sábado, 30 de noviembre de 2024

FRAGMENTOS DE UN BLOQUE... (¡No hay que hacerse los graciosos!)

«El yo biográfico se ve imantado, y quizá modificado, por el núcleo ardiente de la obra en curso —o ya articulada como artefacto semiótico—, en tanto que el sujeto de la escritura que del yo se desprende para fundar el espacio virtual donde se despliega el texto, participa de una enunciación inconsciente y de la tensión contemplativa de una consciencia alterada que obligan a dicho yo a reformular sus límites imaginarios, estrategias y protocolos mundanos.» Armando Almánzar-Botello: “Escribir / Publicar. (Apuntes de pretensión psicoanalítica en torno al Acto de Escritura)”, 1991 (Fragmento)

     Por ARMANDO ALMÁNZAR-BOTELLO

     «¿Quién eres yo? ¿Quiénes soy, habré sido y seré yo? ¿Seré acaso tú, y ya no lo recuerdo?» Armando Almánzar-Botello

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[...] —¡Que Dante Alighieri se compadezca de mí! ¡Sufriendo inexisto en el núcleo mismo del virtual Averno, aquí, en el Barrio Textual de los Sueños Caóticos!

Aunque mis ojos y una parte de mi mente me induzcan a creer que estoy en la mansión de mi propiedad en Cité Soleil, la magnitud de mi angustia y la reverberación por todo mi cuerpo de una gran incertidumbre, me hacen poseer casi la certeza de que realmente ahora me encuentro pensando, gimiendo, escribiendo y penando en el Séptimo Círculo de un nuevo Infierno narrado.

Presiento que mi franco espejismo imitativo-ilusionista ha sido condenado a consumirse, pavorosamente, en las llamas textuales de una prosodia ígnea, pulsional, circular y perpetua, y ello solo por causa de mis pequeños caprichos, excentricidades eróticas y políticos desaciertos, cometidos con la batería semiótica de los significantes lingüísticos [...]

[...] Algo parecido a los párrafos precedentes atribuyó el Sujeto de la Escritura —en el comienzo mismo de su otro texto— al actante TrujiJack el Destripador, mientras el villano-asesino constitucional, desplegando su tiránico rol de literato y realmente alojado y activo en un cierto cerebro-universo en carnaval perpetuo, hacía uso de polícromos abalorios y letras gorjeantes que seducían con su ritmo político-semiótico al gozoso populacho nihilista. Cautelosamente generaba el villano un texto hermético, traidor y bifronte, mas sin embargo sutil y peligrosamente inadvertido en su falacia para la mirada interrogativa de los oportunistas neopersoneros cognitivos y presumidos catedráticos-hermeneutas.

El tiránico destripador encontrábase confinado y seguro en el antiguo pero postmodernamente reconstruido Palacio Nobiliario de San Cristóbal. Lúcido, sereno y rodeado de espejos, escribía una extraña fábula reclinado en su barroca, lujosa y reluciente cama —colocada en el centro del enorme cuarto principal—, rimbombante lecho iluminado en su cabecera por una lujosa lamparita de mesa de noche. La cama, la mesilla y el candil domótico-cibernético estaban diseñados con la muy postmoderna combinación plutocrática de estilos al uso epocal: biomórfico-posthumano, postgigeriano y cibernético-rococó [...]

[...] Así las cosas, desde su cama en la pomposa y gigantesca estancia pintada de soñador azul turquesa, amoratado por un golpe de bastón el ojo izquierdo, pudo TrujiJack por fin distinguir, mientras avanzaban lentamente desde la puerta del dormitorio hacia el lugar donde él se encontraba, primero a una mujer desnuda y muy alba, lujuriosamente montada —o más bien tumbada de espaldas, con las piernas bien abiertas como en posición de parto— en un chirriante y enmohecido carrito de autoservicio empujado por un enano amarillo y desdentado.

En segundo lugar, esta imprevista pareja de visitantes era seguida por tres bufones maromeros semidesnudos que se desplazaban sostenidos en precario y acrobático equilibrio erguido, “caminando” apoyados tan solo en sus manos, y vestidos con sendos trajes de plástico negro en los cuales, al nivel conveniente, unas hendiduras dejaban ver los descomunales miembros erectos de los Graciosos, apuntando hacia el piso en un ángulo místico de cuarenta y cinco grados, y con sus tensos glandes reluciendo como limpias bombillas eléctricas en el aire del salón gimiente de fantasmas y deseo escritural.

—¡Revolución o Fusión! ¡Revolución o Fusión! ¡Revolución o Fusión! —vociferaba un gentío irredento cuyas voces y ruidosas operaciones en la calle podían escucharse a través de la ventana.

¡Y era la Revolución!

Encabezando la comitiva libertaria en el cuarto mismo del Destripador —como quien dice “Mujer Desnuda Guiando al Pueblo”—, era dueña la beldad Comisionada, la nívea Doncella del carrito chirriante, de la mirada más profunda, sublime, indescifrable y aleteante que ojos humanos hayan podido imaginar...

Y, seráfico golpe claroscuro de la luz al fin allí en la sombra, ostentaba esa mujer la más amplia, espesa y seductora de las manchas, como un delicioso y selvático enjambre de hormigas negras y carnívoras.

¡Revolución o Fusión! ¡Revolución o Fusión! ¡Revolución o Fusión! ¡Y era la Revolución!

Latía, esa inmensa, oscura y seductora mancha —semejante a un formidable sol negro palpitando en el espacio cósmico y femenino de un cuerpo tántrico/católico/vudú—, de un modo sorprendentemente lúcido, velludo y desconsiderado; parecía más bien un gigantesco y divino paraguas negro abierto sobre un abismo presentido y deslumbrante, patibulario a su vez por comisión u omisión... TrujiJack sudó copiosamente.

—¡He aquí el tesoro azabache de los significantes, la sede del código estallado y la ruina de todo presumido nacionalismo ontológico! —dijo una mestiza y poderosa voz andrógina, híbrida, resonante pero pausada, que parecía proceder de la zona cenital del cuarto donde culebreaban todavía, enredados en los brazos de las lámparas casi muertas, los despojos y retazos de algodonosa tiniebla que acompañaban siempre a los domótico-cibernéticos y estrambóticos candiles barrocos de luz tenue, los cuales pendían del techo de la recámara secreta, ahora iluminada principalmente por un viejo sol frío y marchito que penetraba por los desnudos ventanales virtuales del recinto [...]

De repente, comenzó a resonar la metralleta. Muchos políticos, comerciantes, jueces, obispos y simples ciudadanos de todos los bandos, huían fuera de la megalópolis, entre el humo y el fulgor de las granadas. En mitad de las calles, los soldados enfrentados realizaban lúdicos derramamientos de sangre y perversas orgías que recordaban el Jardín de las Delicias y el Infierno Musical de El Bosco. Todos justificaban sus acciones violentas aduciendo pasadas ofensas y supuestos maltratos cometidos en su contra por las víctimas actuales. ¡Todo era pólvora y trapecismo erótico!

¡Y era la Revolución!

Mientras tanto, algunos pequeños hijos de los soldados que formaban dichos ejércitos enemigos, vulnerables retoños prodigiosamente indemnes bajo el fuego de las bombas y confundidos en una asombrosa fraternidad infantil ajena del todo al virulento combate, levantaban muy alto, muy alto, banderas extrañas que no se correspondían con ninguna de las naciones en conflicto.

—¡Mamita llegó el Big Brother, llegó el Big Brother del Norte! Mamita si usted lo vie... ¡Clic!

—Ajeno a la política situacional y al peligro de los carnales desbordamientos, él se deja llevar sencillamente por la deriva semántica, por el furor pulsional de los vocablos —dijo uno de los bifrontes catedráticos hermeneutas—. Pero vosotros, ávidos lectores postmodernos, queréis una historia verosímil, apropiadamente construida, con peripecias bien urdidas que prueben el valor “trascendente” del neorrealismo sucio pero insulso, la calidad autorial —cuasi místico-visionaria en el trabajo de planificación y orientación de la obra—, característica del supuesto narrador de agujeros negros, lacrimógenos recuerdos y desastres ontológicos…

No obstante, aunque nos encontremos en el Tercer Mundo —no popperiano por cierto y con grandes limitaciones diegéticas—, es menester decir ahora (ahora: jetzt: Hegel) que no solo de tramas y pirotecnias representativas vive el hombre, sino de toda palabra sonámbula que dice que sabe, sin saber que la sabe, la verdad metonímica de que nada está nunca totalmente presente y sabido (ahora) en la inabordable productividad translingüística y su construcción en abismo: aporéticos dispositivos generadores de realidad.

Y ello es así, pese a la voz del Gran Cíclope y su metarrelato de grado cero, que mentidamente decreta el fin de los metarrelatos bifocales [...]

[...] Horrible y ubicua la Mirada del Escriba…

—Cuando articula su discurso narrativo, un alguien innombrable busca la deriva, la fuga, la retracción, el flujo, el reflujo, la pérdida, el todo que se escapa imantado por la huida del fragmento: el texto como infinitud potencial o deus absconditus multicéntrico… ¡No pretendas comprar las líneas de fuga en el mercado! [...]

[...] Luego TrujiJack, el renombrado criminal-homicida, vio aparecer, entre humo espeso y delirante sonido de saxofones, al Minotauro Caribeño de las Copulaciones Efímeras, para gozar inmediatamente —ya sollozando y envuelto con la gran sábana de la aflicción en aquella sorpresiva madrugada terrible, manchada de tinta, semen, pólvora y sangre—, de una vengativa y torva serenata-aguinaldo, concebida-cantada por cautelosos letrados, por detectives y fiscales calvos, por viejas víctimas de la monstruosa cárcel La 40, por inútiles y melancólicos soldados con vendas ensangrentadas, por inoportunos oportunistas acreedores procedentes de otros reinos narrativos plagiados por el Águila, el Oso y el Tigre...

