viernes, 28 de julio de 2023

OTRO ETERNO RETORNO

«El simulacro funciona de tal manera, que necesariamente se retroyecta una semejanza sobre sus series de base, y una identidad se proyecta necesariamente sobre el movimiento forzado.» Gilles Deleuze

     Por Armando Almánzar-Botello

   «El círculo del eterno retorno es un círculo siempre excéntrico para un centro siempre descentrado.» Gilles Deleuze

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Palpa en ti los cuerpos del instante que se pierde, abre aquí el rumor de tu materia oscura y siente: la turbulencia inaudita de la sangre. ¡Ahora!

No habrá jamás otro retorno que la nada y la ceguera del abismo sin clemencia: el desvanecimiento infinito de cada sentido finito en el olvido convulso carente de linderos.

Oh marino devenir-mujer que ahora esquiando se desnuda, flujo cósmico de la pulsión tangible; esa provisoria ficción de eternidad ya nos aguarda en el instante claroscuro, en su frágil utopía, en la gota de luz que palpita en tu seno por mi boca sorprendido, cuando jugamos con ardor en la cresta de la ola, incesante, salvaje, briosa, indomada para siempre.

Aunque somos el reflejo y la escritura creados por la ficción acuática del tiempo. Espejo turbulento reflejado en otro espejo.

Sí, el ser espectral nos imagina sus fantasmas, simulacros de presencias, en esa oscura mancha seductora, inabordable, de una perla indescifrada nos revela casi dioses a nosotros en el mar, casi humanos. Y ahora, sin quererlo, nos abisma en lo ignoto sin fondo que desnombra.

Mas debo yo decirte que tan solo puedo ser en las tupidas floraciones del sentido, secreto, extrañamente perfumado por la discreta humedad de tu vientre; seré al fin, únicamente, en los rosados latidos y tímidos repliegues de tu fluir paradójico de mujer molecular, devenir que lo masculino en mí, transitorio en su poder, ahora eso milagroso dice amar... y con su obra lo despierta en beatitud... ¡Sí!: una vida...


Armando Almánzar-Botello

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2022

© Armando Almánzar-Botello. Santo Domingo, República Dominicana. Reservados todos los derechos de autor.

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         «El secreto del eterno retorno consiste en que no expresa de ninguna manera un orden que se oponga al caos y que lo someta. Por el contrario, no es otra cosa que caos, la potencia de afirmar el caos. 

     »Hay un punto en el cual James Joyce es nietzscheano: cuando muestra que el “vicus recirculation” no puede afectar ni hacer girar un “caosmos”. 

     »El eterno retorno sustituye la coherencia de la representación por cualquier otra cosa, su propio caos-errabundo. Y es que, entre el eterno retorno y el simulacro hay un vínculo tan profundo que uno no se comprende más que por el otro. 

     »Lo que retorna son las series DIVERGENTES, es decir, cada una en tanto que complica su diferencia en el caos sin comienzo ni fin. 

     »El círculo del eterno retorno es un círculo siempre excéntrico para un centro siempre descentrado. 

     »Klossowski tiene razón al decir que el eterno retorno es “un simulacro de doctrina”: es sin duda el Ser, pero solamente cuando el “ente” y el “siendo” son, por su cuenta, simulacros. 

     »El simulacro funciona de tal manera, que necesariamente se retroyecta una semejanza sobre sus series de base, y una identidad se proyecta necesariamente sobre el movimiento forzado. 

     »El eterno retorno es, pues, lo Mismo y lo Semejante, pero en tanto que simulados, producidos por la simulación, por el funcionamiento del simulacro (voluntad de potencia). En este sentido invierte la representación, destruye los íconos. No presupone lo Mismo ni lo Semejante, sino que, al contrario, constituye el solo Mismo de aquello que difiere, la sola semejanza de lo disímil o desemparejado. 

     »El eterno retorno es el fantasma único para todos los simulacros (el ser para todos los entes: univocidad del ser). Es POTENCIA que afirma la DIVERGENCIA Y EL DESCENTRAMIENTO. Hace de ellos objetos de una afirmación superior.

     »Bajo la potencia del falso pretendiente, el eterno retorno hace pasar y repasar lo que es. Pero no hace retornar todo. Es selectivo, establece la diferencia, pero no, en absoluto, a la manera de Platón. 

     »Lo que selecciona el eterno retorno es todos los procedimientos que se oponen a la selección. Lo que excluye es lo que no hace retornar, lo que presupone lo Mismo y lo Semejante, lo que pretende corregir la divergencia, recentrar los círculos u ordenar el caos, dar un modelo y hacer una copia... 

     »Definimos la modernidad por la potencia del simulacro. Es propio de la filosofía no ser moderna a cualquier precio. Más que ser intemporal, lo suyo es desprender de la modernidad algo que Nietzsche designaba como “lo intempestivo”, que pertenece a la modernidad, pero que también ha de ser vuelto contra ella...» Gilles Deleuze, 1969.

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