«¡Soy la Madriguera feroz que ahora escribe su misterio! // Descuartizo los cuerpos animales que me habitan. / Escupo con furia su banal tragedia, la insondable / osamenta del desastre... // Mas no tienes nada que temer, sabandija del exilio. / Sólo cuídate de mi ternura. // ¡Soy la boca de Cristo ensangrentada en su Justicia!» (Fragmento). Armando Almánzar-Botello. "La Guarida.Texto Rizomático"
Por Armando Almánzar-Botello
En su genial relato “Der Bau”, traducido diversamente como “La Madriguera”, “La Construcción”, “La Guarida”… Franz Kafka narra y describe, desde el punto de vista de un extraordinario, pertinaz y reflexivo animal (probablemente un lúcido topo), la construcción, realizada por dicha criatura, de una singular morada-refugio sometida en todo el transcurso de la referida historia a un riguroso y detallado análisis, cuasi hermenéutico-textual, de sus posibilidades de alojamiento, estratificación, salvaguardia y fuga.
El complejo lugar, descrito por la misma inquietante y familiar bestezuela, es un laberinto crucial y defensivo, una territorialidad subterránea y lúdica, un “rizoma” protector con sus múltiples posibilidades, galerías, pasadizos y espacios... ¿Metáfora sorprendente de la edificación de una obra literaria o creativa entendida como albergue provisorio contra las embestidas de la muerte, la contingencia y el olvido, factores cuya procedencia los humanos atribuyen, casi siempre, a una supuesta exterioridad amenazadora?... Work in Progress and Crack-Up…
En el poema de mi autoría “La Guarida. Texto rizomático”, homenaje modesto a la obra de Kafka, la perspectiva de lo insólito varía un poco y se incluye también el punto de vista de la madriguera misma...
Ese recurso, utilizado desde el principio del texto, crea una falsa intimidad entre el lector y la voz poética fragmentada, voz en efecto plural, ambivalente, a ratos un tanto siniestra, polifónica, o por lo menos bifronte...
El texto poético pretende funcionar como máquina textual de enmascaramiento y desenmascaramiento estético-pulsional, como escenificación rizomática, dramático-política, erógeno-laberíntica. Cartografía de fuerzas, constructos y verdades ligadas a diferentes puntos de vista de apreciación sobre el cuerpo, la extranjería, el sí-mismo y el otro, el adentro y el Afuera, lo sagrado y lo profano, lo arcaico y lo presente, la memoria y el olvido, el misterio, el mal y lo abyecto, la palabra con su ruido y su silencio, lo indígena y lo alienígena, el lugar y el no-lugar, la sexualidad y el género, la ley, el devenir-animal, "la vida la muerte" (J. Derrida), el trabajo creativo y el contrato (in)humano de convivencia en el seno de un socius transhistórico-mutante.
“La Guarida”: Juego diferencial entre “pliegue-despliegue y repliegue” (M. Foucault, G. Deleuze), “territorialidad-desterritorialización y reterritorialización” (Deleuze-Guattari).
El texto en cuestión pretende ser una meditación poética, en lúcida y dosificada embriaguez, sobre las fronteras existentes entre aquello nombrado y conocido como “local”, y la inconmensurable magnitud de la “comarca”: Micro-topología textual de mediación entre lo “cerrado” y lo “abierto”, entre “mundo” y abismo de la “tierra”. (M. Heidegger).
El breve poema pretende constituir, entre otras cosas, una reflexión artística sobre la dualidad del biopoder, sobre la hipocresía de una dúplice política de los límites, de una estrategia imperial (neo-colonialista, si se quiere) y de un cierto pseudo-cristianismo falsamente humanitario, que finalmente reclama sus víctimas…
Los poderosos que simulan bondad y solidaridad, aquellos que aparentan dar albergue y protección a los desamparados —a los pobres entendidos por los Amos Plutócratas tan sólo como “biomasa” aprovechable, como mera vida desnuda susceptible de explotación—, hablan cínicamente de "derechos humanos" y de respeto a la vida, pero amenazan con su ambición monstruosa la ecología del planeta, abandonan en lo esencial a las poblaciones que sufren, a los inmigrantes y/o extranjeros, y desconocen la terrible verdad del otro desgarrado y sufriente...