Se aproximaban al lecho del Destripador predicadores pentecostales vociferantes, con sus cachondas Biblias negras —cada mentido y apócrifo Evangelio en cuestión, cifrada, frívola y astutamente marcado con exóticos, lujosos, delicados y novísimos festones de madrás—; letales, perspicaces y ceñudos actores de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), de Scotland Yard y del trujillista Servicio de Inteligencia Militar (SIM); comisiones paraoficiales de políticos, comerciantes, jueces, ladrones, militares y asesinos; cortejos de colonialistas anticolonialistas, de sonetistas, intelectuales, parásitos contemplativos y maniáticos resentidos carentes de talento; interminables séquitos formados por defensores de los Derechos Torcidos…

Finalmente, hicieron su bulliciosa aparición las infames o cándidas comadronas despechadas procedentes de las populosas barriadas de San Lorenzo de Los Mina, Pequeño Haití, Guachupita, Pétion-Ville, Gazcue, Cité Soleil, Ensanche Naco, Arroyo Hondo y Gualey, suburbios ubicados en el viejo y perseverante Santo Domingo Cosmológico del Siglo XXII.

Todos los miembros de esta grotesca y grandiosa multitud, empujándose violentamente unos a otros, trataban de introducirse de forma simultánea en la habitación lujosa del viejo TrujiJack. El gentío rompía las puertas y ventanas. El humo por las calles desgarraba los confines, y la indolencia de un ruido de motores arañaba la frente de la ciudad perdida.

En el abarrotado cuarto de TrujiJack, el corro esquizofrénico de aquellos cuerpos orgiásticos que rodeaban el lecho del villano-tirano constitucional —muchos de ellos tocados únicamente con extraños sombreros de copa alta, y en lo demás completamente desnudos; globosos y pedorreantes algunos; cadavéricos y fosforescentes los otros—, vocalizó melodías de letras demenciales con gran desenfado y feroz estilo heterofónico, al ritmo frenético de sus cornetas y tambores copulantes de orfeón desenfrenado, mientras los miembros de la gran comparsa manifestaban grotescos arrebatos de lujuria popular carnavalesca y globalizada, y estrechaban su círculo de modo cada vez más amenazador en torno a la gran cama de caoba con dosel donde dormía en su inocencia banal y ahora de nuevo despertaba —sorprendido, narrado y aterrorizado—, el pobre y mitológico Padre Destripador.

La muchedumbre cantaba: «¡Mataron al Chivo! ¡Cayó Duvalier! ¡Me llama el Big Brother! ¡Yo fui un Calié!»

—Eterno es el Retorno de los Espectros...

Y entonces, voces violentas indecisas frente a las Metrópolis levantaron decibeles contra la verdad de la Condena. ¡Emigraron muchedumbres en rotonda! ¡De sur a sur, de sur a norte, de norte a sur, de sur a norte, de este a oeste, de oeste a este, de sur a norte, de este a sur, de este a este, de norte a norte, de sur a norte, de sur a norte, de sur a norte, de sur a norte, de oeste a oeste, de sur a oeste, de oeste a sur, de sur a este, de sur a norte, de sureste a noreste, de noroeste a suroeste, de suroeste a noreste, de suroeste a oeste, de este a nordeste, de sureste a oeste, etc., etc., etc., como diría el gran Samuel.

¡Movimiento browniano de los flujos migratorios!

De pronto, TrujiJack el Destripador, convulsionando en un trance de fuego aglutinante, fue de nuevo la Doncella del Sacrificio, y el Minotauro, finalmente, con dulzura resopló en la rosada caracola ya desierta [...]

Armando Almánzar-Botello 

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2012

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Tomado del libro de relatos ¿Quiénes escribieron las historias? (2009-2012)

© Armando Almánzar-Botello, 2012. Santo Domingo. República Dominicana.

FRAGMENTOS DE:

“El delirio de Jack el Destripador. Manual en clave de historia patria globalizada, todavía escrito con el método freudiano de la asociación libre. (Poema en prosa patafísica)”.

A: Dante Alighieri, Miguel de Cervantes Saavedra, Fiódor Dostoievski, Manuel del Cabral, François Rabelais, Jacques Roumain, Gustave Flaubert, Knut Hamsun, Victor Hugo, Franz Kafka, James Joyce, Thomas Mann, Louis-Ferdinand Céline, Antonin Artaud, Herman Melville, André Breton, Tomás Hernández Franco, Georges Bataille, Alejo Carpentier, Jorge Luis Borges, Raymond Chandler, Pierre Klossowski, José Lezama Lima, Hermann Hesse, Samuel Beckett, Severo Sarduy, Jean Genet, Julio Cortázar, Pedro Francisco Bonó, Italo Calvino, Eugène Ionesco, William S. Burroughs, Francisco Angulo Guridi, Tristan Tzara, Ramón Lacay Polanco, William Faulkner, Aída Cartagena Portalatín, Aimé Césaire, Derek Walcott, Fernando Arrabal, Henri Michaux, Francisco Nolasco Cordero, Wole Soyinka, Norman Mailer, Lewis Carroll, Alfred Jarry, Arturo Rodríguez Fernández... In memoriam.

A: Marcio Veloz-Maggiolo, Thomas Pynchon, Iván García Guerra, Gabriel García Márquez, Umberto Eco, Andrés L. Mateo, Giovanny Cruz Durán, Paul Auster, Enrique Vila-Matas, Cayo Claudio Espinal, Rey Andújar, Tony Raful Tejada, Pedro Antonio Valdez, Armando Almánzar Rodríguez, Diógenes Valdez, Mario Vargas Llosa, Pedro Granados, Pastor de Moya, Manuel Mora Serrano, Toni Morrison, Pedro Vergés, Don DeLillo, Pedro Peix, Manuel Matos Moquete, Roberto Marcallé Abreu, Efraim Castillo, José Enrique García, Manuel García Cartagena, Junot Díaz, Alejandro Jodorowsky...

Tomado del libro de relatos ¿Quiénes escribieron las historias? (2009-2012). © Armando Almánzar-Botello, 2012. Santo Domingo. República Dominicana.

ADENDA. Marzo de 2015

Este alucinante texto se propone constituir en realidad un poema en prosa: dramático-grotesco, de catadura neoexpresionista, postsurrealista y neorrealista-figural, no meramente imitativo-ilusionista como es el caso de los “ingenuos espejos tipográficos” (Armando Almánzar-Botello dixit: 1977-1978), los cuales pretenden redimir el mundo de todo su dolor, pero descuidando las imbricaciones erógenas, las bifurcaciones y confluencias micropolíticas y libidinales de las galerías y rizomas enigmáticos de la letra, la ficción, la escritura, el cuerpo, el poetema y la carne del mundo.

“Fragmentos de un Bloque” es un texto postmoderno escrito en clave de humor negro e ironía transformativo/connotativa. No es un mero reflejo ilustrativo que denota, de modo excluyente, las realidades históricas o sociales de un determinado conglomerado humano.

No es, como muchos relatos convencionales, un manual sociológico-nostálgico de vivencias de la infancia, de los viajes o desplazamientos físicos de los personajes, del viejo barrio citadino con sus valores tradicionales, de la gran urbe moderna que se abre amenazadora para el actante completamente previsible, (acompañado todo esto de la consabida o manida moralina implícita en la torpe crítica social a la corrupción y sus múltiples modalidades: “La sociedad está muy mal, sí, pero prosigamos cosechando éxitos…”).

Aunque bien podría implicar, de una forma oblicua, todo lo señalado con anterioridad, el texto-poema al que ahora nos referimos se propone instituir, con pertinencia, una “lúcida poesía delirante o alucinada”, esquizo-deseante (Deleuze-Guattari), modulada en sus detalles por una conciencia vigilante y un dominio del oficio de la escritura polivalente que explore, a través de un cierto humor negro, lo informe, lo grotesco, lo siniestro, lo abyecto, en el acto de vislumbrar nuevas configuraciones de signos y sentidos múltiples, enigmáticos y abiertos.

Mi texto ansía un afinado trabajo especular (en espejo) sobre las posibilidades y recursos de incubación y producción textual que caracterizan a la escritura (de)constructiva como “destructora” y “generadora” de Realidad.

Dicha (de)construcción en abismo podría poner en juego —con “lucidez en claroscuro”, cuando arma su campo de posibilidades semióticas o expresivas orientadas—, aquello que (más allá de la mera epidermis o falsa profundidad de las intrigas convencionales de las historias verosímiles y reflectantes de la realidad cotidiana, tópica: historias insípidas o densas pero finalmente representativas, ilustrativas o fotográfico-realistas), podría considerarse como una radiografía o tomografía micropolítica del cuerpo sutil de lo real inconfesable, entendido este como teatro semiótico-étnico e inconsciente socio-escritural (no colectivo: Jung) donde se trenzan, copulan o “endiablan” las pulsiones; como carnaval conflictivo de significantes y territorialidades semánticas; como recónditas, microscópicas e inéditas batallas en los ámbitos del infrasentido de las profundidades, de la “intersubjetividad” y la “carnalidad”, de la “intercorporalidad” sutil y compleja del mundo, como diría Merleau-Ponty...

     No se debe olvidar, sin embargo, que dicho poema en cuestión forma pieza en cierta máquina histórica, textual y deseante; se fractaliza en un rizomático, complejo, imprevisible trabajo poético-político-escritural en curso…

Armando Almánzar-Botello

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Marzo de 2015

© Armando Almánzar-Botello. Santo Domingo, República Dominicana

Otros blogs en los que figura este mismo texto “Fragmentos de un Bloque”:

Blog Cazador de Agua

Blog Tambor de Griot

Copyright © Armando Almánzar Botello. Reservados todos los derechos de autor. Santo Domingo, República Dominicana.

