Así, cuando el filósofo esloveno emite con pasión ciertos juicios paradojales o aporéticos que suman "oscuridad" al "lacanés", "código" ya de por sí oscuro, podríamos entender —y así parece que lo pensó también el importante teórico Ernesto Laclau en algunos momentos de sus "conversaciones" y divergencias con el autor de "Visión de paralaje"—, que olvida o desfigura el perfil y la trayectoria del pensamiento de Jacques Lacan, debido a la recurrente apelación de Žižek a lo que aparenta ser una lectura un tanto "forzada" de ciertas categorías presentes en la obra del psicoanalista francés… Pero quizá dicha consideración no sea del todo válida... En estas modestas notas me referiré a la categoría de lo Real y sus relaciones con el objeto "a" teorizado por Lacan. Esto, independientemente de la tripartición a que Žižek somete, a su vez, cada uno de los tres elementos del llamado trípode o ternario lacaniano: Real, Simbólico, Imaginario (RSI). Veamos.
Desde "Contingencia, hegemonía y universalidad" (Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, 2003), obra publicada en inglés con el título de "Contingency, Hegemony, Universality", 2000, y en la que se reúnen a modo de diálogos polémicos ponencias de Slavoj Žižek, Judith Butler y Ernesto Laclau en torno a variados asuntos de naturaleza político-filosófica en el mundo contemporáneo más reciente, se percibía una distancia teorética significativa entre las concepciones de los tres pensadores con respecto a la categoría de lo Real lacaniano.
Judith Butler había argumentado ya, en su obra "Bodies that Matter" (New York, Routledge, 1993, p. 207):
«...Sostener que lo real resiste la simbolización es incluso simbolizar lo real como un tipo de resistencia. El primer postulado ("lo real resiste la simbolización") sólo puede ser verdad si el último postulado ("lo real resiste la simbolización es una simbolización") es correcto, pero si lo segundo es correcto, lo primero es necesariamente falso...» Judith Butler, obra citada.
En respuesta a los planteamientos de Butler realizados en 1993 y reiterados en "Contingency, Hegemony, Universality", 2000, sobre las relaciones entre lo Real y lo Simbólico en el pensamiento de Lacan, Slavoj Žižek arguye:
«... El vínculo íntimo entre el sujeto y el fracaso no radica en el hecho de que los rituales y/o las prácticas sociales "externos" fracasan siempre en alcanzar el núcleo más recóndito del sujeto, en representarlo adecuadamente —alguna internalidad, algún objeto interno irreductible a la externalidad de las prácticas sociales (como Butler interpreta a Dolar) siempre queda—, sino, al contrario, en el hecho de que el "sujeto" en sí no es nada excepto el fracaso de la simbolización, de su propia representación simbólica; el sujeto no es nada "más allá" de ese fracaso, surge a través de ese fracaso, y el objet petit a es simplemente una positivización/encarnación de ese fracaso. Esta noción del sujeto como la "respuesta de lo Real" me permite finalmente confrontar la crítica convencional de Judith Butler a la relación entre lo Real y lo Simbólico en Lacan: la determinación de lo Real como lo que resiste a la simbolización es en sí una determinación simbólica, es decir, el gesto mismo de excluir algo de lo simbólico, de postularlo como como fuera del Límite prohibitivo (como lo Sagrado, Intocable), es un gesto simbólico (un gesto de exclusión simbólica) par excellence... En contraste con esto debería insistirse en que lo Real lacaniano es estrictamente interno a lo Simbólico: no es más que su limitación inherente, la imposibilidad de lo Simbólico de "llegar a ser él mismo" totalmente... Si lo Real fuera directamente exterior a lo Simbólico, entonces la sociedad definitivamente ex-sistiría: para que algo ex-sista, tiene que ser definido por su límite externo y lo Real habría servido como esta externalidad garantizando la consistencia intrínseca de la Sociedad... La paradoja es, por lo tanto, que Butler tiene Razón: sí, lo Real es de hecho interno/inherente a lo Simbólico, no su límite externo; pero por esa misma razón, no puede ser simbolizado. En otras palabras, la paradoja es que lo real como externo, excluido de lo Simbólico, es en realidad una determinación simbólica; lo que elude la simbolización es precisamente lo Real como el punto de fracaso inherente a la simbolización...» Slavoj Žižek, "Contingencia, hegemonía y universalidad", pp. 130, 131, 132, 133.
