ESPEJITO CIBERNÉTICO, ESPEJITO DE VIRTUD, POR EL PODER QUE JOBS TE HA DADO, TE PIDO ME RESPONDAS: ¿QUIÉN ES LA RATITA MÁS BELLA DE TODO EL FEIBÚ?
Por Armando Almánzar-Botello.
Ni poeta ni ni ni... simple pu(n)tería retórica en su avieso giro taurino y tórico.
Escupitajo literal en "siglodioro" lírico, póstumo, con whisky, vodka y jugo de naranja rubia; papas, yuca y chicharrón de pollo. ¡Ahí mismito y sin rubor la verdad su historia escribe!
Es tu origen mítico. ¡Puta del peto! ¡No poeta! O poeta de las putas. O puta de poetas. O puta sin poeta. No. No. No. Ahora lo recuerdo. Tu maltrato a los indígenas. Tu propia noble sangre pura, gacela o cervatilla otra, por la envidia de tu Ego ultrajada. Burlas desalmadas contra la inocente niña. Tu herencia muy adentro renegada. Nada o sí. Mala rabia presumida oxigenada en el vacío.
Le rompiste a la niñita sus magníficos dibujos, porque a todas luces resultaban mejores que los tuyos. Te conocí entonces.
Primero dibujante sin talento y sinuosa. Trazos tontos. Luego, cotorra musical. Perico andrógino tú, que no respetabas nunca en el canto ni tempo ni prosodia. Y papá, que amaba tanto a los caballos, de visita con Pirela en cacicazgos. Hueco. Jugaba. Haciéndote creer que tú existías de verdad. Y todavía no existes. Aún no llegas lejos ni. Tú. Insulsa zorridad. Buche no más. Para las plumas ni. Vieja que traza su escritura vieja mucho peor que. ¡Niña vieja para viejas ñoñas! ¡Mucho es decir!
En fiesta grande con sopa de letras, yo, al calificarte sin pena, te puse un cero rotundo. Redondito. ¡Por falsa letra hembra te quemé, ratita! Te di tu cero. ¡Sí! Ni Alfonsina ni Juana ni Sylvia ni Teresa ni Anne ni Alejandra ni Adrienne ni Coral ni Aída ni Martha ni Rosa ni Rita ni... Cuando en verdad canciones. Tanto engendro tinto en vino tonto. De cien canciones y un millón de... cotorras.
Tu herencia cultural. Nada. ¡Tonterías! Comercio de palabras con valor de dos centavos. Viejo muestrario de telas tu penumbra de tijeras con el radio-picó del tío Victor y tus rosas mediocres de plástico engreído.
¡Giran los rotores! ¡Deliran los motores! Ya viene para ti la carroza-convertible con su Príncipe, con su Macho.
Bailabas muy grotesca los merengues mirándote desnuda en el espejo. ¡Risas! Para escuela de cadáveres bailabas. Pero tú: ¡Nada en la bola! Ni en bolota. Ni en boleta. Ni en bolita. Ni en pelotas. Rayos equis...
Luego el vuelo de quien tiene que buscar por detrás de la estufa para ser...y... ¡Fo! ¿Darío?
Vocabulario robado que desborda lo que hiede por kilómetros la estirpe. De. Toda reunida en un motel de mala muerte. De. Jeroglíficos. Patas de gallo. Huellas. Merengueros. Boleristas. ¡Notarios burdos con su flema turbia! Imposible matrimonio. Antimonio. Matadero.
¡Pero ya! En tu fermentado líquido presumida flotando, eres verde ninfa de guateque, de cocktail party: madre sapo fraudulenta en la pecera de Neptuno. Venenosa. Batracio copulante.
Lujuriosas diosas gordas. Tu manteca maquillada pensativa y tus Reunidos: todo igual y suma cero. Suma de. Y de. Algo. Chatarra. Energía de óvulo y esperma: disparates disparates disparates.
Y tu gente bailaba. Pintarrajeaba. Pedorreaba. ¡Celebraba! ¡Locos! Misteriosamente. ¡Increíble! Todo igualito a ese bolero que susurra Fernandito Valadés. Diccionario. ¡Pobres diablos de una moda que se fue! Cultura de verbenas. Rimas. Nada. Nada. Ancestros ahogados con su nudo de corbata nadan nulos.
Mitología griega. Fuente Mnemosina (¿la recuerdas?). Fuente Lethea (¡tú la olvidas!). Bacinillas y libritos con estampas. Culturitas y modales de salón para las damas. Y las nieves de antaño: ¿dónde están? Ahora justo a mano en la Internet. Bueno, sí: cabra misticoide fluyes putería retórica sin más tu gran mondongo.
Tonto por bonito es tu juego de palabras ni con logos. Tú. ¡Mentirosa! ¡Juego de Bingo! Lo más lindo que les gusta sin cuidado reflexivo a otras cobras y cabritas tan loquitas como tú. Iletradas musicales presumidas. Resplandor funcional y analfabeto. Tic. Tac. Toc. Una imagen para Facebook. Para olvido.
En vulgar telenovela niña, robas tigueresa, chapeadora, insolente, ajenos fálicos bombones de maridos logocéntricos. Construyes con remilgos la traidora sintaxis-culebra de tu sueño. Tú, la muerde-ahoga pollos. ¡Diplomática! ¡Disfónica! ¡Y que patatín que patatán! Para parir tus perros poemas tan malos, male-dicentes.
Ladronzuela de vocablos y grafemas y fonemas. Tú, sabandija sisa baratijas. ¡Tonta! ¡Pagar lo que se debe todavía! Con tinta. Tesis. Antítesis. Síntesis. ¡Fo! ¡Farsante dineraria! ¡Roba pesos! Astuta poética/teorética. Ya lo sabes. ¡Pilla de Salón! De salón de dos estrellas y una rota.
¡Y ya! ¡Definitivamente ya! Te olvido.
¡Apartar de mi vista; apartar de mi vista; que vomito de golpe y sin reversa, pertinente, a toda esa patética retórica dispersa en la comparsa!
¿Poética nueva os doy? "¡Chillen, putas!", como dijo aquel poeta combatiendo cucarachas en lo neutro de la página.
Febrero de 2015.
© Armando Almánzar-Botello. Santo Domingo, República Dominicana.
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