lunes, 4 de mayo de 2015

Yo no soy, cuando lo pienso... (El decir y lo dicho).

«...¡Cuándo será que a todo amor alzado / servido su vivir, a su boca chocada y rota última copa / pruebe otra vez, la eterna Vez del alma / el mirar de quien hoy sólo el ser de Esperada tiene / cual sólo de Esperado tengo el ser!..». Macedonio Fernández.

«…En su uso corriente, el “realismo mágico” define la ficcionalización de la realidad latinoamericana bajo el primado de una irracionalidad delirante, afín con la versión degradada del surrealismo de la posguerra. La función política de esta ficcionalización es la neutralización de la crítica literaria y artística. La estetización “real maravillosa” posee, por lo demás, hondas raíces en las tradiciones barrocas y neobarrocas del período colonial hispanoamericano, pero también coincide con el esteticismo inherente al espectáculo posmoderno. Es, por decirlo en una frase, la coartada esteticista a través de la cual el Primer Mundo consume literariamente la destrucción social y cultural de América Latina sin tener que preocuparse por las responsabilidades políticas que esta destrucción entraña…

Anteriormente, y a propósito de los “subaltern studies”, he denunciado la ominosa operación de liquidar los sujetos históricos de América Latina y, en primer lugar, sus expresiones intelectuales, políticas y estéticas más radicales. Nombres de antropólogos como Darcy Ribeiro, artistas como Diego Rivera y José Clemente Orozco, escritores como Oswald de Andrade y José María Arguedas, y filósofos como José Carlos Mariátegui, que constituyen, entre algunos otros, el canon literario e intelectual latinoamericano del siglo veinte, simplemente han sido barridos por la poderosa máquina cultural norteamericana bajo la bandera de “esos sujetos subalternos”. Esta operación anti-hermenéutica concluye discursivamente la tarea que las dictaduras fascistas de los años sesenta y setenta comenzó con las armas: eliminar la intelligentsia reflexiva latinoamericana y sus proyectos sociales soberanos.

Es preciso andar el camino contrario. Es necesario retomar el hilo de oro de aquellas tradiciones artísticas, intelectuales y políticas del pasado y reformular sus sueños de libertad. Sólo a partir de sus esperanzas podremos reconstruir la crítica del presente y abrir las posibilidades de un futuro.». Eduardo Subirats. 2013.

Macedonio Fernández

Yin y Yang

Por Armando Almánzar-Botello


Yo no soy, cuando lo pienso, Macedonio Fernández.

No pretendo ser un Borges trapecista en el acto abismal 
de la escritura.

Por mi torpe manera de alumbrar la inervación somática del texto,
el animal que se me escapa,   
                                                       sigiloso,
en cada placa radiográfica gruñida,

oscuro en los polípticos destellos de mi rostro:

Yo no pienso Macedonio Fernández, 
tampoco soy un dios-demiurgo en el urbano fragor de los grafemas.

Me re-signo con ser otro que cita su Innombrable
y no hurta los despojos taimado y putrefacto, la obra originaria 
duplicada en excremento,
al juicio de la ecuánime intemperie polifónica:

Memoria sombra y polvo-ceniza de palabras...

¡Oh heredero de mi sangre aquí en la íntima distancia!
Aún estremecido por la lluvia sefirótica de letras misteriosas:
                            ¿me recuerdas?

Yo le ofrezco la herencia visceral a mi enemigo
mi cadáver sonoro sangrante como el día
al turbio hijo rebelde que me niega con afeites: 

Quien ahora casi escribe lo que dije oblicuamente, sin jamás nunca decirlo...

Él destila en la caída originaria de mi ausencia
la máscara impasible y aleve de su tinta:
indeleble y retocada letra oscura, palpitante: ciertamente voz del Otro.

Y ahora grita, grita, llora falsamente lo espurio no real publicitado.
Finge otra nariz que fue no dicha sin cesar en su tímida revuelta...

¡Mercaderes ladrones de mis huellas! 
¡Guardianes con usura de un turístico y gastado surrealismo tuerto!

Podrida su escritura una vez más, 
con el nombre obscenamente promovido por el borde ignominioso, 
                              imperialista, 
del semblante colonial, infanticida.

Sin otro ardor fluido que jactancia, 
no en secreta vulva-dios tántrico el rostro:

De su ego trivial frente al espejo 
cautivo derrotado y loco de sí-mismo,
cabecita presumida siempre vuelve.

¡No es cabeza beckettiana en la fuga buscadora!

Ha soplado tanto azul diverso inmemorial, mas llora el universo,                                             todavía,
un terrible indescifrado estertor de hambre oscura...

¡Oh, única Mujer que me desnombra y me levanta! 

Sujeto del decir en la Justicia de la Letra, te lo juro:

Habrá Juego en los mundos que inventará tu Música.
Habrá nuevas palabras con nuevas claridades.

¿Qué dios cuando despierte arrojará danzando
lúcido su odio en la escritura transmutante
amor constante inédito creciendo hacia las páginas?

Se podría escribir su historia sin final, un día cualquiera.



Diciembre de 2006 (Otra versión del texto).


© Armando Almánzar-Botello. Santo Domingo, República Dominicana.


Texto original tomado del libro:

"Francis Bacon vuelve. Slaughterhouse's Crucifixion". 
Ediciones Ángeles de Fierro, San Francisco de Macorís, 
2007. Página 62.

© Armando Almánzar-Botello. Santo Domingo, República Dominicana.


Otros blogs en los que figura otra versión de este mismo texto:

Blog Cazador de Aguahttp://tambordegriot.blogspot.com/2011/09/yo-no-soy-cuando-lo-pienso.html

Blog Tambor de Griothttp://tamborgriot.blogspot.com/2014/03/yo-no-soy-cuando-lo-pienso.html

Copyright © Armando Almánzar Botello. Reservados todos los derechos de autor. Santo Domingo, República Dominicana.
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OTROS BLOGS DE ARMANDO ALMÁNZAR-BOTELLO:

Cazador de Aguahttp://cazadordeagua.blogspot.com/ y también: http://tambordegriot.blogspot.com/                   

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