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OTROS BLOGS DE ARMANDO ALMÁNZAR-BOTELLO:

Cazador de Agua                  

Tambor de Griot

ARMANDO ALMÁNZAR-BOTELLO ES MIEMBRO DE LA “RED MUNDIAL DE ESCRITORES EN ESPAÑOL”, REMES

Copyright © Armando Almánzar Botello. Reservados todos los derechos de autor. Santo Domingo, República Dominicana.

IMÁGENES:


IMÁGENES:

1) Nicolás Kalmakov: “Négresse” (Negra), 1929 

2) Fotografía de un ritual afroamericano con el agua

viernes, 29 de noviembre de 2024

¿FUE SEDUCTORA Y PERVERSA LA MUJER DE PUTIFAR? (Ilústrenme los exégetas que conocen el asunto y saben conceptualizar)

«Pero además de Jacob, como favorecido nieto de Abraham frente al burlado hermano Esaú, también Yahúh/Yahvé/Jehová estaba con José... Luego lo estuvo Faraón y, por supuesto, El Soberano de Atón... Sutiles componendas místicas...» Armando Almánzar-Botello

     Por ARMANDO ALMÁNZAR-BOTELLO

     «¡Ilústrenme, y guardaré silencio! Quiero comprender cuál es mi error.» Job 6:24

     A Emmanuel Levinas; a Jacques Derrida, in memoriam 

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Dicen algunas exégesis heterodoxas del texto bíblico que la aristocrática virgen y cantora Mut-em-enet, esposa en el plano meramente sociopolítico y formal —bajo la protección del dios de Tebas Amón-Ra cuyo duplicado viviente era Faraón— del potentado eunuco egipcio Putifar, Potifar o Petepré, no era una simple mujer adúltera o puta seductora que traicionó su papel de adoradora consagrada de Amón o Amún y la fidelidad que le debía a Putifar, sino que fue un instrumento, un medio involuntario elegido, una víctima humana selecta, una suerte de “chiva” expiatoria —psicológica y moralmente confundida por el Altísimo y Eterno—, obligada por los designios insondables del Yahvé hebreo a seguir y enamorar a José, hijo de Jacob y Raquel, para permitirle finalmente a este, por medios inverosímiles, cumplir con su destino trascendental: ser encumbrado por Faraón como el sabio intérprete que supo descifrar aquellos decisivos sueños faraónicos de las vacas y las espigas y propiciar así, con su acertada hermenéutica y munido el hijo favorito de Jacob de gran poder espiritual y político, la unión del pueblo de Israel en territorio egipcio. 

Se pudo satisfacer así la caprichosa preferencia que sentía el Dios de los hebreos por algunos de los miembros de la estirpe de Abraham. 

¿Qué puede uno esperar de una divinidad que recibió anteriormente por nombre Yahúh*, dios de la guerra y del desierto, señor dios de los ejércitos?*

¿Qué misterio es el de un Dios que siendo realmente omnisapiente y omnipotente permite usurpaciones de primogenituras, engaños y robos de sus bendiciones? 

¿Qué favoritismo extraño es este que funciona en ocasiones enturbiando u ocultando la virtud de los extranjeros para encumbrar de forma inhumana a los miembros de una tribu o de un pueblo en particular? 

Ese Dios debe serlo únicamente de dicho pueblo hebreo, pues tan solo responde a los intereses de Israel. 

La verdadera religión universal es el cristianismo, profundamente situado más allá de las nociones de raza, cultura y genealogía familiar.

Lo que digo no es de mi cosecha, es un viejo problema planteado por algunos de los que deslindan teológicamente el “judaísmo” del “cristianismo”. 

Como afirma el fallecido y brillante pensador judío-norteamericano Harold Bloom, Yahvé, ontológicamente, no parece remitir al “Padre” tal como este opera en el contexto cristiano de la Santísima Trinidad: “Padre, Hijo y Espíritu Santo”. 

Bloom más bien insinúa que fuera del contexto estrictamente judaico, la figura del Yahvé abrahámico se ve profunda y radicalmente alterada y pierde su esencia o auténtica sustancia mística. 

El judaísmo resulta, entonces (y todavía más en su actual versión sionista, fundamentalista y fanática), la religión de “un” pueblo “elegido” dispuesto a cualquier cosa para preservar su hegemonía...   

Emmanuel Levinas, por su parte, dice que Dios (Yahvé) “insiste” fuera de toda ontología, en una suerte de extra-ser. ¿Ein Sof (אין סוף)?

Jacques Lacan y Jacques-Alain Miller, a su vez, razonan que cierta dimensión de Dios pertenece al registro de lo “real-imposible”. 

El núcleo de mi argumentación me lo aporta, entre otros pensadores, el gran escritor alemán Thomas Mann. 

Dicho autor, por interpósita figura de uno de sus narradores de ficción y en algunos de sus apuntes críticos biobibliográficos, defiende, o por lo menos contextualiza, la inocencia de la esposa de Putifar, de aquella mujer que ha sido vista por una tradición de miles de años como la supuesta “seductora” egipcia de José. 

Este último, biznieto de Abraham y nieto de Isaac, colocado por encima de todos sus hermanos pese a ser el penúltimo de doce varones, era el preferido de su progenitor Jacob por su gran parecido con la madre Raquel, hija de Betuel, nieta de Nahor, sobrina nieta de Abraham y esposa favorita del hijo astutamente bendecido de Isaac. 

Pero además de Jacob, como favorecido nieto de Abraham frente al burlado hermano Esaú, también Yahúh/Yahvé/Jehová estaba con José... Luego lo estuvo Faraón y, por supuesto, El Soberano de Atón... Sutiles componendas místicas... 

Sigmund Freud (Moisés y la religión monoteísta) y Peter Sloterdijk (Derrida, un egipcio), entre otros, plantean la tesis de un supuesto Moisés muy diferente al de la tradición bíblica canónica: un Moisés egipcio de sangre, de nacimiento y de formación convertido posteriormente al culto monoteísta de Atón, creado por Amenofis IV (Akenatón) contra el tradicional espíritu politeísta egipcio y la casta religiosa y militar de los sacerdotes de Amún-Ra. En esta interpretación freudiana, Moisés, continuador de la tradición heteroegipcia (o heterojudía) de José, hijo de Jacob, hace causa común con los hebreos o judíos por la naturaleza monoteísta de la religión de estos, a la sazón esclavizados en Egipto. 

Así plantean Freud, Derrida, Sloterdijk y otros pensadores la continuación por medios judíos de un cierto egipcianismo de cuño monoteísta...

¿Misteriosos los caminos, caprichos y favoritismos del Señor?

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16 de octubre de 2021

© Armando Almánzar-Botello. Santo Domingo República Dominicana. Reservados todos los derechos de autor.

SÓCRATES-DELIRIO (Poema en la oficina) Y OTROS TEXTOS

«Sólo supo que no sabía ella nada». Pseudosócrates

«Hondo siento, luego existo». Pseudodescartes

«Pienso donde no soy, luego soy donde no pienso». Jacques Lacan

«Su boca es mariposa inquietantemente alerta.» El Divino Marqués 

«Así, el precio de acceso al goce es siempre la herida narcisista: solo hay goce allí donde el Yo del sujeto conoce de cierta quiebra. Donde, en suma, lo real emerge cuando lo imaginario se resquebraja —de ahí que el goce suponga siempre un contacto con el horizonte de la muerte.» Jesús González Requena y Amaya Ortiz de Zárate


     Por ARMANDO ALMÁNZAR-BOTELLO   

     A Jacques Lacan, in memoriam 

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Avecilla libando sobre la tensa flor de Mapplethorpe        

                  ahora resplandece...           

un secreto palpitar de miradas que despiertan... Fulgía 

                                      erguido el gran pistilo:

esperaba                     (latido por los bordes) 

los labios corola de otro anhelo... 

Ausencia casi por lo suave presentido,

                  muy dulce anticipa la miel allá en los ojos…

un rostro de silencio en la sombra que respira...

Lenta su boca se acercó soñando 

hasta el temblor viril de la insolencia… 

Puso allí su fiel verdad: 

                                                 la tibia lengua…         

                                                 Tímida 

caricia 

pizzicati de hosanna             música.

Fluencia de los pulpos         aliento,       gotas de rocío,

memorias de la tinta            cálida saliva sacrosanta,

                                                 húmeda palabra ondulante 

que retorna, 

                       titilando

sus bordados caprichos en la tarde,

haciendo poco a poco de las suyas

en aquel rosado 

                                                 pulido

                                                 brioso

duro erguido palpitar...


¡Ooooohhh!                            ¡Aaaaahhhh!        

         Es fuga el sfumato de la carne:

                           (((((Goce)))))

                            

                                 Luego: 

                         solo supo al fin 

                   que lo real del cuerpo   

                          no sabía nada...

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2008 

© Armando Almánzar-Botello. Santo Domingo, República Dominicana

     Una variante de este «poema, juego, chiste o texto-divertimento», con el título de «Sócrates y el Lirio», figura en el libro poemario de Armando Almánzar-Botello titulado sin más: Francis Bacon, vuelve. Slaughterhouse’s Crucifixion, Editora Ángeles de Fierro, 2007, página 23. San Francisco de Macorís, República Dominicana.

Blog Otros Textos Mutantes. Viernes, 21 de abril de 2017

© Armando Almánzar-Botello. Santo Domingo, República Dominicana. Reservados todos los derechos de autor.

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VÁLVULA DE MÁQUINA SIN ÓRGANOS...

