«Es la fluida figura-de luz o línea genética de luz no revelada la que impone sus condiciones a la figura rígida de la forma geométrica.» Henri Bergson
«Claman por ti, / los falsos altares por el miedo levantados» Armando Almánzar-Botello
«La luz es imagen movimiento-madre. Ella es anterior a las imágenes-acción, a las imágenes-percepción y a las imágenes-afección. La luz es plano de inmanencia matérica indeterminada, acéntrica, chapoteo caósmico de imágenes-movimiento donde existe una cierta identidad entre la forma y el vacío.» Gilles Deleuze
«Gilles Deleuze, pensando fuera de todo psicologismo y reapropiándose del enfoque filosófico de Henri Bergson (contra las concepciones fenomenológicas de la conciencia, en particular la que ofrece Jean-Paul Sartre en su obra La imaginación), considera que el nivel primario de conciencia inmanente prerreflexiva, conciencia de derecho, está constituido simplemente por la emisión de luz, por la pura luminosidad cósmica. El pensador francés autor de Spinoza, Diferencia y Repetición, El Anti-Edipo, Mil Mesetas, La imagen-movimiento, La imagen-tiempo... no define a la singular conciencia humana —al modo de la metáfora fenomenológica habitual, metafísica por óptica y haptotrópica—, como fuente emisora de luz que alumbra, toca y descubre la verdad presente del objeto (Alêtheia). La concibe más bien como “caja negra”, “placa” o “cámara obscura” en la que, al incidir los rayos luminosos procedentes del Afuera genético-caósmico, se produce la “conciencia humana de hecho”, que existe con posterioridad a lo que Deleuze considera como conciencia caósmica luminosa, inmanente, prerreflexiva e impersonal. Parcialmente inspirado por cierto pensamiento de Bergson y luego por la filosofía de Gilles Deleuze, a ese nivel de conciencia cósmica yo lo denominé, en mi poema “Oda a la luz” de 1977 (texto conscientemente retocado bajo influencia de Deleuze en 1985): “Latido desatado antes del ojo y la palabra, imagen para nadie, foto primordial revelada en la conciencia”. Existe, pues, una conciencia luminosa de derecho anterior a la conciencia de hecho. Las imágenes luminosas procedentes del “Afuera caósmico” se revelan en la “placa oscura” de la conciencia humana, con sus diferentes grados de complejidad inmanente...» Armando Almánzar-Botello
Por Armando Almánzar-Botello
«De toda esta demencia la luz es la culpable.» Franklin Mieses Burgos
«¡No, poeta, no! ¡Deje usted en paz a Rilke y a Novalis, de toda esta demencia la ignorancia presumida es la culpable!» Armando Almánzar-Botello
A la memoria del gran poeta y amigo dominicano Franklin Mieses Burgos
A Gilles Deleuze y a Jacques Derrida, in memoriam
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Esta es la luz,
cósmica y salvaje,
latido desatado antes del ojo
y la palabra,
imagen para nadie,
foto primordial sin ser del existente,
revelada en la conciencia oscura que se mira
temblando inabordable su verdad en puro asombro.
Esta es la luz
acuática y desnuda,
remota en su inminencia como el pulso
impasible de la huella,
figura prominente de los bosques,
amiga íntima muy luego de los pájaros...
Señora danzarina y amarilla de origen
oriental ensimismado:
¡cópula de fotones te nombro!
Piadosa, compasiva luz vibrante,
claman por ti los falsos altares
por el miedo levantados,
la densa tiniebla de los códigos locales,
los árboles oscuros que sangran en las márgenes
—vacío universo de la página—
lo insondable de una lágrima caída
en la mesa apagada de los pobres...
Luz enardecida como un beso mar adentro,
como un toro desatado desgarrando los contornos.
Labrando con tu brío dulcemente la materia,
te descubres en los cuerpos momentáneos de la tarde,
inmanencia del rayo dionisíaco-apolíneo,
tanático erótico,
incidente
y
reflejado
—ave sigilosa tu escritura—,
alumbrando los caminos del silencio enamorada...
Luz pesando en la balanza intangible de una lengua, la sombra
de unos labios y la música entreabierta.
Acuática y desnuda,
luz que huyes animal por los follajes húmedos del sueño.
Soplo a soplo te descubres anegando los espejos,
enredada con el viento por las ramas del almendro.
Insondable luz rebelde,
la que habrá de iluminar con su acento más oscuro
los senderos misteriosos de mi ausencia...
Luz, mujer tendida: rumor sobre la página.
Palabra que se inventa desnuda un cielo alto.
Rabiosa por el suelo con los filos del deseo,
tu fuego escribe mundos,
heridas,
pensamientos...
¡Arden cuerpos y palabras!
Luz prosodia de esperanza en las arenas del desierto.
Obrera incansable de los días.
Promesa del retorno de la espada indestructible.
Promesa del retorno por la huella innominable...
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Abril de 1977-Diciembre de 1985-2016. (Poema ligeramente retocado)
Copyright © Armando Almánzar-Botello
ISBN 99934-49-11-3
Poema tomado del libro de Armando Almánzar-Botello titulado: Cazador de agua y otros textos mutantes. Antología poética 1977-2002, Editora Nacional, 2003, páginas 53-54
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IMÁGENES:
1) Visión caósmica
2) Visión cuántica de la luz
Abril de 1977-Diciembre de 1985-2016. (Poema ligeramente retocado).
Copyright © Armando Almánzar-Botello.
ISBN 99934-49-11-3
Poema tomado del libro de Armando Almánzar-Botello titulado: "Cazador de agua y otros textos mutantes. (Antología personal 1977-2002)." Editora Nacional, 2003, páginas 53-54.
Santo Domingo, República Dominicana.
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