sábado, 23 de mayo de 2015

GILLES DELEUZE Y LOS GRADOS DE POTENCIA EN LA UNIVOCIDAD DEL SER. (Breve cita y dos fragmentos parafrásticos).

«El Mesías llegará, dice el Talmud, cuando al formular una palabra no se omita el nombre de aquél que la pronunció por vez primera.». Éliane A. Levy-Valensi.

          Edgar Degas. "En las carreras". 1879.

Por Armando Almánzar-Botello


Muchos confunden la riqueza económica, el poder político y militar, la capacidad de hacer daño al prójimo, el simple dominio que abate a la alteridad, con el grado de potencia de los seres, pero como nos recuerda Gilles Deleuze:

«Seguro hay diferencias entre los seres, y de todas maneras el ser se dice en un solo y mismo sentido de todo lo que es.

Entonces, ¿en qué consisten las diferencias entre los seres? La única diferencia concebible en este momento, desde el punto de vista del ser unívoco, es evidentemente la única diferencia entre GRADOS DE POTENCIA.

Los seres no se distinguen por su forma, su género, su especie, eso es secundario; todo lo que "es" remite a un grado de potencia.

¿Por qué la idea de grados de potencia está fundamentalmente ligada a la idea de univocidad del ser? Porque los seres que se distinguen únicamente por el grado de su potencia son los seres que realizan un mismo ser unívoco en la diferencia del grado de potencia o de defección.

Así pues, entre una mesa, un niño, una niña, una locomotora, una vaca, un dios, la diferencia es únicamente del grado de potencia en la realización de un solo y mismo ser.

Es una manera extraña de pensar, pues, una vez más, eso consiste en decirnos: las formas, las funciones, las especies y los géneros es lo secundario. Los seres se definen por grados de potencia y punto.

En tanto que se definen por los grados de potencia, cada ser realiza un solo y mismo ser, el mismo ser que los otros seres puesto que el ser se dice en un solo y mismo sentido, en la diferencia aproximada del grado de potencia. A este nivel, no hay categoría, ninguna forma, ninguna especie.» (Fragmento).  

GILLES DELEUZE. "Anti-Edipo y Mil Mesetas". Curso en Vincennes, 1974

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DELEUZIANA II. Degas y la Potencia. (Glosando e ilustrando el pensamiento de Gilles Deleuze).

Por Armando Almánzar-Botello


El significado profundo de la palabra POTENCIA (niveles de intensidad o grados de fuerza en la "univocidad del ser"), lo intuyó y plasmó en sus lienzos el gran pintor francés Edgar Degas.

En muchos de los maravillosos cuadros de su autoría —bailarinas y gimnastas, poderosas y gráciles figuras vestidas o desnudas—, se desgarran bellamente con un simple gesto los contornos, los confines y barandas de lo inmóvil.

Si toda interpretación es "violencia sobre la obra estética o filosófica", "mala-lectura" que nos aproxima a una cierta dimensión de la verdad latente que arrebatamos al objeto conceptual o artístico en el acto de su desciframiento, observemos en una de las pinturas prodigiosas del gran Degas la cabeza turbulenta de un equino de carreras al galope, para ilustrar los pensamientos de Duns Scotto, Spinoza y Deleuze sobre la "univocidad del ser" y el concepto de POTENCIA.

En el cuadro, el ímpetu del caballo revela ecos, condensaciones y contrapuntos visuales —perfectos en su indeterminación pictórica de fuerzas—, entre un rizado, blanco y vertiginoso humo, configurado por aquello que parecería el resoplido vital y maquínico del animal galopando exuberante; la humareda producida por la quema de malezas previa a las labores de siembra, y el vapor de una locomotora que se insinúa, desplazándose al fondo del paisaje campestre, hiriendo el territorio plástico ardido por una inestable y vigorosa composición...

En esta obra se perciben las líneas de ataque o de fuga en tensión con los límites, con los bordes “parergonales” de la pintura, con el remanso energético de la presencia, con el marco, estable, asegurador y cuestionado de lo posible, circunscrito aquí en la zona derecha del cuadro al registro burgués de lo verosímil…

Y vale ahora la digresión aparente. Al margen de las semejanzas de morfología y especie, hombres como Shakespeare, Goethe, Nietzsche o el mismo Degas, en un juego de intensidades puras o de "afectos spinozianos violentos", guardan literalmente mayor relación de AGENCIAMIENTO, simbiosis y adyacencia con un caballo de carrera, con una veloz locomotora, con una vertiginosa bailarina que salta graciosa, con un cohete interestelar, con un tigre o con el ímpetu dionisíaco del viento entre las hojas, que con el tipo humano ordinario que carga sin garbo ni arte genuino, el peso bruto y programático de su mero existir inconsciente, vocinglero, satisfecho y banal.