(Homenaje a Antonin Artaud)

     «¡Buscaba yo a Teresa La Santa y encontré desolado a La cantatriz calva!» Armando Almánzar-Botello

     «Un parpadeo de la lengua por los bordes...» MHM

     «El filósofo francés Gilles Deleuze, siguiendo los planteamientos de su coterráneo el poeta, actor, dramaturgo y pensador Antonin Artaud, entiende el Cuerpo sin Órganos (CsO) no como una simple ausencia de estos atributos orgánicos, sino como producción de un cuerpo metamórfico, transformativo, proliferante. Este cuerpo sin órganos, a diferencia del organismo como “silencio de los órganos” determinados, se define por la presencia actuante de órganos indeterminados, temporales y provisorios que se manifiestan en un juego metamórfico de intensidades que no debe ser confundido con la mera dinámica de la corporalidad anatomo-fisiológica y sus procesos de homeostasis orientados a la supervivencia...» Armando Almánzar-Botello

     Por ARMANDO ALMÁNZAR-BOTELLO

     Al Marqués de Sade; a Georges Bataille: a Pierre Guyotat, in memoriam

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Boca: velluda válvula de uva oscura la vulva-ojo sin pudor tendida:

su mariposa negra es el goce aleteando. 

                                           Entreabierta.

Libó ella su libido lúcida, honda y suya en él hasta lo éxtimo: 

                              lirio desnudo trashumante... 

Sagrada boca de mujer con avidez temblando mundos. 

Allí: Saliva. Sangre. Labios. / Dientes. Goce. Lágrimas.

                                             ¡Aullidos!

La esculpe y la despierta él en su decir ya para siempre. 

La escribe y la toca él hasta el hueso y el silencio. Ella, 

solo respiraba enrarecida por su aire.

Oculto el Se impersonal en el poema. Dijo.

Nocturna sangre simulacro en otro cuerpo transferida

                       –infarto ciego en lo semántico–

turbulencia prosódica de venas palpitando, multiplicada ella, locas, 

muchachas rizomáticas.                                                                                                  ¡Danzan!

Voy, ahora vuelvo, te sueño el ritmo y en tu página, 

ella escribo nuevamente: 

alumbro con mi soplo tus retornos pulsionales...

Robada es nube al corazón

si humedecido en labios nombra 

un dios que silencioso en tu secreto cielo escribe pájaros...

¡Ay, latidos capilares del sentido indecidible! 

Narra desde un borde aquel evento inescrutable que fue nada.

Versos rotos trabajados por las noches con un marro luminoso en mi siniestra...

¡Solo míos para ti!                                             

                                   ¿Recuerdas?

¡Oh, tú, distópico esplendor!

Mutante duplicada en el espejo de la tinta, fruta roja oscura 

del deseo que respira impertérrito demencia.

Vegetación nocturna... 

                                               ¡Habla!

                              Y no temas tu arrogancia, 

                                niña en órgano sensible 

                                   oculto en el exceso: 

hay “lalengua” en ele luenga de tu letra intersticial que labios borda

y lo desborda...

                           Y algunos dioses mercuriales 

                                        también roban...

           Con violencia de molusco para siempre hija del mar,

                en tu asombro de gruta logocéntrico penetro.

         ¡Tú: (de)sagrada indeleble tinta neutra, laberíntica furia 

                                       de lo andrógino...!

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Octubre de 2010

2010 © Armando Almánzar-Botello. Santo Domingo, República Dominicana

Copyright © Armando Almánzar Botello. Reservados todos los derechos de autor. Santo Domingo, República Dominicana.

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SÓCRATES Y EL LIRIO

     Por Armando Almánzar-Botello 

     «Sólo sé que no sé nada». Sócrates

     «Pienso, luego existo». Descartes

     «Pienso donde no soy, luego soy donde no pienso». Jacques Lacan

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Flor andrógina de Mapplethorpe: 

Fulgía erguido su pistilo

entre los labios corola de su noche…

Lenta mi boca se acercó hasta la insolencia… 

Puso en ella su verdad: 

                                                 la lengua…              

                                                 Tímida 

caricia 

Pizzicati de Hosanna           música 

Fluencia de los pulpos        aliento        gotas de rocío

memorias de la tinta            cálida saliva sacrosanta

                                                  humedad de lengua 

que retorna 

sus bordados caprichos en la tarde 

haciendo poco a poco de las suyas

en aquel                                  rosado 

                                                  pulido 

tenso erguido palpitar…

Luego: solo supe que no sabía nada…

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Agosto, 2006

     Poema ligeramente retocado extraído del libro: Francis Bacon, vuelve. Slaughterhouse’s Crucifixion, Editora Ángeles de Fierro, 2007, página 23. San Francisco de Macorís, República Dominicana.

© Armando Almánzar-Botello. Santo Domingo, República Dominicana.

Blog Otros Textos Mutantes 

Viernes, 21 de abril de 2017

Otro blog en el que figura este mismo texto: Blog Cazador de Agua

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OTROS BLOGS DE ARMANDO ALMÁNZAR-BOTELLO:

Cazador de Agua                   

Tambor de Griot

ARMANDO ALMÁNZAR-BOTELLO ES MIEMBRO DE LA “RED MUNDIAL DE ESCRITORES EN ESPAÑOL”, REMES

Copyright © Armando Almánzar Botello. Reservados todos los derechos de autor. Santo Domingo, República Dominicana.

IMÁGENES:

     1) Sensuales criaturas andróginas en el universo maravilloso del pintor cubano Pedro Osés Díaz (1954-2009).

     2) Fotografía de Robert Mapplethorpe: “Lirio Cala”

     3) Video sobre el cala o lirio de agua:

https://youtu.be/_Q7VaWosd2g

     4) Iannis Xenakis: Pithoprakta (1955-1956):https://youtu.be/nvH2KYYJg-o

jueves, 21 de noviembre de 2024

YO NO SOY, CUANDO LO PIENSO...

 «Elí, Elí, ¿lema sabactani?» Mateo 27: 46

     Por Armando Almánzar-Botello

     «Hijo de sus acontecimientos y no de sus obras, porque la obra solo se produce sobre el hilo del acontecimiento.» Gilles Deleuze   

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Yo no soy, cuando lo pienso, Macedonio Fernández.

No pretendo ser un Borges en el acto

abismal de la escritura.

Por mi torpe manera de alumbrar la inervación somática 

del texto,                                                                 

                 /el animal que se me escapa, sigiloso,

en cada placa radiográfica gruñida, /

en los polípticos destellos de mi rostro: 

                                                             yo no pienso

Macedonio Fernández, / no soy Dios en el acto

de escritura.


Me desnudo con ser otro

que cita su Innombrable. Sombra y polvo-ceniza

de palabras.


¡Oh heredero de mi sangre aquí en la íntima distancia!

Aún estremecido por la lluvia sefirótica de letras misteriosas,

                                     ¿me recuerdas?...


Hoy le ofrezco la herencia visceral a mi enemigo

—mi cadáver sonoro sangrante todavía—

a este amado hijo rebelde que me niega con afeites.


Alucino en la caída originaria de mi ausencia

la máscara impasible de otra tinta: 

                                                        ¡grave letra oscura!

                     

    Y ahora escribo          tiemblo          grito,   

¡callando limpiamente yo recuerdo!:


aquel soñado ardor en sagrada frente-luz, tántrico el rostro... 

          Atópico enigmático destello en el Otro inabordable...


Ha soplado tanto azul diverso, inmemorial, remotamente, 

mas llora en mí un laberinto por aquella, todavía, 

roto el mundo una vez más con la indescrita oscuridad 

del hambre y de la guerra...


¿Cuál divino cuerpo arroja, recordado,

bajo lámparas de abismo a la página tinieblas?

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Diciembre de 2006

(Retocado en 2008)

© Armando Almánzar Botello

     Poema tomado del libro titulado: Francis Bacon vuelve. Slaughterhouse's Crucifixion, de la autoría de Armando Almánzar-Botello. Ediciones Ángeles de Fierro, San Francisco de Macorís, República Dominicana, 2007, página 62

Publicado también en el Blog Cazador de Agua. Sábado, 24 de septiembre de 2011

Copyright © Armando Almánzar Botello. Reservados todos los derechos de autor. Santo Domingo, República Dominicana.

miércoles, 20 de noviembre de 2024

FEMINISMOS... Post... (emancipación)

«Ciertamente la deconstrucción también toma como objeto la hegemonía del falocentrismo en lo referente a la diferencia sexual, y llega a realizar la crítica de falocentrismo = logocentrismo. De hecho, se está hoy llevando a cabo en el nombre de la rebeldía de la feminidad. Sin embargo, eso no es un simple feminismo. Pues el feminismo no puede ser otra cosa que la inversión del falocentrismo.» Jacques Derrida

«Pero, pero, pero ¡por los dioses múltiples, Mujer! ¿Quién o qué eres tú, cuál es tu ahora singular bagaje? ¿Una diosa lesbiana que copula insaciable con mujeres transgénero? ¿Una madre nutricia? ¿Un bello cyborg de “n” sexos, a lo Gilles Deleuze, a lo Felix Guattari o a lo Donna Haraway? ¿La mujer femenina que ama al hombre de un modo romántico? ¿La que hace los mezquinos cálculos de la conveniencia con usura? ¿Un ser mutante y polimorfo-pulsional que rebelde rechaza la maternidad y propugna por el aborto, sin ninguna causal, porque simplemente “tu cuerpo es tuyo”? ¿“Una-uno” actualización errada de lo que “yo” denomino, desde 1995: “Lo ‘femenino’ neutro”, eso loco, mixto, esquizo, aneidético y constituyente? ¿Eres simplemente lo que te viene en ganas? No me digas que tú eres tú... Ya nadie lo es. ¡Habla, monstruo!» Armando Almánzar-Botello