"La Guarida" es un sencillo poema sobre el misterio abismal de la vida vulnerable, dañada (T. Adorno) y los orígenes problemáticos del ser. Onto-biografía discreta de aquellos hombres anónimos que padecen el exilio, la explotación, la violencia, principalmente en el seno de las Grandes Metrópolis, y, en ciertos casos paradójicos no poco frecuentes, en su "propio" o supuesto país de origen.
El poema dibuja una aproximación escritural a los denominados seres "extraterritoriales": aquellos desposeídos del terruño, de su lengua, de su fuerza de trabajo, de su cuerpo gozante...
La escritura de "La Guarida" encarna un precario y perseverante intento de indagar en lo humano vulnerable y abisal, en esa (in)humanidad constituyente del prójimo en su calidad enigmática de Cosa (Das Ding), de “sujeto fronterizo en éxodo y exilio” (E. Trías). Dicha meta se pretende alcanzar a través de cierta potencia de revelación propia de mi particular decir estético, de una imaginación poética sobria transida por la humildad, el horror y el asombro…
"La Guarida. Texto rizomático”: Intento de sondear el secreto primordial y sin fondo que constituye el acto de “escritura caósmica y oblicua”, en su sentido más fuerte…
Dice el poema en la incandescencia de sus versos finales, como terrible verdad revelada:
«¡Soy la Madriguera feroz que ahora escribe su misterio! // Descuartizo los cuerpos animales que me habitan. / Escupo con furia su banal tragedia, la insondable / osamenta del desastre... // Mas no tienes nada que temer, sabandija del exilio. / Sólo cuídate de mi ternura. // ¡Soy la boca de Cristo ensangrentada en su Justicia!...»
Diciembre de 2013
© Armando Almánzar-Botello. Santo Domingo, República Dominicana.
Una versión en francés del poema "La Guarida, Texto Rizomático":
.........................................................................................................
LO OBSCENO Y LO “ABYECTO SUBLIMADO”. (Fragmento).
Por Armando Almánzar-Botello
«...Existe lo que algunos pensadores lacanianos o no (González Requena, Ortiz de Zárate, Alenka Zupancik, Javier Aramburu, J. F. Lyotard, Slavoj Žižek …) han concebido como una “dialéctica esquizoide” entre la “metáfora delirante” de la imagen publicitaria, en su carácter de “mascarada del goce” (González Requena), de representación narcisista obturadora de la carencia, por un lado, y el denominado “flash obsceno de lo siniestro”, por el otro, entendido como simple retorno en bruto de lo reprimido.
Los regímenes de la pornografía dura, el llamado “casting del horror”, los “banales realismos tremendistas” (reality-show), todo “espectacularizado”, neutralizado por un insulso exceso de presencia, forman parte de lo que Jean Baudrillard denomina “lo obsceno”.
Lo que diferencia este tipo de aproximación a lo Real de aquella que realiza el arte auténtico y el pensamiento crítico a través de sus recursos semióticos polivalentes, estriba en que, bajo el reino espectacular de lo obsceno, la Cosa (Das Ding), el otro y lo Real están sometidos a una voluntad perversa de goce y, finalmente —de un modo indirecto, enmascarado—, a una sobre-exposición de lo “dado” bajo el control tecnológico del cálculo y la eficacia.
Es verificable la existencia de una actuación histérica o esquizoide del deseo, la cual, más que un “acting out” —y me atrevo aquí a retocar a Baudrillard— es también un “passage a l'acte” patológico. Dicha actuación o efectuación del deseo, se orienta simplemente al control de la “deriva” por parte del sujeto, al intento de someter lo Real indomeñable de la Cosa (Das Ding), reduciéndolo a eso trivialmente obsceno, a lo que simula estar “más allá del principio del placer”. De hecho, esta "obscenidad", en su excesiva presencia "viscosa", pertenece más a los regímenes semánticos de la náusea y del tedio homeostáticos que a la dimensión “perlaborada” de lo “abyecto sublimado, pero sin consagración", tal como lo conciben Lyotard y Kristeva.
