«Sé realmente tú, no simules ser quien no eres. Tus amigos y hasta tu cónyuge pueden traicionarte con el personaje que representas cuando descubran tu condición de simple comediante. Como una muestra de lo que digo, escucha el rumor del viento...» Dicho Zen.
«Toute l'écriture est de la cochonnerie». Antonin Artaud.
«¡Ah, hombres!, ¡qué pobreza y avaricia la de vuestra alma! Cuanto vosotros dais a vuestros amigos quiero darlo yo aun a mis enemigos, sin hacerme más pobre por eso». Friedrich Nietzsche.
Francis Bacon. Study for self portrait 1963
Por Armando Almánzar-Botello.
Hay un país en la tierra donde reina de forma ominosa tal vocación de ignorancia, tal odio a la inteligencia genuina, tal indisciplina y relajo en las costumbres cognitivas de muchos de sus habitantes, que ser un "petardista semántico", un palabrero "disparatoso-aparatoso", un payaso equilibrista del "retoricismo liricista", es interpretado por la gente ordinaria y frívola —eventualmente incluidos, en esta última categoría, la chaquetería letrada... y yo mismo, tal vez— como igual a ser un digno "creador" portentoso, un labrador memorable de versos y pensamientos, una gloria de la Patria, un "tremendamente original".
El así mal llamado "intelecto extraordinario" —supuestamente vitalista y polimorfo— resulta para esa murga casi un sinónimo perfecto de astuto y aplicado político sinuoso, de mercachifle semiótico pero en esencia gañán.
Los sujetos en proceso, metacultos en lo transversal, de neo-nobleza disciplinada por la ecosófica inmanencia piadosa —la que adivina en el otro caído la verdad de su más allá—, en esa lamentable tierra dejada de la mano salvífica de la ética (post)humana y su racionalidad pluralista, reciben castigos parecidos a los que sin duda merecen ciertos políticos "humanistas" del viejo mal hacer "glocal"... ¡Oh ególatras agiotistas!
Algunos diablillos burlones del infiernito (i)letrado, allí terminan ligando un ensayo realmente profundo —el que abre a la «extimidad» genética, poliédrica, transmutante, y desea explorar el más allá del Discurso Capitalista—, con un tema de composición manido, monoaural y anecdótico, a nivel de bachillerato. Cuando no es plagio servido y vulgar, lo que brilla orondo en el plato...
Y la creación de ficción trascendente se concibe indiscernible de la "chercha" más pueril; de la gramática insulsa del barro, del "bembeteo" pastoso y "datista" con su engolosinamiento yoico —histriónico-semiográfico, dizque neorrealista sucio, en ocasiones romanticoide, sonsonetero y trivial—, mas cargados con vanas pretensiones de lograr muy alta y estética, filosofante y admirable, vigorosa cogitación. Pero no. Acontece igual con mucha poesía que se pinta de (post)neobarroca y no pasa de ser un simple refrito surrealista. En fin.
Mera labor engreída de artesanitos "curiosos", de persistente plutófilo enfermito de altanería; oficio de viejos gorilas por endiosamiento albinos, desde siempre acostumbrados a que los espejos deformantes —muy ajenos al terrible sudor gozoso del hondo pensar, transformativo y ardiente—, dupliquen y aplaudan risueños —magnificada por gran ignorancia— una retórica y astillada "sapiencia", carente de sentir intensivo y de auténtica profundidad.
Hay un país en el mundo donde algunos "literados" resultan ser más granujas, cuentistas y narcisistas, chaqueteros y difamantes, que las toscas comadritas de ventorrillos medievales, y que hipócritas lobos canosos disfrazados de ovejas blancas: ¡peores en su maldad que las peores ovejas negras...!
Finalmente, por todo entenderlo de una forma tan burda, a bulto, a saco, grosso modo, "a lo que coja mi bon", muchos habitantes de dicho país terminan, como decían con gracia las lúcidas abuelas: confundiendo el chicle con el chuingo, el viejo león con el viejo meón, el viejo genial con el viejo y el mal, Oriente con Occidente, la letra con la litera, Coca-Cola con Mandalay...
Resultado sin maquillaje de la mencionada conducta: el subdesarrollo gracioso, las piruetas de mal gusto en el Circo ensangrentado, la hegemonía terrible de lo peor...
Habría en ese país que retocar al gran Nietzsche, y citarlo entonces diciendo:
«El hombre, o, mejor aún, el espíritu que ha llegado a ser libre, pisotea esa forma despreciable de bienestar con la que sueñan los tenderos, los cristianos, las vacas, las mujeres, los ingleses, [el taimado y mediocre cagatinta, siempre al servicio del oscuro poder; el político que roba el pan de los pueblos, el Imperialismo terrorista con su glocal oligarca traidor] y demás demócratas [resentidos] El hombre libre es guerrero [con otra nueva misión].
...Y aquí retorna lo que sólo es una fábula. Aquella del perro narcisista que mirándose reflejado en el agua mansa de un río, se antoja en espejo del trozo de carne que en la boca suspende su compañero cristalino.
Conociendo el final peligroso de la vieja fábula griega: riente la corriente del río arrastra la carne del otro… ¡que es la nuestra!, digamos nuevamente —ahora bajo la máscara de un Esopo nietzscheano, deleuziano y vitalista—: afirmo el Eterno Retorno de la genuina solidaridad, la política de los n-amigos, el compromiso con el texto en el juego del humor, la pérdida, la herida y la transmutación. Descubro en el reverso del espejo la trama o la escritura del Otro sin clemencia…
Mas Gödel con "mi" Yo indecidible, le recuerdo aquí a ese Otro: para ser consistente hay que ser incompleto... viceversa y etcétera.
¡Que viva lo monstruoso, lo anómalo biopolítico: la ética ecosófica y el posthumano fulgor!
© Armando Almánzar-Botello. Santo Domingo, República Dominicana.
Otro blog en el que figura un texto en el mismo espíritu de este artículo:
Blog Cazador de Agua: http://tambordegriot.blogspot.com/2013/06/no-me-gusta-benedetti.html
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OTROS BLOGS DE ARMANDO ALMÁNZAR-BOTELLO:
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