Con suma pertinencia teórica y argumentando en dirección a lo expuesto por Jacques Lacan en su Seminario XXI de 1973-1974, "Los desengañados se engañan o los nombres del padre" ("Les non-dupes errent"), en el que topológicamente se inserta lo real del objeto "a" en el Nudo Borromeo, Žižek concibe lo Real de dicho objeto como un agujero, como vacío destotalizador que opera en tanto constituye un límite de lo Simbólico. Pero este "límite" que implica lo Real del objet "a", como bien lo señalan Jorge Alemán Lavigne y el mismo Laclau, no es equivalente aquí al "noúmeno" kantiano entendido como la "cosa en sí" incognoscibe, fuera de las categorías del entendimiento, ni tampoco es igual a lo "inefable", con respecto a lo cual "sólo debemos guardar silencio", tal como aparece en el "Tractatus Logico-Philosophicus" de Wittgenstein.
El límite al que se hace referencia en lo dicho por Žižek (y por Jorge Alemán) siguiendo el corpus teórico lacaniano, es un límite interno, un límite a entender como litoral inmanente o intrínseco, "bilocación o indeterminación bifronte" del trazo unario y de la letra, abierto dicho borde por un lado a lo real irrepresentable, como "punto de ignición" y desfallecimiento de la simbolización, y por el otro, a lo Simbólico destotalizado. Este papel "litoral" lo cumplen para Lacan, como hemos avanzado, la "letra" y la "escritura" entendidas como "sinsentido" que separa, toca y afecta el "no sentido" de lo Real, pero en cópula simultánea con la Deutung, con la significación, con lo Simbólico. Conjunción-Disyunción entre lo Real y el Sentido. Aquí, en el abordaje borromeo de lo Real, éste se posiciona en relación a lo que Lacan denomina extimité (extimidad): exterioridad íntima diferente de la mera exterioridad como simple más allá del límite unívoco, preciso, que pretende clausurar la presunta autarquía de lo Simbólico. A su vez, el segundo Wittgenstein habla de la vivencia, por parte del sujeto experimentador, de un "laberinto complejo de fronteras", en su intento de salir fuera del lenguaje y del sentido. No existe aquí un corte neto entre el adentro y el afuera...
No obstante, Ernesto Laclau, en un polémico artículo fechado en el 2006, trabajo donde cuestiona los planteamientos de Žižek sobre la concepción de lo Real en Lacan, dice:
«...[Lo Real]... se trata de un exterior radical que no puede ser dominado simbólicamente. Heterogeneidad es otro nombre para lo Real. Esto explica cabalmente por qué Zizek no puede entender el estatus teórico del Real lacaniano: si el modo de producción fuera —como lo es para él— una matriz formal-trascendental de lo social, todo en la sociedad tendría que explicarse a partir de los movimientos endógenos de esa matriz; ergo, no habría lugar para la heterogeneidad (= la presencia de lo Real). Su absurda atribución de un contenido formal-trascendental a lo Real está reñida con las nociones más elementales de la teoría lacaniana.» Ernesto Laclau. Fragmento de "Por qué construir un pueblo es la tarea principal de la política radical" (Fragmento) Versión original publicada en Critical Inquiry, 32 (4), 2006 «Why Constructing a People Is the Main Task of Radical Politics». Traducción de Nora López para la Revista Cuadernos del Cendes. Aparece versión online.
¿Retorno de Ernesto Laclau a lo que me parece la posición teórica de un Lacan anterior a la Topología de los Nudos, es decir, anterior a los Seminarios XX, XXI, XXII, XXIII?
En su libro “El más sublime de los histéricos”, Editorial Paidós Ibérica, 2013, Slavoj Žižek parece "confundir" las dos caras del objeto “a”: el objeto “a” como tapón fantasmático y el objeto “a” como agujero, falta o vacío en el Otro, causa real del deseo.