«El capitalismo contemporáneo pide, y hasta exige, que las mujeres tomen sobre sí la forma nueva del Uno con que ese capitalismo quiere sustituir al Uno del poder simbólico, a saber el Uno del individualismo consumista y competitivo. Los hijos, y luego los machos, proponen de este individualismo una versión débil, adolescente, lúdica, sin Ley, que llega hasta un vandalismo superficial. Se le va a pedir a la hija-mujer que proponga del individualismo consumista y competitivo una versión dura, madura, seria, legal y punitiva. Es por esto que existe todo un feminismo burgués y dominador. La reivindicación de este feminismo no es en absoluto crear otro mundo, sino dejar librado el mundo tal y como está al poder de las mujeres. Este feminismo exige que las mujeres sean juezas, generales del ejército, banqueras, CEO, diputadas, ministras y presidentas. Y que para las que no son nada de todo esto, es decir casi todas la mujeres, que esta sea la norma de la igualdad de las mujeres y de su valor social. En esta dirección, las mujeres son consideradas como un ejército de reserva del capitalismo triunfante.» Alain Badiou


 Por  Armando Almánzar-Botello

     A Jacques Lacan; a Jacques Derrida, in memoriam
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Jacques Derrida —cuya sigilosa práctica diseminante o ejercicio paleonímico parte de la deconstrucción de la oposición platónica habla/escritura, paradigma en el que su segundo término, entendido como “hypomneme” o memoria inferior, se subordina a la “mneme” como forma trascendental de registro que implica para el platonismo la “verdadera memoria” de la “foné”, un habla viva en la que se manifiesta el puro resplandor de la presencia del logos— afirma con meridiana claridad, en el breve párrafo de su autoría que transcribo como epígrafe de esta nota, que “el feminismo no puede ser otra cosa que la inversión del falocentrismo”.

Con este aserto el filósofo francés está diciendo, sencillamente, que así como el pretender, por simetría inversa, hipostasiar al “significante” frente al “significado” —al que se encuentra regularmente sometido en la tradición idealista fonologocéntrica occidental— constituye una estrategia tan metafísica como la hipóstasis misma de un “significado trascendental”, también, de un modo correlativo, un feminismo acrítico, “mujerizante” y esencialista (una de las razones por las cuales Judith Butler habla de postfemenismos) resultaría una simple reversión metafísica de la oposición binaria masculino/femenino. Con ello se dejaría intacta la estructura básica de dominio, la lógica continuista de aproximación apropiadora de la supuesta presencia, aunque con diferente beneficiario.

“Más allá” de lo asexuado del Dasein en Heidegger, y difiriendo de un cierto feminismo que se concibe solo en términos de “masculinización” de la mujer (cosa que Octavio Paz percibió en la cultura norteamericana: ver su famosa entrevista con Rita Guibert, Pasión Crítica, 1985), Jacques Derrida propone un modelo transbinario de sexualidad proliferante, plural, coreográfica —parecido en esto a la tesis de Gilles Deleuze sobre los “n” sexos del “Cuerpo sin Órganos” y a los mismos planteamientos no esencialistas de la Judith Butler que se inspira en Derrida.

Lo anteriormente dicho implica una deconstrucción del “androcentrismo”, sí, pero sin que por necesidad tal estrategia “emancipatoria” conduzca a una hegemonía esencializada de lo femenino y de la mujer “frente” a la tradicional hegemonía de lo masculino y del hombre.

Por otra parte, Alain Badiou —leyendo y “enmarañando” todavía más al Jacques Lacan de la Tabla de la Sexuación, deconstruyendo, a su modo, la oposición metafísica simple “masculino/femenino” con dominante del primer término— concibe, de forma postmetafísica, tal como lo hace Gilles Deleuze, una suerte de “devenir mujer” del cual participan tanto los hombres como las mujeres, donde lo que vendría a manifestarse, de acuerdo con esa nueva topología de la sexuación, serían suspensos de masculinidad (habitualmente atribuidos al constructo histórico llamado “hombre”, pero de los cuales puede participar el constructo histórico llamado “mujer”), y “líneas de fuga femeninas” (devenires-mujer: habitualmente atribuidos al constructo histórico llamado “mujer”, pero de los cuales puede participar el constructo histórico llamado “hombre”). Badiou, filósofo de profunda y real formación matemática, habla de una “embrollada topología de la sexuación”.

El “suspenso de masculinidad” sería una cierta “territorialidad tipológica”, un borde momentáneamente rígido, un espacio provisional aunque netamente deslindado, y la “línea de fuga femenina” sería una suerte de movimiento de “desterritorialización” y “despliegue” hacia el “Afuera génetico” como espacio potencial de lo desconocido… (Algo así como “lo femenino” tal como lo entendía Hegel: “eterna ironía de la comunidad”...). Aquí no hay contenidos o atributos esencializados o ahistóricos que puedan definir de una vez por todas qué es “hombre” o “suspenso de masculinidad”, o qué es “mujer” o “línea de fuga femenina”…

No obstante, así como la generalización crítico-deconstructiva (en Derrida, por ejemplo) del concepto de “escritura” (subordinada) frente al habla (hegemónica) no implica una hipóstasis de la simple grafía como mera “excripción” o “escripción”, la generalización estratégica de las categorías o conceptos “mujer” y “feminidad” como términos subordinados en los paradigmas androcéntricos “hombre/mujer” y “masculino/femenino”, no implica, como bien lo señala Derrida, que “eso” que se denomina “mujer” o “femenino” corresponda a lo que dichos términos designan convencionalmente.

“Eso” alude allí a un “más allá de”, a una suerte de redescripción y desbordamiento del paradigma que participa de cierta “monstruosidad tipológica”, para la que Derrida y otros pensadores utilizan el término de origen platónico “khôra”, a entender como valoración de lo “interválico”, del “entre”, y de lo que yo denomino —en mi conceptualización de “lo femenino neutro” («Lo Femenino Neutro: Reflexiones Metapsicoanalíticas», 1995-2010), y como algo distinto a la “neutralidad homogeneizante” y pacificada—: “lo neutro diferencial en la tensión y el conflicto”, lo neutro como espacio potencial, transformativo y polimórfico...

El resultado de dicha complicatio (diferente al juego de “ánima” y “ánimus”, es decir, a la visión arquetípico-complementarista de Jung en lo referente a la sexualidad, perspectiva que implica un cierto esencialismo metafísico), sería una visión “coreográfico-transbinaria" de la sexuación, con todo lo que ella envuelve de ruptura posthumanista con las viejas concepciones que tienden a esencializar al “hombre” olvidando la plasticidad polimorfa del “Cuerpo sin Órganos” (Deleuze, Guattari) y su erotismo “ecosófico” no-humano (Guattari), cósmico y caósmico, es decir, la posibilidad de un erotismo relacionado con la emergencia o surgimiento de la llamada “persona posthumana” (como dicen pensadores que responden a los nombres de H. Tristram Engelhardt, Rosi Braidotti o Peter Sloterdijk).

En todo lo que digo, en ningún momento hablo de abandonar los proyectos de “emancipación” —afirmo cierta forma de concebir la emancipación, aunque parezca contradictoria para algunos—, sino de diversificarlos, pluralizarlos, matizarlos, complejizarlos. Para ello es necesario realizar numerosos aspectos societales olvidados o denegados, y desplegar muchas líneas de fuga todavía latentes en el incumplido “proyecto de la modernidad”…

No soy defensor a ultranza de lo postmoderno ni me considero ciegamente adscrito al postmodernismo, ni siquiera a ese tipo de “superación crítica” o de “más allá de” cierta episteme moderna que el pensador y ensayista venezolano Luis Britto García denominó, hace ya más de una década y con inflexiones muy pertinentes, “postmodernismo de resistencia”. Algunos viejos intelectuales cascarrabias, desactualizados y recalcitrantes —quienes todavía entienden muy poco del ya casi olvidado problema— podrían estar muy deseosos de utilizar como cargos en mi contra esas militancias “infundamentadas” que para ellos, en su horror vacui, son propias del nihilismo más decadente y de la “inconcebible” ruina ontológica de los nacionalismos decimonónicos...

Armando Almánzar-Botello

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6 de noviembre de 2015

Santo Domingo. República Dominicana

Copyright © Armando Almánzar Botello. Reservados todos los derechos de autor. Santo Domingo, República Dominicana.

jueves, 7 de noviembre de 2024

SOBRE LA GRAN COMPLEJIDAD DEL ESTILO EN LA ESCRITURA DE JACQUES LACAN, QUE FINALMENTE DEVIENE OBRA CLARA (Breve fragmento)

«Cuando se conocen el contexto y los ejes conceptuales de su discurso, la palabra y la escritura de Lacan se constituyen en lo que Jean-Claude Milner denomina: La obra claraArmando Almánzar-Botello 

     Por Armando Almánzar-Botello 

     «Y seguramente no es posible hablar del pensamiento de Lacan sin hacerlo sobre su prosa. Nosotros evadiremos aquí la cuestión. Diremos sencillamente que su estilo es difícil. Pero no es necesario leer mucho los textos de Lacan para darse cuenta de que él mismo no lo ignora, ya que por un lado otorga a su estilo carácter, si no pedagógico, al menos expresamente formativo, de sanción de una enseñanza y de un aprendizaje, mientras que por otro lado no deja jamás de indicarnos ciertas claves para sus dificultades y su comprensión. Solamente que esas claves son circulares: para entender a Lacan no solo es necesario un cierto contacto continuo con su estilo, convertir en hábito su lectura, sino leerlo simultáneamente desde la perspectiva de su propia teoría, la misma hacia la que conduce su estilo.» Oscar Masotta: Introducción a la lectura de Jacques Lacan 

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     La severa dislocación de la sintaxis en el discurso complejo del gran psicoanalista y pensador francés Jacques Lacan, apunta a la instauración de una suerte de simulacros coyunturales de los “procesos primarios” del Inconsciente que, regulados por una lógica paradójica, “paraconsistente”, cohabitan en el discurso del maestro con los enunciados que operan en base a la lógica identitaria clásica, representativa, aristotélica y predicativa, es decir, la lógica apofántica. 