© Armando Almánzar-Botello. Santo Domingo, República Dominicana.

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PARAFRASEANDO A DELEUZE.

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Por Armando Almánzar-Botello.


Sabemos que para Gilles Deleuze, el Agenciamiento es una suerte de co-funcionamiento simpático de lo heterogéneo, de lo disímil, de lo dispar: una síntesis disyuntiva de lo múltiple.

Dicho Agenciamiento no es una coincidentia oppositorum: mera simplicidad puntual de una pura presencia domeñada, sofrenada, localizada.

No es gélida distancia entre los opuestos ni proximidad fusional que los confundiría; es decir: ni lejanía ni tampoco identificación.

Es más bien el descubrir, producir y operar en la dimensión generativa del "entre", en el plano atópico, "éxtimo", como dice Lacan, en el que se comunican lo interior y lo exterior, en el que un espacio potencial se constituye —para un "Se" impersonal, pre-individual—, en "hacer con", en "producir con", en "escribir con", en "devenir con"...

El Agenciamiento como simpatía, simbiosis y juego proliferante, guarda relación, tal vez, con el Tao, con el absorto punto inútil de la neutralidad impasible que abre las puertas de toda posibilidad, que inaugura la serie rizomática de los acontecimientos-sentidos cuya univocidad de ser escribimos como Acontecimiento.

© Armando Almánzar-Botello. Santo Domingo, República Dominicana.



ADENDA 2015:

YO ES OTRO

Por Armando Almánzar-Botello.


Cuando Rimbaud dijo "Yo es Otro", no se refería al hecho trivial de que A (Yo) = B (Otro), o dicho de manera más concreta, a que Plutarco = Manuel o Arthur = Paul, por ejemplo, sino a que A no es nunca igual a sí mismo, pues una disparidad o disyunción de fondo "lo" desidentifica y "lo" reenvía al juego de "la diferencia". Su identidad de superficie es efecto de una monstruosa disparidad de fondo, seminal, diseminante... 

De la misma forma, la "univocidad del ser" se dice de lo dispar o diferente, de lo Mismo en tanto que Distinto; no sólo diferente de "lo otro-otro" sino disímil de sí. Lo Mismo sólo se dice de la Diferencia, no de lo Idéntico. 

Lo que diferencia a un Yo de sí mismo, es la diferencia entre los grados de potencia que actualiza frente a mientras se "otrifica", en función de los grados de potencia de un Otro determinado que le hace resistencia... con mayor o menor intensidad. 

Algo similar dijo Brecht: Genio es el más parecido al que sigue pensando "lo suyo" en otras cabezas distintas de la suya, y que sin embargo no dejan de ser "sus" cabezas en una suma que no pretende totalizar la multiplicidad de las cabezas... Nada que ver con el plagio ni con la usurpación de "identidades", pero sí con cierta "locura" del genio... 

"La única diferencia entre un loco y yo, es que yo no estoy loco", decía Dalí, pero lo estaba. Al igual que Nietzsche o Heidegger... "El estilo es el hombre... a quien uno se dirige", decía Lacan... quizá un poco menos loco... 

He aquí la medicina o el veneno que puede representar para el verdadero pensador cierto tipo de compañía o interlocución entendida en su indeterminación de pharmakon. Un diálogo específico, independientemente de que pueda reforzar el enraizamiento endoxal del filósofo, podría actualizar en él la llamada "Punta Loca del Cogito", o la simple estupidez... Recurso este último que, dicho sea de paso, también saben aprovechar para sus fines e intereses algunos filósofos... no todos. Depende eso de sus niveles de potencia. 


© Armando Almánzar-Botello. Santo Domingo, República Dominicana.



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Les Cours de Gilles Deleuzehttp://www.webdeleuze.com/php/texte.php?cle=177&groupe=Anti%20Oedipe%20et%20Mille%20Plateaux&langue=3

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