En dicha obra nos dice el filósofo esloveno: “El sujeto dispone, a pesar de todo, de un modo de dar consistencia a su identidad más allá de los títulos, las referencias que lo sitúan en la red simbólica universal, una manera de Ser-ahí en su carácter “patológico”, en su particularidad absoluta: la fantasía...” Slavoj Žižek. 2013.
Pertinente resulta decir que la “fantasía” no es para Lacan la expresión más directa del objeto “a” en su dimensión real: sólo expresa de dicho objeto su vertiente obturadora. En segundo término, se hace preciso recordar que no es cualquier sueño el que vincula al sujeto con lo que "no cesa de no escribirse", con lo Real imposible lacaniano: ese acercamiento lo logran, por ejemplo, la “alucinación” (algo diferente al sueño) y el llamado “sueño traumático”, la pesadilla.
Nos preguntamos: ¿existe en Žižek un cierto afán de innovación conceptual de corte filoneísta o caprichoso? (Acusación que lanza Chomski no sólo contra el pensador esloveno sino contra Lacan y Derrida).
Esa desbordante voluntad de "innovación" conceptual...¿en el vacío?... es algo que irrita a pensadores cientificistas como Noam Chomsky, para quien el mismo Jacques Lacan carece de relevancia epistemológica. "Sólo el Lacan investigador de la Fase del Espejo es importante... En sus seminarios y escritos posteriores, Lacan no se entiende ni a sí mismo", me dijo personalmente Noam Chomsky hace unos años, aquí en Santo Domingo, sonriendo con ironía a través de la "voz de la empiria" y su imperturbable, lúcida y curiosa sensibilidad epistecnofílica.
Las diferencias entre Lacan y Chomsky eran muy viejas, databan de la visita del gran psicoanalista francés a los Estados Unidos en 1966, cuando frente a un grupo selecto de matemáticos, lingüistas, filósofos y psicoanalistas, seleccionados personal y cuidadosamente por su amigo Roman Jakobson, habló en el Massachusetts Institute of Technology (MIT), frente al mismo Noam Chosmky, de mierda de gato, excrementos de elefantes y de la civilización como "cloaca máxima". Cuando Chosmky le hizo una pregunta sobre el pensamiento y su relación con el cerebro, Lacan contestó que él, Jacques Lacan, pensaba con los pies, y que tras largos años haciendo electroencefalogramas en su condición de médico psiquiatra no había encontrado ni huellas del pensamiento en el cerebro. Chomsky lo tomó a mal. Lo entendió como una burla imperdonable a la Academia Norteamericana, y dijo luego que Lacan era un loco... El día anterior Lacan había almorzado con su viejo amigo Salvador Dalí, ex-paciente del psicoanalista cuya tesis de doctorado sobre la paranoia había inspirado el famoso "método paranoico-crítico" surrealista-daliniano. En fin, valga la digresión de la mano de Élisabeth Roudinesco...
Continuando con nuestro tema señalamos que la mencionada psicoanalista Mirta Berkoff, siguiendo a Lacan y a Miller, nos recuerda que el “a” es, simultáneamente, lo que “obtura o tapa” (vertiente imaginaria del "a", y lo que "se fuga o escapa" (cara real del objeto "a").
© Armando Almánzar-Botello. Santo Domingo, República Dominicana.
SLAVOJ ŽIŽEK. "Sueño de mariposa" (Fragmento de su obra "El más sublime de los histéricos").
ADENDA.
DISCUSIÓN EN FACEBOOK. 20 de octubre de 2013.
Repetimos, reiteramos: el objeto pequeño "a" se despliega entonces en un doble registro: revelación de la falta en el Otro (vertiente real de fuga y castración) y la carencia taponada, tal como aparece en el proceso de la significación (vertiente imaginaria que intenta obturar la falta mediante el recurso al sentido y al saber).
Texto retocado. © Armando Almánzar-Botello. Santo Domingo, República Dominicana.
Otro blog en el que figura este mismo texto:
Blog Cazador de Agua: http://tambordegriot.blogspot.com/2013/10/slavoj-zizek-y-el-lacanismo.html
Copyright © Armando Almánzar Botello. Reservados todos los derechos de autor. Santo Domingo, República Dominicana.
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Cazador de Agua
Tambor de Griot
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