     Con ello, Lacan ejemplificaba en el plano de la dicción, de la retórica y la polivalencia poética de su propio discurso, la indomable y “estereofónica” complejidad dinámica del aparato psíquico, libidinal-corporal, del que los propios textos de Lacan pretenden constituir una suerte de pèse-nerfs (“pesanervios”) artaudiano.

     Por ejemplo, en traducción al español, un breve fragmento de Radiophonie, 1970:

     «Antes de toda fecha, Menos-Uno designa el lugar dicho del Otro [Autre] por Lacan. Del Uno-en-menos, el lecho está hecho para la intrusión que avanza desde la extrusión; es el significante mismo. Así no todo es carne. Las únicas que improntan le signo que las negativiza, ascienden, de lo que cuerpo se separan, las nubes, aguas superiores, de su goce, cargadas de rayos a redistribuir cuerpo y carne.» Jacques Lacan. Radiophonie. Scilicet 2/3. Editions du Seuil. Paris, 1970. Traducción de Oscar Masotta y Orlando Gimeno-Grendi. Psicoanálisis. Radiofonía y Televisión. Editorial Anagrama, Barcelona, 1977. Página 19

     Dos ejemplos más, en francés y en español:

     «Ce mot se légitime de l’Ernout et Meillet: lino, litura, liturarius. Il m’est venu, pourtant, de ce jeu du mot dont il arrive qu’on fasse esprit: le contrepet revenant aux lèvres, le renversement à l’oreille.» Lituraterre, 1971 [«Esta palabra se legitima en el Ernout et Meillet: lino, litura, liturarius. Se me ocurrió, sin embargo, por ese juego de palabras que a veces empleamos para producir agudezas: el retruécano volviendo a los labios, el trastrueque al oído.» Lituratierra, 197] Traducción al español: Ricardo E. Rodríguez Ponte.

     «Ce dictionnaire (qu’on y aille) m’apporte auspice d’être fondé d’un départ que je prenais (partir, ici est répartir) de l’équivoque dont Joyce (James Joyce, dis-je) glisse d’a letter à a litter, d’une lettre (je traduis) à une ordureLituraterre, 1971 [«Este diccionario (vayan a él) me aporta auspicio por estar fundado en un punto de partida que yo tomaba (partir, aquí es replicar) del equívoco por el que Joyce (James Joyce, digo) desliza de a letter a litter, de una lettre (yo traduzco) a una basura.» Lituratierra, 197] Traducción al español: Ricardo E. Rodríguez Ponte.

     Jacques Lacan presenta un discurso denso, barroco, polivalente, asintáctico, en ciertas ocasiones muy oscuro y en abismo. Para pescar algo en ese decir hay que conocer en primer lugar los textos de Freud, a cuya obra, conceptos y experiencia remite Lacan constantemente aunque sea, casi siempre, en clave de relectura crítica.

     Las principales “conferencias” de Lacan se realizaban en el contexto de su Seminario y ofrecían siempre luces y sombras...

     Su tesis de grado para el doctorado en psiquiatría, De la psicosis paranoica en sus relaciones con la personalidad, no ofrece dificultades estilísticas, así como tampoco las ofrecen algunos artículos de sus Escritos...

     Jacques Lacan decía que su acto de escritura en los textos primerizos resultaba tan lineal y evidente, porque su estilo todavía no era “cristalino”. 

     Resulta indudable que utilizaba este último término en un sentido distinto a lo que connota esta palabra cuando se refiere a un decir meramente unívoco, fácilmente inteligible o sencillo. Aludía más bien a la complejidad proliferante de las estructuras cristalinas. Concepción muy próxima a la de un Gilles Deleuze cuando plantea, siguiendo a Worringer, un “régimen cristalino” a entender como esa dimensión semiótica vinculada al “Cuerpo sin Órganos” (CsO), con su funcionamiento por síntesis disyuntiva de órganos indeterminados, y opuesto a las estructuras orgánicas de los “cuerpos canónicos”, constituidos por órganos definidos, estables y determinados, que operan, a diferencia del cuerpo sin órganos, bajo el principio de funcionalidad homeostática y sometidos a la imagen figurativo-conjuntiva del espejo.

     Lacan es un pensador barroco muy conocedor de cierta tradición mística; él mismo lo decía con humor, explícitamente: 

     «Estas jaculaciones místicas [se refería a los escritos de Hadewijch de Amberes, San Juan de la Cruz, Santa Teresa de Jesús, Angelus Silesius y otros poetas místicos] no son ni palabrería ni verborrea; son, a fin de cuentas, lo mejor que hay para leer —nota a pie de página: añadir los escritos de Jacques Lacan, porque son del mismo registro.» Seminario XX, Aún.

     El pensador francés rendía honor también en su decir al concepto heideggeriano de lichtung (en alemán “claroscuro”, en francés mi-dire: “medio-decir”)...

     Lacan, además de psicoanalista y enseñante, era un pensador y un poeta. Pero había una razón para su oscuridad: el maestro intentaba plasmar en su decir la complejidad paraconsistente, polivalente, fronteriza, de los “procesos primarios del inconsciente” en su relación dinámica con la lógica clásica, apofántica, identitaria, que rige en el sistema preconsciente/consciente:

     «Serait-ce lettre morte que j’aie mis au titre d’un de ces morceaux que j’ai dit Écrits..., de la lettre l’instance, comme raison de l’inconscient?» Lituraterre, 1971 [«¿Sería letra muerta que yo haya puesto en el título de uno de esos fragmentos que llamé Escritos..., de la letra la instancia, como razón del inconsciente?» Lituratierra, 1971] Traducción al español: Ricardo E. Rodríguez Ponte.

     «N’est-ce pas désigner assez dans la lettre ce qui, à devoir insister, n’est pas là de plein droit si fort de raison que ça s’avance? La dire moyen-ne ou bien extrême, c’est montrer la bifidité où s’engage toute mesure, mais n’y atil rien dans le réel qui se passe de cette médiation? La frontière certes, à séparer deux territoires, en symbolise qu’ils sont mêmes pour qui la franchit, qu’ils ont commune mesure. C’est le principe de l’Umwelt, qui fait reflet de l’Innenwelt. Fâcheuse, cette biologie qui se donne déjà tout de principe: le fait de l’adaptation notamment; ne parlons pas de la sélection, elle franche idéologie à se bénir d’être naturelleLituraterre, 1971 [«¿No es esto designar bastante en la letra lo que, al deber insistir, no es ahí de pleno derecho tan fuerte de razón como se afirma? Decir la media o bien extrema, es mostrar la bifidez donde se compromete toda medida, ¿pero no hay nada en lo real que prescinda de esta mediación? La frontera ciertamente, al separar dos territorios, los simboliza como mismos para quien la franquea, que tienen común medida. Es el principio del Umwelt, que hace reflejo del Innenwelt. Fastidiosa, esta biología que se da ya todo por principio: el hecho de la adaptación especialmente; no hablemos de la selección, ésta franca ideología al alabarse por ser natural.» Lituratierra, 1971] Traducción al español: Ricardo E. Rodríguez Ponte.

     No obstante, cuando se conocen el contexto y los ejes conceptuales de su discurso, la palabra y la escritura de Lacan se constituyen en lo que Jean-Claude Milner denomina: La obra clara

     Esa obra lacaniana, además del rigor teórico sustentado en la práctica clínica, detenta o aspira a ofrecer una inventiva artístico-literaria cifrada en el bien-decir y en la creatividad est/ética y “lituraterrestre” de una poética de lo real.

Armando Almánzar-Botello 

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Febrero del 2001

Armando Almánzar-Botello: Fragmento de “Introducción a la lectura de Jacques Lacan”.

© Armando Almánzar-Botello. Santo Domingo, República Dominicana. Reservados todos los derechos de autor.

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POÉTICA DE LO REAL

     Por Armando Almánzar-Botello

     «Por la senda “lituraterrestre” de Jacques Lacan, Jacques-Alain Miller y Manuel Fernández Blanco (2002), entendemos como difícil la poesía que funciona en el ámbito del sentido. 

     »La dificultad semántica de un texto es un concepto que remite a la hermenéutica, al descubrimiento de capas de sentido inconscientes, implícitas en la estructura o configuración sígnica de una obra literaria entendida como obra de arte. 

     »La poesía oscura lo es porque se mueve en el espesor de los significantes y de los signos, en el orden de la palabra. 

     »Frente al sentido constituido como simple invención, se levanta el sinsentido como no-sentido, como creación y abocamiento a lo real a través de la función litoral de la escritura y la letra. 

     »La llamada “poética de lo real” se aproxima al agujero y a la falta en el Otro como sede tachada o barrada de los significantes-letras. Aquí, la única forma de dificultad, fuera de la exégesis metafísica tradicional, es una tensión orientada entre sentido y sinsentido, entre lo simbólico y una articulación semiótica que comporta la diseminación de los significados cerrados, intencionales y canónicos cediendo ante el puro ritmo. 

     »El poema, como acto, se “desabona del inconsciente simbólico” y abre el sentido estético al sinsentido de lo real. Así, la creación realiza un vaciamiento catastrófico de las significaciones canónicas y una ruptura con el automaton inconsciente para dar paso a una nueva forma de fallar el encuentro con lo real del vacío: tychê literal, litoral, cuyo resultado poético-escritural sorprende y transforma el posicionamiento y la estructura subjetiva del mismo sujeto creador. 

     »La obra de arte como algo diferente a la creación artística persigue sentido en el sinsentido. La creación como tychê disuelve el sentido en su avance dirigido hacia el no-sentido de lo real. La belleza surge aquí como epifenómeno.» 