Lo obsceno, como "proximidad" excesiva, constituye, a pesar de todas las “mascaradas y disfraces que implica su desnudez”, un mero intento voluntarista y banal de programación y domesticación del Deseo, una suerte de borradura espectacular de lo Real amenazante, imprevisto, en el intento de controlarlo, presentándolo de forma pueril y garrafal.
Parafraseando a Alenka Zupancik yo ahora diría: La obscena “presentificación” de lo real equivale a una huida de lo Real, a su efectiva evitación temerosa. Como nos recuerda Aramburu, coincidiendo aquí con Baudrillard y siguiendo la estela de Freud, de Lacan y Debord: la presentación desmesurada y obscena de lo real, está, de hecho, al servicio de la desmovilización política, al servicio del dormir.
Y contra una cierta lectura unilateral de Baudrillard lo afirmamos: el obsceno exceso de proximidad a un "real" programado, controlado, "puesto en pantalla", domesticado bajo su aparente carácter salvaje, sobre-expuesto en clave hiperrealista, efectivamente hipnotiza, adormece, histeriza: también es parte de la estrategia de la "transparencia" manipuladora, también es parte de la sociedad del espectáculo reformulada.
La obscenidad, como grado cero de la metáfora, es una de las formas de control propias del biopoder espectacular por simetría inversa: "realización pseudo-soberana" o sobre-mostración regulada por atractores extraños, ocultos. Mientras más "verdad" aparenta mostrar, más la disimula o esconde. Para el sistema, el deseo de transparencia total es otra máscara perversa, un nuevo tipo de disfraz que pretende ser percibido como el "rostro final y verdadero".
Lo reiteramos: el espectáculo no sólo nos aleja de lo real; también simula acercarnos a éste por un exceso de realidad insulsa y tutelada. La mostración obscena de "lo real" trivializado, en tanto que simulación de verdad, es una parte más del espectáculo.
El concepto de lo real en Baudrillard es muy distinto a la categoría de lo Real en Lacan. Aquello que Baudrillard denomina "real", cuyo acercamiento excesivo, reiterativo, banal, produce la náusea que corresponde a lo obsceno, sigue aprisionado dentro de la realidad espectacular, programada, previsible, insulsa... No es un real imprevisible, inesperado: no es un auténtico Acontecimiento. Es tan sólo el fino granulado de lo trivial que empalaga.
Ese real nauseabundo y obsceno al que se refiere Baudrillard está comandado por la fantasía y la simulación de que todo se puede ver y de que todo puede ser dicho y manipulado, instrumental y telemediáticamente...
Lo Real lacaniano, por el contrario, es lo "Imposible", y éste sólo se puede contornear como abismo, como vacío potencial; sólo se puede medio-decir o insinuar a retazos en una cópula disyuntiva y paradójica ...
La "seducción" baudrillardiana es un recurso muy diferente a la chata "obscenidad" que resulta del avance brusco hacia un "real" aprehendido y asordinado en su conjunto, en apariencia desnudo y disponible para la subjetividad, pero de hecho trivializado por el pseudo-exceso de una "captura" programada, burda y serializada, que niega los protocolos de "acercamiento" constituidos por el uso de la metáfora y la "poética de las aproximaciones", con sus múltiples trayectorias oblicuas. De la seducción, como dispositivo que persigue la consecución de una "adecuada distancia" con respecto a lo real, se podría decir lo mismo que Deleuze destaca en su categoría de "agenciamiento": No comporta un gélido alejamiento entre los opuestos, pero tampoco una proximidad fusional que los confundiría (lo obsceno). Ni desmedida lejanía ni tampoco identificación. El agenciamiento (o la seducción) constituye más bien el descubrir, producir y operar en la dimensión generativa del "entre", en el plano atópico, "éxtimo", como dice Lacan, en el que se comunican lo interior y lo exterior, en el que un espacio potencial se constituye —para un "Se" (im)personal, pre-individual—, en "hacer con", en "producir con", en "escribir con", en "devenir con"...
Aquí estaría la diferencia básica entre las fotografías de un Andrés Serrano, por ejemplo, y la pintura de Francis Bacon... O entre la presencia epifánica de la "mierda" en la obra de Artaud, y la presencia excesivamente banal y nauseabunda de las "flores" en la mala poesía lírica del remilgo y el sonsonete...» (Fragmento). Armando Almánzar-Botello. "Lo obsceno y lo abyecto sublimado".
