sábado, 21 de febrero de 2015

Cazador de Piedra

«Otra espada veloz: Un rumor de sí mismo en la penumbra… / y sangró frente a un espejo el otro samurai»A. Almánzar-Botello.


Por Armando Almánzar-Botello


Criatura prodigiosa:
                                  la piedra.
¿Quién dijo dura el agua,
recóndito animal maravilloso-
andrógino?

Quince ejemplares
como un arco de vigilia.
Quince luces tangibles de ausencia.
                                                                                                  
¿Quién dijo dura el agua,
testimonio de grandeza —vacío—
depurado
arte?

Insólito fluir de permanencia:
Jardín de Ryoanji.
                               Piedras
(quince). 
                Arena:     impasible     germinante
Vía de lo extinto:     ¿Nada?

Ahora subirá desde su arriba —desatado sentir
que vivifica—
animal maravilloso /     paradójico
dragón alado:
                              la lluvia…

Incienso     soja     sopa miso
(Jardín japonés:
tangible vacío que retorna /
                                               destello cegador /
indestruido…
Parque Botánico de Santo Domingo 1986).

Aletean las manos de Mamoru Matsunaga
en el recuerdo…

Pagoda gris bajo la lluvia.
Lo inasible dibuja una muchacha.
Un pez de plata inmóvil sorprendido en el estanque.

Arena……..piedras…….ideogramas.
                                                                   Llueve...
Bosquecillo de bambú: brillan frías en los troncos /
gotas de agua
y letras enlazadas…

Arena…….piedras…….ideogramas. Alguien dijo:
La botella de sake.— ¡Arde
la memoria en la garganta!

Al fin        / remota oscuridad /        cae
la tinta sigilosa de la noche.
                                                     Neutra.

—Hondo el grito de la garza—
Desnudo resplandor bajo la lluvia…




© 1999. Armando Almánzar-Botello

Poema tomado del libro: “Francis Bacon, vuelve. Slaughterhouse’s Crucifixion”. Editora Ángeles de Fierro. 2007, San Francisco de Macorís, República Dominicana.

Santo Domingo. República Dominicana. 



ADENDA DELEUZIANA


«…Esta aventura del humor, esta doble destitución de la altura y de la profundidad en provecho de la superficie es, en primer lugar, la aventura del sabio estoico. Pero, más tarde y ya en otro contexto, es también la del Zen: contra las profundidades brahamánicas y las alturas búdicas.

Los célebres problemas-pruebas, las preguntas-respuestas, los koan, demuestran lo absurdo de las significaciones, el sinsentido de las designaciones. El bastón es el instrumento universal, el señor de las preguntas; el Mimo y la consumición son la respuesta.

Devuelto a la superficie, el sabio descubre en ella los objetos-acontecimientos, comunicándose todos ellos en el vacío que constituye su substancia, el Aión, donde se dibujan y se desarrollan sin llenarlo jamás.

El acontecimiento es la identidad de la forma y del vacío. El acontecimiento no es el objeto en tanto que designado, sino el objeto como expresado o expresable, nunca presente, siempre ya pasado y aún por venir, como en Mallarmé, valedor de su propia ausencia o de su abolición, porque esta abolición (abdicatio) es precisamente su posición en el vacío como Acontecimiento puro (dedicatio). “Si tienes un bastón, dice el Zen, te doy uno, si no tienes, te lo quito”
(…).

La negación no expresa ya nada negativo (…) En las artes del Zen se ve bien esto, no sólo en el arte del dibujo, donde el pincel, dirigido por una muñeca no apoyada, equilibra la forma con el vacío, y distribuye las singularidades de un puro acontecimiento en series de tiradas fortuitas y de «líneas melenudas», sino también en las artes del jardín, del arreglo floral o ikebana , de la ceremonia del té, del tiro con arco y del arte de la espada, donde «la floración del hierro» surge de una maravillosa vacuidad.

A través de las significaciones abolidas y las designaciones perdidas, el vacío es el lugar del sentido o del acontecimiento, los cuales se componen con su propio sinsentido, allí donde no queda más lugar que el lugar.

El vacío mismo es el elemento paradójico, el sinsentido de superficie, el punto aleatorio siempre desplazado de donde irradia el acontecimiento como sentido. “No hay aquí ciclo del nacimiento y la muerte del que sea necesario escapar, ni conocimiento supremo que alcanzar”.

El cielo vacío rechaza los más altos pensamientos del espíritu y a la vez los ciclos profundos de la naturaleza. Se trata menos de alcanzar lo inmediato que de determinar ese lugar donde lo inmediato se tiene “inmediatamente” como algo “no-por-alcanzar”: la superficie donde se hace el vacío, y todo acontecimiento con él, la frontera como el filo acerado de una espada o el hilo tendido del arco.

Así, pintar sin pintar, pensamiento como no-pensamiento, tiro que se convierte en no-tiro, hablar sin hablar: no lo inefable en lo alto o en lo profundo, sino esa frontera, esa superficie en la que el lenguaje deviene posible y, al hacerlo así , ya sólo inspira una comunicación silenciosa inmediata, puesto que “algo” sólo podría ser dicho resucitando todas las significaciones y designaciones mediatas abolidas…» GILLES DELEUZE. “Lógica del sentido”, Barral Editores, Barcelona, 1971, páginas 175, 176, 177.


Armando Almánzar-Botello. Santo Domingo, República Dominicana.




Otros blogs en los que figura el poema Cazador de Piedra:

Blog Vetas. Revista Culturalhttp://revistavetas.com/cazador-de-piedra-otra-espada-veloz-armando-almanzar-botello

Blog Cazador de Aguahttp://cazadordeagua.blogspot.com/2009/07/cazador-de-piedra.html

Copyright © Armando Almánzar Botello. Reservados todos los derechos de autor. Santo Domingo, República Dominicana.
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OTROS BLOGS DE ARMANDO ALMÁNZAR-BOTELLO:

Cazador de Aguahttp://cazadordeagua.blogspot.com/ y también: http://tambordegriot.blogspot.com/                   

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