Armando Almánzar-Botello

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Agosto del 2010

© Armando Almánzar-Botello. Santo Domingo, República Dominicana. Reservados todos los derechos de autor.

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USOS LITERARIOS Y ARTÍSTICOS DEL JUEGO DE PALABRAS

     «Jacques Lacan ha mostrado que James Joyce era un psicótico suplementado o compensado por una práctica singular de la escritura creativa, práctica que parte de una transformación artística del “síntoma autista” (symptôme), de la letra suelta y de la glosolalia meramente padecida, para convertir esos elementos en recursos formales, estilísticos y estéticos que hacen lazo social.» Armando Almánzar-Botello

     Por ARMANDO ALMÁNZAR-BOTELLO

     «In the beginning was the pun» Samuel Beckett

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     El juego de palabras, como sinthome lacaniano-joyceano, parte de un primer tiempo lógico del síntoma (symptôme) en el cual este se ofrece como síntoma autista. Se denomina “autista” por encarnar el puro goce de la letra sin lazo social, fuera de la convencional cadena significante que genera significados precisos, abstractos. El síntoma autista se encuentra ligado a la potencia disruptiva del neologismo.

     Cuando es trabajado sistemáticamente por cierta escritura, dicho síntoma autista (symptôme), como en el caso de James Joyce con su obra Finnegans Wake, puede llegar a constituirse en «sinthome» o suplencia del Nombre-del-Padre forcluido o repudiado. 

     Así, lo que podría presentarse como una psicosis desencadenada en un sujeto particular, se constituye en psicosis ordinaria “textualizada”, sinthomatizada o compensada. Esta función se desarrolla independientemente del “valor estético” de la obra en su especificidad semiótica: problema propio de los campos de la poética, la hermenéutica y la crítica literaria.

     Lacan, Miller y otros analistas, hablan de la construcción de un Ego escritural de suplencia. La base de esta posibilidad se encuentra en lo que Lacan denomina “lalangue”, a entender como dimensión real del inconsciente basada en un “lenguaje” primordial, originario, anterior al deslinde entre “lengua” y “habla”, y sometido a los procesos primarios de "condensación" y “desplazamiento”. 

     La “lalengua” se manifiesta en el sinsentido de la letra, en la pasión por el neologismo, en el juego homofónico de los significantes “brutos”.

     El inmenso Marcel Duchamp, bajo la influencia del genial escritor esquizo Raymond Roussel (Impresiones de África, Nuevas impresiones de África, Locus Solus, Cómo escribí algunos de mis libros, etcétera), logra en “El gran vidrio”, en sus “Proyectos”, en “Juegos de palabras”, etcétera, integrar semióticamente la “lalangue” francesa al proceso de construcción de una parte significativa de su revolucionaria y enigmática obra plástica, de su crucial y extraordinario arte mixto y conceptual. No obstante, el uso lúdico y artístico-creativo que hace Duchamp del juego de palabras y de la escritura cifrada no reviste, aparentemente —como sí acontece, quizá, en el caso de Roussel—, el carácter de suplencia lacaniana del nombre-del-padre.

     Julio Cortázar intentó escenificar, en el capítulo 68 de Rayuela, algo emparentado con la generalización del sinthome en el Joyce de Finnegans Wake con su lluvia sintomática de “letras” (Lacan), utilizadas como recurso que, repetimos, busca hacer ‘lazo social’ a través de la invención artística (J. Lacan) supliendo los desajustes creados en el aparato psíquico del sujeto por el no funcionamiento, Verwerfung (Freud) o forclusión de la Metáfora Paterna.

     Dicho trabajo sobre la dimensión material del significante permite crear un “narcisismo” funcional de suplencia entendido como efecto de la constitución “ortopédica” del “Yo (Moi) Especular” a través de un acto singular de escritura. Dicho narcisismo implica una regulación o acotación de lo Imaginario desencadenado. (Jacques Lacan: Seminario 23, Le Sinthome).

     Evidentemente, Cortázar (gran lector de Joyce) realizó su acto de escritura bajo influencia, en este punto concreto, de James Joyce y de Lewis Carrol, de François Rabelais, de Antonin Artaud y de los poetas dadaístas y surrealistas, del César Vallejo de Trilce y del Oliverio Girondo de En la masmédula...

     Samuel Beckett, en su poema “Comment dire” (“What is the word”, en inglés; “Cómo decir”, en español), participa de un uso trágico-humorístico y desgarrado del lenguaje, uso que si bien no reviste por necesidad el carácter de suplencia de una forclusión del nombre-del-padre, de sinthome lacaniano estabilizador, no por ello deja de ofrecer el testimonio de una forma de lidiar con el “vaciamiento catastrófico de la significación”, con la experiencia trágica de un precipicio ontológico que, al ser bordeado por la “escritura cuasiglosolálica de la locura”, constituye y revela lo infundamentado de todo intento radical de aproximarse, por medio de la letra litoral en su materialidad fónica, a-semántica o a-significante, a la decadencia y a la vejez como antesala del abismo, al sinsentido de la muerte, a la ausencia de sentido de lo real imposible… al sentido balbuceante, siempre frágil y provisorio, de lo real contingente...

     Es pertinente recordar y señalar que los juegos de palabras sostenidos como juegos de étimos, neologismos y homofonías glosolálicas, aparecen ya en el Crátilo de Platón, por limitarnos aquí a la cultura occidental...

     Esos juegos con un “sinsentido” previo al no-sentido, fueron denominados “jitanjáforas” por el cubano Mariano Brull y por el mexicano Alfonso Reyes, aunque también fueron utilizados, como hemos dicho, por el poeta Oliverio Girondo, a quien Cortázar, en Rayuela, rinde justamente homenaje. En la poesía de la República Dominicana la jitanjáfora fue utilizada desde finales de los años 20 por el poeta vedrinista Zacarías Espinal.

     No obstante, es necesario aclarar que la exploración cortazariana (incluso la misma experiencia carrolliana del significante, que participa más bien de una dimensión psicoanalítico-perversa propia de los lenguajes de superficie, como argumentan Artaud y Deleuze), es de naturaleza meramente lúdico-creativa y no cumple un papel de compensación o suplencia sinthomática, en el radical sentido lacaniano-milleriano de estos términos.

     La invención del “glíglico”, “lengua” ficticia caracterizada por el ejercicio de una cierta potencia del neologismo, por la polifonía o polivalencia semántica, tal como aparece en la mencionada novela de Cortázar, es más bien, lo reiteramos, un ejercicio retórico-estilístico con la materialidad de los significantes. También lo es en Joyce, pero en este funciona con un “plus” realmente dramático y crucial.

     En este contexto, los ludismos escriturales de Duchamp, de Cortázar, de Carrol, del dominicano Espinal, etcétera, no constituyen, como en Joyce, en Artaud o en Beckett, una forzada invención (sinthome: cuarto nudo) para lograr el “abrochamiento borromeo” de lo Real, lo Imaginario y lo Simbólico, y permitir así al sujeto sostenerse mínimamente cuerdo sobre la escena problemática del mundo. 

     Jacques Lacan ha mostrado que James Joyce era un psicótico suplementado o compensado por una práctica singular de la escritura creativa, práctica que parte de una transformación artística del “síntoma autista” (symptôme), de la letra suelta y de la glosolalia meramente padecida, para convertir esos elementos en recursos formales, estilísticos y estéticos que hacen lazo social...

     El irlandés James Joyce, autor del Finnegans Wake —obra que junto con el Ulysses constituye uno de los textos narrativos más importantes del pasado siglo XX—, realiza, en esa exploración del lenguaje que es de modo radical dicho genotexto, entendido como “infinitud potencial” (el Finnegans Wake), un sondeo del “sinsentido” y de la polivalencia lingüística, aspectos estudiados, entre muchos otros, por Jacques Lacan en su seminario sobre Joyce: El sinthome, seminario 23, y por Umberto Eco en su libro Las poéticas de Joyce. El gran escritor irlandés despliega sus juegos de palabras, condensaciones y desplazamientos glosolálicos, hasta vertebrar un libro de centenares de páginas ardidas por el juego y el fuego del significante-letra (Lacan), algo emparentado con la tradición del “nonsense” británico, con figuras como Laurence Sterne (Tristram Shandy) y Lewis Carroll a la cabeza.

     Mundo-guión a subvertir de intratable obscenidad en lo real, con letras la escritura golpeando al traslapar, bordea el hueco hurtado con semblante-litoral... ¡Desmancha lo manchado y luego marcha!

     ¡Des-marcha!... ¿revolución?...

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Febrero 2002 (Texto retocado). ©Armando Almánzar-Botello. Todos los derechos reservados. Santo Domingo República Dominicana.

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Otros blogs en los que figura un texto relacionado:

Blog Cazador de Agua, y también:

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JAMES JOYCE: SÍNTOMA Y SINTHOME

     «Digo que hay que suponer tetrádico lo que hace al lazo borromeo —que perversión sólo quiere decir versión hacia el padre— que, en suma, el padre es un síntoma, o un sinthome, como ustedes quieran. Plantear el lazo enigmático de lo imaginario, lo simbólico y lo real implica o supone la ex-sistencia del síntoma.» Jacques Lacan: Seminario 23. El Sinthome. Paidós, 2006, página 20.

     «Uno solo es responsable en la medida de su saber hacer. ¿Qué es el saber hacer? Es el arte, el artificio, lo que da al arte del que se es capaz un valor notable, porque no hay Otro del Otro que lleve a cabo el Juicio Final. [...]» Jacques Lacan: “Joyce y el enigma del zorro (iv)”, en Seminario 23, El Sinthome (sobre James Joyce). Paidós, 2006, página 59.