Feberero de 2011
© Armando Almánzar-Botello.. Santo Domingo. República Dominicana.
............................................................................................................................
VIOLENCIA, ORDEN, TRANSFORMACIÓN. (Fragmento).
Francis Bacon. "Sangre en el piso", 1986.
Por Armando Almánzar-Botello
«...Jacques Derrida habla de una "tipología de las violencias", según las diversas "regiones del discurso y las múltiples regiones de la experiencia" (Conversaciones con Gianni Vattimo).
Derrida establece una diferencia entre "violencia" y "brutalidad". Considera que la "Zucht und Zuchtung" (disciplina y castigo como "Paideia"), es irreductible.
Piensa que tratar de eliminar la violencia de modo radical, absoluto, es atentar contra la cultura y el orden simbólico humano en cuya constitución interviene, necesariamente, cierta forma de violencia real, sublimada o simbólica.
Blanchot hablaba, en este sentido, de una "economía de la violencia", diferente de la mera "brutalidad" aludida por Derrida y distinta de la violencia como "máquina de guerra no mutante", simplemente destructiva, pura línea fría de abolición y muerte, tal como la piensan Deleuze-Guattari.
Henri Meschonnic pensaba al sujeto, siguiendo en esto a Freud, a Lacan y a Émile Benveniste, como múltiple, contradictorio, plural... Es la idea de "Conflicto" lo que se intenta salvar con la finalidad de evitar la falsa homogeneidad "boba" de lo inmóvil absolutizado, con sus amañadas asignaciones de beneficios, falsos prestigios y poderes...
Hoy, la vertiente "filantrópica" del capitalismo neoliberal se complementa con agresiones evidentes a la multiplicidad de lo humano y con solapadas violencias estructurales cuyos efectos finales son de naturaleza brutal, realmente monstruosa: Inversión, a escala planetaria, del Principio Sacrificial estudiado por la antropología (Kenneth Burke, Michel Serres). Es decir: Despiadado sacrificio de la mayoría de los habitantes de la Tierra para favorecer a una minoría de privilegiados.
Esos no son, precisamente, los efectos del "tipo de violencia" que podrían encarnar los pensamientos críticos de un Benjamin o un Žižek.
Cuando Artaud hablaba de la Crueldad, no se refería, necesariamente, como pensaron muchos teatristas y políticos, al simple reino de la sangre y la destrucción, sino al ejercicio doloroso de una conciencia aplicada y tensa que, manteniendo en suspenso provisorio el desencadenamiento del accionar práctico sobre el mundo, percibe los límites y conflictos que implica necesariamente su condición de conciencia encarnada en el seno de una concreta multiplicidad, contradictoria y abierta.
El anhelo de expulsar totalmente la violencia del territorio de los ordenamientos y procesos humanos; el deseo totalitario de fundar el reino absoluto de la paz libre de todo conflicto; el proyecto de establecer la armonía universal carente de contradicciones, constituye el principio de la peor violencia: la guerra preventiva contra el sujeto, por definición contradictorio y conflictivo, la lucha sinuosa y perversa contra la complejidad indomeñable de lo in(humano), contra el planeta y las poblaciones en su diversidad irreductible y problemática.
Esta violencia preventiva opera, explícita o implícitamente, para garantizar la permanencia de un Orden injusto, el imperio de lo totalmente transparente y previsible. El banal e hipócrita integrismo pacifista termina siendo muchas veces el complemento perfecto de la Guerra Genocida que desata el Biopoder contra la inconmensurabilidad de lo múltiple...» (Fragmento). 2010. Armando Almánzar-Botello. “Violencia, Orden, Transformación”.
Santo Domingo, República Dominicana.
Copyright © Armando Almánzar Botello. Reservados todos los derechos de autor. Santo Domingo, República Dominicana.
....................................................................................................................................
OTROS BLOGS DE ARMANDO ALMÁNZAR-BOTELLO:
ARMANDO ALMÁNZAR-BOTELLO ES MIEMBRO DE LA "RED MUNDIAL DE ESCRITORES EN ESPAÑOL, REMES:
Copyright © Armando Almánzar Botello. Reservados todos los derechos de autor. Santo Domingo, República Dominicana.