde un homenaje a Quevedo (en sonetos transformados) que recibe el significativo nombre de “Homenaje y profanaciones”... Hoy en día otros poetas hacen algo parecido. 

     Creo que lo verdaderamente importante son los resultados... Algo similar ha venido pasando con el venerable haiku... 

Febrero de 2011

© Fredesvinda Báez Santana. Santo Domingo, República Dominicana

Armando Almánzar-Botello. Santo Domingo, República Dominicana.

Otros blogs en los que figura el poema Cazador de Piedra:

Blog Vetas. Revista Cultural

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