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     Por Armando Almánzar-Botello 

     Aun en las Psicosis, el Otro del lenguaje entendido como “sede del código y tesoro de los significantes”, o como simple “lalangue” o sinsentido (el inconsciente real, no el inconsciente simbólico), se revela originalmente en su inconsistencia: le falta el significante del cierre, de la completitud que vendría a detener la dimensión procesual de la cadena significante o la polifonía ilimitada, radical, autista, de la letra gozada, tal como la concibe Jacques Lacan en el caso de James Joyce, por ejemplo: (S1…S1…S1…).

     La letra, como pura materialidad “bi-locada” del significante, no hace cadena significante propiamente dicha (S1–S2), sino mera “lluvia” de Significantes Amos (S1…).

     En este último contexto, el sujeto “parapsicótico” encuentra su coartada al identificarse con “eso” que le permitiría completar de modo imaginario el hueco del Otro primordial. El resultado final de dicha estratagema podría ser la llamada “emancipación alucinatoria”: el sujeto capturado por lo imaginario pre-especular (esquizofrenias) o especular (paranoia), se constituye en testimonio viviente del goce absoluto y la omnipotencia del Otro, con los resultados catastróficos ya conocidos por la clínica de las psicosis.

     El sujeto normal o normativizado en un discurso que hace lazo social (el sujeto neurótico-perverso con cierta funcionalidad o identidad civil), es aquel para quien ha funcionado el Nombre-del-Padre, entendido como Metáfora Paterna que permite el acceso al segundo tiempo lógico de la Represión Originaria (Urverdrängung), generador del deslinde tópico entre inconsciente-preconsciente-consciente. Por eso el primer Lacan escribe: “La castración quiere decir que es preciso que el goce sea rechazado para que pueda ser alcanzado en la escala invertida de la Ley del deseo”.

     En las neurosis la castración se reprime (Verdrängung), en las perversiones la castración se reniega o desmiente (Verleugnung), y en las psicosis desencadenadas, es decir, en las psicosis no sinthomatizadas (no compensadas o no suplementadas), la castración como falta, inconsistencia o incompletitud en el Otro, se forcluye o repudia (Verwerfung).

     La locura es constituyente (forclusión generalizada); la psicosis es algo constituido (psicosis desencadenada por forclusión del Nombre-del-Padre).

     Las psicosis sinthomatizadas, ordinarias (Miller), enmascaradas, suplementadas o compensadas, son estructuralmente psicosis, pero sin las manifestaciones clínicas “espectaculares” que caracterizan a las psicosis clásicas conocidas como “Paranoia” y “Esquizofrenia”: trastornos del lenguaje, dislocaciones imaginarias o no constitución plena del esquema corporal y del cuerpo propio debido a problemas padecidos en la llamada Fase del Espejo, “empuje a la mujer”, alucinaciones, delirios, etcétera.

     Las estructuras nosográficas en cuestión (neurosis, perversiones, psicosis desencadenadas… y “psicosis ordinarias” o suplementadas por un “sinthome”: Lacan, Jacques-Alain Miller) no son la misma cosa, aunque puedan eventualmente confundirse o solaparse.

     De ahí la gran importancia del diagnóstico diferencial en las psicosis, pues de su valor y pertinencia dependerá la estrategia terapéutica, “la dirección de la cura” a seguir.

Armando Almánzar-Botello 

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Agosto del 2007

© Armando Almánzar-Botello. Santo Domingo, República Dominicana

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS BÁSICAS:

   —Jacques Lacan. Seminario 3. Las Psicosis. Paidós, 1986.

   —Jacques Lacan. Seminario 23. El Sinthome. Paidós, 2006

   —Jacques-Alain Miller. Los signos del goce. Paidós, 1998.

   —Jacques-Alain Miller y otros. La psicosis ordinaria. Paidós, 2003.

© Armando Almánzar-Botello. Santo Domingo, República Dominicana. Reservados todos los derechos de autor.

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JAMES JOYCE Y LA SUPLENCIA DEL SINTHOME (Fragmento)

     Por Armando Almánzar-Botello

     «[...] A propósito de la singular escritura de James Joyce —patente de un modo paradigmático en obras como Ulises y Finnegans Wake—, Jacques Lacan habla, en su Seminario XXIII El sinthome (Paidós, Buenos Aires 2008, página 21) de un cuarto nudo que viene a enlazar los redondeles R (Real), I (Imaginario) y S (Simbólico), los cuales, en el aparato psíquico de Joyce constituyen un falso nudo borromeo en el que lo Imaginario (el sentido y la imagen corporal) está suelto como efecto de una forclusión psicotizante del nombre del-padre. 

     »Con el expediente inventivo del “sinthome de su escritura artística”, el cual, de modo transmutante, ahonda en el original síntoma autista joyceano que consistía en gozar de la “letra como lluvia” y del “sinsentido” de la “lalangue” en el inconsciente real de los significantes amos sueltos, Joyce elabora y constituye una suplencia del nombre-del-padre, un enlazamiento cuaternario denominado por Lacan “sinthome borromeo”, síntoma “normalizador” o síntoma vinculante que le permitió al gran escritor irlandés hacer lazo social y evitar la locura [...]» Armando Almánzar-Botello (“Lacan y Joyce le sinthome”. Fragmento)

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Sábado, 2 de marzo de 2013

© Armando Almánzar-Botello. Santo Domingo, República Dominicana

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AULLIDOS (Diferencias de lo Mismo)

     Por Armando Almánzar-Botello

     «Mirror on mirror mirrored is all the show» William Butler Yeats

     «La técnica es la naturaleza misma, pues el animal técnico es una especie natural.» Jean-Luc Nancy 

     «Poppet! Puppet! Papanatas... Pap! Pappy!, papagalleó la infanta, poniéndose colorada. Pup! Pop! Poppy!, y se toqueteó coqueta la amapola. Poppycock! Y me sedujo por la labia...» Julián Ríos

     «In the beginning was the pun» Samuel Beckett

     A Gilles Deleuze; al poeta vedrinista dominicano Zacarías Espinal, in memoriam

     A James Joyce, in memoriam

     A Julián Ríos

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     Y fue la incertidumbre ancla rota del beduino. Y fe la certidumbre alta nota del babuino. ¡Creo en Darwin! ¡Creo en Dios!

     Inflamaba engreimiento su ventrículo cardíaco, arribista-sapo-en-viaje paradójico. En las tetas jugosas de Tiresias nutría ese (i)letrado la impostura: azogaba su escritura con los ecos de su espejo : : que asmático y quiasmático hurtaba los reflejos deslumbrantes de otro espejo. ¿Textual Puesta en Abismo? ¿Mitología o Ciencia?

     —¡Así no más! ¡Así no más! ¡Así no más! 

     Los aullidos se extendieron. Hasta narrar un solo cuerpo desolado se extendieron... [Armando Almánzar-Botello, dixit, 1975]

     (Por boca de aquel Sócrates caído, chupando con lujuria el cálamo sangriento, el andrógino Platón rememorando ahora escribe):

     Y me habló aquella placa especular ya frutecida: —imagen radiográfica de un texto, osamenta fraudulenta y sombra informe de fonemas— asustando con mil voces la inocencia soñolienta de los pájaros...

     —¡Así no más! ¡Así no más! ¡Así no más!

     Ha perdido para siempre lo eterno de su aliento: ha borrado el paraíso de su alma polimática, por ilícito y voluble. Sin pensarlo ha convertido el gran poema de los cuerpos que devienen singulares animales siderales, polimorfos, metamorfos, el poema de la carne que palpita en el púlpito secreto de los pulpos, en aviesa mercancía consagrada por la gula de otro ego irregular, ciego adicto de sí mismo, gatuno, mercurial, mentidamente plural como este punto absorto que no cesa (•) delicuescente, banal, mudo, invertebrado...

     «Cuidate» ahora tú demonio casi derruido –babilónico ídolo de tierra y excremento–, de la Furia originaria en la febril Tormenta, más lúcida y antigua que un calcado y torpe rito en ritmo invicto.

     Potencia ignota azotará la vieja página del mundo, repitiendo turbulenta en la memoria y el olvido: ¡eso incierto que ahora vuelve a desflorar presencias núbiles!

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Junio de 1976-1988 (Texto retocado)

     Ver el libro de Armando Almánzar-Botello titulado: Francis Bacon, vuelve. Slaughterhouse’s crucifixion, Editora Ángeles de Fierro, San Francisco de Macorís, 2007, pág 36. República Dominicana.

© Armando Almánzar-Botello. Santo Domingo República Dominicana. Reservados todos los derechos de autor.

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JOYCE Y EL ENIGMA DEL ZORRO (IV)

«Uno solo es responsable en la medida de su saber hacer. ¿Qué es el saber hacer? Es el arte, el artificio, lo que da al arte del que se es capaz un valor notable, porque no hay Otro del Otro que lleve a cabo el Juicio Final. [...]» Jacques Lacan. Seminario 23. “El Sinthome” (sobre James Joyce). Paidós, 2006, página 59.

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Adenda:

ESCRITURA LITORAL, FRONTERIZA...

     «Escritura no es tan solo mera escripción, ex-cripción o grafía... Entendemos por “letra”, en la vía abierta por Lacan, la materialidad pura del significante como semblante roto, cuando deja de aparecer en el registro de lo simbólico y se manifiesta en lo real imposible lacaniano, en la caída del decir analítico donde la palabra se revela por lo que oculta: vacío, goce y acontecimiento en los cuerpos; escritura litoral, dislocada, bilocada, entre la deflación del sentido y la pulsión vislumbrada en su dimensión real de sinsentido fáctico. Escritura y letra: testimonios paradójicos, fronterizos (Eugenio Trías, Jorge Alemán, Sergio Larriera) del encuentro del sujeto con lo Real imposible, en la errancia problemática del Ser...» Armando Almánzar-Botello


Copyright © Armando Almánzar-Botello. Santo Domingo, República Dominicana. Reservados todos los derechos de autor.