miércoles, 18 de febrero de 2015

PSEUDODEMOCRACIA INFORMATIVA. Nuevos modos de ignorancia y barbarie.

«...Debemos resaltar, más allá de todo vulgar fetichismo tecnológico, que las herramientas informático-telemáticas no constituyen, por sí mismas, un factor de modernización ni de progreso socio-cultural. Su positivo impacto en el desarrollo de un país, comunidad, institución o empresa depende del proyecto político-económico y social que pueda servir de encuadre a dicha tecnología. De un modo contradictorio, para gran parte de la población del planeta una insoslayable arista del mundo virtual sólo ha contribuido a optimizar el consumismo, la desterritorialización acrítica de las mentalidades, la subordinación económica y cultural de los países del Tercer Mundo a las grandes metrópolis, a los intereses egoístas del capital corporativo transnacional, y, finalmente, a incrementar la velocidad de transmisión de la estupidez y la banalidad. Los indudables y promisorios aspectos positivos del mundo virtual no son cuestionados en la presente reflexión...». Armando Almánzar-Botello. "Agartha virtual armonizada", en "Mercado, Innovación y Pensamiento del Exceso", Santo Domingo, República Dominicana, 2000.
M. C. Escher. "Mano con Esfera Reflectante", 1935.

Por Armando Almánzar-Botello

«...Unas nuevas y peligrosas formas de barbarie presumida y de actual oscurantismo petulante, consisten en ser lector obsesivo-compulsivo de un solo libro y/o en pretender descubrir la compleja verdad de la "vida-cultura" exclusivamente a través de Wikipedia y los artículos y periódicos virtuales... Resultado: una pseudo-formación intelectual que nos recuerda el más burdo y apresurado "fricaché" o la más torpe "guisandería cognitiva". "Cultura" de lo mutilado, de lo empobrecido, de lo borroso, de la insolencia a retazos...

Aclaramos que para nosotros, las fuentes democráticas de datos e información como Wikipedia —y cualquier otro tipo de archivos digitales orientados a la divulgación de carácter cultural—, revisten una gran e ineludible importancia formativa en nuestros días de interaccionismo cibernético. Pero ello no implica su absolutización como herramientas o vías de acceso a ciertos contenidos en los procesos de conocimiento, creación o investigación.

No es posible prescindir actualmente, por más grande que sea el auge del libro electrónico, de la importancia matricial del libro impreso al modo técnico-clásico en su compleja historicidad.

Cuando ciertos sujetos esnobistas típicos de nuestro tiempo, los que tienden a meter la "cuchareta" en todo sin real y sostenida preocupación por los temas de la cultura, dicen que leen "muchos" libros, esos volúmenes, casi siempre, se reducen a simples best-sellers insulsos, a meros librejos de negocios y autoayuda, o a ediciones mal adaptadas de algunos textos tradicionales, es decir: a "monda y lironda" sub-literatura...

Y si los sujetos de marras (mayoritariamente incluidos dentro de la categoría que comprende a los llamados —por razones de edad—, "inmigrantes digitales") leen o dicen que han leído algunos grandes textos clásicos o modernos poco divulgados al modo tradicional, en muchos de los casos los descubrieron y mal asimilaron muy tardíamente en la Internet, no en la Galaxia Gutenberg...

No abundaremos ahora en torno al hecho de que la denominada nueva "erudición virtual a la violeta" se forja la ilusión de que todos los sujetos tienen el mismo posicionamiento histórico-estructural frente al saber y al pensamiento crítico, dada la disponibilidad "online" de ciertas informaciones.

No obstante, se hace necesario resaltar que la información, para que podamos considerarla con seriedad como una instancia debidamente procesada, asimilada e integrada a las estructuras cognoscitivas del sujeto polivalente y convertida así en conocimiento, debió comenzar a digerirse en el contexto de la Galaxia Gutenberg —para los "inmigrantes digitales" en particular—, mucho antes de la existencia de la Internet y los libros virtuales.

Por vía de una falsa y cómoda "erudición de último minuto", se va formando, paradójicamente, una legión de sofisticados bárbaros con atavíos cibernéticos, una retorcida mentalidad estrecha, simultánea y contradictoriamente violenta, frívola, rígida, ingenua, dogmática, artera, pseudo-dialogante: una "sub-cultura de la insolencia (i)letrada" y del "tigueraje" tecnocrático pseudo-conceptual.

Poco a poco, todo ello nos conduce al peor de los desastres espirituales y materiales: la banalización hermenéutica, la mediocridad inmediatista enmascarada y el achatamiento noético, características generalmente distintivas de los meros "emprendedores" oportunistas.

La "simulación de conocimiento" se concibe como un valor pseudo-pragmático necesario para sobrevivir en un mundo de apariencias y "glamour" regido por las leyes del Mercado de disfraces...

Apuntando al peor de los casos percibimos de lejos, en este mediocre tipo humano, en esta nueva cara de la barbarie más ciega y obtusa, el odio velado del hombre gregario a la verdadera cultura crítica, odio escoltado por las múltiples modalidades del resentimiento y por los diversos micro-fascismos postmodernos...»


© ARMANDO ALMÁNZAR-BOTELLO. "Mercado, Innovación y Pensamiento del Exceso." 2011. (Breve fragmento del texto ampliado y retocado). Santo Domingo. República Dominicana.

ADENDA JUNIO 2016.

LA CITA "FALSA" Y EL LECTOR IGNOTO...

Por Armando Almánzar-Botello



¡Y pensar que proliferan los sujetos esnobistas (generalmente "eruditos" a la violeta cibernético-virtual) que comprueban o confirman —utilizando Google o cualquier otro motor de búsqueda—, la eventualmente "dudosa veracidad" (para ellos) de ciertas citas o menciones! 

Si la cita no figura online, no se atreven a reconocerla como legítima; si la misma referencia (que puede ser de un "grande archifamoso" y estar formulada exactamente igual a como aparece en alguna de sus obras) se mira calzada (como trampa) por la firma de un "no-ilustre" o por el propio sujeto común u "ordinario" que la transcribe, tampoco es reconocida y aceptada en su valor estético real o en su potencia de penetración cognoscitiva. 

Este género de lector ignora a "Juan" o a "Pedro" si estos transcriben de modo anónimo, "sin firma", un fragmento genial de algún texto de Platón, San Agustín, Plotino, Spinoza, Kant, Hegel o Heidegger, por ejemplo, fragmento que no sea fácilmente localizable en la Internet, pero validan y alaban los supuestos "decires" ejemplares o "paradigmáticos" de un García Márquez, de un Darwin, un Freud, un Marx, un Nietzsche o de un Einstein falsos, personajes estos últimos colocados por la "creativa" chabacanería virtual en el rol de simples enunciadores de verdades perogrullescas y de puros datosos resonantes disparates.

Se trata, en la mayoría de los casos donde se advierte de un modo asombroso esta lamentable miopía selectiva, de una severa limitación reflexiva del lector. Ella implica no sólo los ámbitos cognitivo y ético de éste, sino hasta su cierto grado de escepticismo ante los discursos del "otro": esos discursos que no se ven avalados de inmediato por la doxa, los lugares comunes y la simple intuición. Dicha suspicacia participa con frecuencia de unas muy bien maquilladas o inconscientes "megapretensiones" intelectuales del lector, basadas en graves "errores de autodiagnóstico" en lo atinente a su propia formación, a sus niveles de inteligencia y a su efectiva jerarquía espiritual.

En otros casos, la genealogía de dicha conducta puede remontar al freudiano "narcisismo de las pequeñas diferencias", a simples celos o envidias con relación a "lo próximo", sentimientos constitutivos y típicos de algunas minusvalías y complejos psicosociales mal canalizados. ¡Necesitamos más y mejor educación en nuestras escuelas y universidades! 

Como bien señaló Umberto Eco, estos fenómenos de "estupidez colectiva" o de simple impermeabilidad cognitiva, se pueden observar en la Internet (particularmente en la blogosfera y en redes sociales como Facebook) en su carácter de Zona espectacular parcialmente "despotenciada" por el Marketing, por la  "desublimación represiva", por la autocensura de los usuarios, por la vigilancia panóptico-banóptica, y en la que, por estos motivos, entre otros, muchas veces no se manifiesta en puridad el genuino espíritu "insurreccional", "subversivo", "culturizador" o auténticamente libertario de aquello que Hakim Bey denominó, en 1991, lo "Temporalmente Autónomo"

Muchos de los seguidores de Bey se vieron precisados a reconocer, con posterioridad al  optimista ensayo de éste publicado a principio de los noventa, que la Internet, en tanto que Zona definida inicialmente por el teórico ciberanarquista estadounidense como Temporalmente Autónoma con respecto a los poderes —si alguna vez fue o pudo ser tal cosa—, desde hace lustros se ve de hecho convertida en un duplicado virtual o cibernético de las estratificaciones, estrías, dominios, hegemonías, segregaciones, vigilancias estatales e intereses de las grandes corporaciones y del crimen organizado, instancias todas que operan en el mundo concreto de la "realidad física", económica, ideológica y político-social. 

Esos mundos que se manifiestan en las redes se constituyen en realidades codificadas, sobredeterminadas y comandadas por el Gran Capital y todos los renovados recursos del Biopoder. También lo son por el molar individualismo/gregarismo de la masa o el rebaño, y, en menor intensidad, por las líneas de fuga moleculares de la "manada y sus constelaciones cambiantes y no totalizables", o por la "banda" insurreccional y libertaria de los sujetos procesuales. Estas últimas categorías, inspiradas por el filósofo francés Gilles Deleuze (quien a su vez se inspira en el Elías Canetti de "Masa y Poder"), Hakim Bey las utiliza como recursos conceptuales que podrían permitir la intelección y el seguimiento de un cierto devenir "tribal" de la familia nuclear burguesa, con miras a facilitar que dicho espacio histórico de producción de subjetividad, profundamente sacudido y transgredido por las prácticas políticas de los sujetos y sus cuerpos deseantes, transmute y se abra en el conflicto a otras estructuras, a nuevas relaciones necesarias entre dispersión y concentración, inestabilidad y estabilidad, localidad y globalidad, banda y contrabanda, contingencia y equilibrio programático, entendida esta serie compleja de tensiones como vendajes necesarios entre lo uno y lo múltiple...

Y claro, existen los que realmente piensan y justiprecian el objetivo valor crítico de lo transmitido, independientemente de la persona y del real o supuesto prestigio del autor de los mensajes... Pero estos últimos lectores, lamentablemente, resultan ser a la fecha muy escasos. © Armando Almánzar-Botello. Santo Domingo, República Dominicana.

Copyright © Armando Almánzar Botello. Reservados todos los derechos de autor. Santo Domingo, República Dominicana.
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